En Lebrija apenas existen espacios públicos donde los perros puedan esparcirse
En Lebrija apenas existen espacios públicos donde los perros puedan esparcirse - A.H.
LEBRIJA

Una ordenanza municipal sólo permite a los perros orinar en las casas

Cuatro mil firmas se unen contra la normativa que obliga a los usuarios de mascotas a que faciliten el ADN de sus canes para que puedan ser sancionados si no recogen sus excrementos

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Una ordenanza municipal que el equipo de gobierno local considera innovadora y la solución a los problemas de salud y estéticos que producen los excrementos de los perros depositados en la vía pública, se está convirtiendo en un problema político que enfrenta a propietarios de mascotas con el Ayuntamiento.

Y todo por la exigencia de la nueva Ordenanza Reguladora de la Tenencia de Animales de Compañía en el término municipal de Lebrija que exige la identificación por ADN de los animales para posteriormente poder cotejar estos datos con los recogidos en el análisis de los excrementos no retirados de las calles y plazas por los propietarios.

La ordenanza fue aprobada por unanimidad de los grupos políticos en el pleno del 25 de febrero de 2015.

Dentro del plazo de información pública solo se presentaron dos alegaciones que fueron atendidas, con lo que la ordenanza fue aprobada definitivamente también por unanimidad en el pleno del 15 de julio.

Plataforma ciudadana

La entrada en vigor de la nueva ordenanza y el plazo hasta el próximo 10 de enero para que los propietarios de perros cumplimenten el obligatorio análisis de ADN en las dos clínicas veterinarias del municipio, a un coste de 26 euros por animal por el análisis y la chapa correspondiente, ha provocado la movilización de muchos de los propietarios que han acabado constituyendo la Plataforma en Defensa de los Animales de Lebrija.

Una de las primeras acciones de la plataforma ha sido la recogida de firmas pidiendo la derogación total de la ordenanza, especialmente lo relativo al censo canino por ADN.

Al cierre de esta edición se habían recogido cerca de 4.000 firmas de ciudadanos, curiosamente una cifra similar al número de perros censados en Lebrija mediante microchip electrónico en el Registro Andaluz de Identificación Animal (RAIA), único registro obligatorio desde 2003 para perros y gatos y al que se sumaría en Lebrija a partir del 10 de enero el censo resultante de los análisis obligatorios de ADN y por el que se podrá identificar al animal que ha defecado en la calle y sancionar al propietario que no ha recogido el excremento.

A todo esto, en las zonas donde suelen pasear propietarios y mascotas se está dando una circunstancia que implica un problema de convivencia. En estos lugares, las bolsas con los excrementos recogidos y depositados en papeleras cercanas están siendo retiradas y esparcidas por las calles y plazas, incluso se han detectado bolsas de excrementos colgando de árboles.

Propuestas de solución

Desde la plataforma se ha propuesto al Ayuntamiento el aplazamiento durante seis meses, hasta julio de 2016, de la aplicación de estas medidas, período en el que propone que se adecue la localidad con los espacios para el esparcimiento de los perros a que obliga la ley andaluza de protección de los animales, de los que Lebrija no cuenta con ninguno. Además, pide que se realicen campañas «extensas y directas» sobre la recogida de excrementos y que se lleven a cabo controles de microchip.

A estas propuestas el Ayuntamiento ha contestado que «no es necesario realizar un aplazamiento» y se muestra receptivo, entre otros asuntos, a permitir el acceso de los perros al parque de San Benito, realización de campañas de concienciación, mejorar el protocolo de recogida de animales abandonados y a cursos de adiestramiento

Sin sitio donde orinar

Entre los escritos registrados en el Ayuntamiento y dirigidos a la delegación municipal de Medio Ambiente referidos a la nueva ordenanza, ABC Provincia ha tenido acceso a uno en el que se pregunta si se considera mobiliario urbano un árbol o el alcorque que lo rodea, ya que en la norma se especifica que constituye una infracción leve «dejar que el perro orine sobre las fachadas de edificios públicos y privados, así como el mobiliario urbano».

Desde el Ayuntamiento se contesta, después de enumerar una amplia relación de elementos de este tipo de mobiliario, que «se considera que el alcorque de un árbol entraría en esta definición».

Teniendo en cuenta que Lebrija no dispone de espacios para el esparcimiento de mascotas ni zonas para que los perros puedan defecar, los llamados «pipican», resulta evidente que los perros que viven en el municipio no pueden orinar en la calle, solo podrían hacerlo en el interior del domicilio de sus propietarios.

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