Arahal

Julio Fernández publica su primer poemario, que lo presenta en el Ateneo de Sevilla este viernes 25

«La poesía es un instrumento cargado de esperanza que te aleja del hundimiento cotidiano», comenta este abogado apasionado de la Generación del 27

Julio Fernández en la Plaza de la Corredera de Arahal, donde se ha criado y ejerce su actividad profesional C. G.

C. González

Julio Fernández (Sevilla, 1980) es abogado de profesión y poeta de vocación . Aunque lleva desde los 18 años escribiendo poemas, hasta ahora no ha publicado su primer libro.

«Acaso no era el alma todavía» (Editorial Victoria) lo presenta el 25 de enero en el Ateneo de Sevilla a las 19.30 horas de la mano de su amigo, Eduardo del Rey Tirado, hermano mayor del El Silencio.

Este poemario es una recopilación de los poemas escritos entre los años 2004 y 2014 , si bien quedan en el cajón otros tres realizados en esa década. El prólogo lo ha escrito otro escritor de Arahal, aficionado también a la poesía, José Carlos Mena. Y el alma, tal como su autor la entiende, es el hilo conductor de las cuatro partes de este poemario.

Para Julio Fernández, escribir poemas es una actividad introspectiva que recorre los cuatro puntos cardinales: la muerte (Norte), la vida (Sur), el amor (Este) y el tiempo (Oeste) . «Dentro de estas coordenadas están los valores del ser humano; cuánto más te acercas a la actualidad, más te alejas de la poesía», dice este poeta por vocación.

Por eso, cada pregón que ha dado (entre los que están los de la Semana Santa de Arahal y Morón , los dos pueblos donde se encuentran sus orígenes), el ritmo poético ha marcado cada imagen, cada sentimiento. «La poesía siempre es biográfica, uno escribe de lo que siente, ve o piensa», añade.

Esta es la razón por la que sus poemas van cambiando con él y cada uno marca una época de su vida. También se refleja en ellos los autores de los que ha leído y seguido, algunos amigos como Fernando Ortiz, quien ya le dijera aquello de que existen tres tipos de poesías: «la poesía buena, la mala y el caos» . No obstante, para él siempre ha sido un asidero, y llegados a este punto recuerda los versos de Machado: «verso libre, verso libre, átate al verso y serás libre».

Moda en el mundo de la poesía

El abogado reconoce que en la actualidad hay una «moda» en el mundo de los versos. « Ha irrumpido gente joven que utiliza un lenguaje y una temática más actuales », pero reconoce que «no va con mi forma de entender la poesía».

En los ratos que su profesión le permite, y que él busca para cumplir con esta necesidad básica de leer y escribir, sigue a los poetas del grupo Cántico de Córdoba porque hacen «versos desarraigados que engarzan con la belleza del lenguaje».

Y, cómo no, es un apasionado de los poetas andaluces de la Generación del 27 de los que bebe, porque para Julio Fernández la poesía no es más que «un instrumento cargado de esperanza que te salva de este mundo, que hace que el hombre sea mejor en el futuro y que te aleja del hundimiento cotidiano al que a veces nos vemos sometidos».

En su primer poemario deja el alma entre líneas y adelanta que en el que ahora está escribiendo el color azul te transportará a diferentes sensaciones, por eso los titulará «Atravesando el azul» .

¿El lenguaje? El que resalte la belleza porque no todas las palabras sirven para la poesía ni todos los recursos, «entiendo que la ironía, el chiste y el humor , incluso la política no deben llevarse a un texto poético, sólo los valores universales»

Julio Fernández espera que al lector «se le encienda una sonrisa en el corazón ». También será un honor cumplir con el deseo de su amigo Alfredo Cortés, poeta y exalcalde de Arahal, que le dejó como legado la oportunidad de ser el poeta de este pueblo de la Campiña.

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