Tribunales

La huella en un timbre que delató al asesino de una anciana en La Rinconada

Los tres procesados de idear un plan para robar a una vecina de 90 años que acabó muerta, niegan su implicación pero se cruzan acusaciones

El juicio se celbra en la Audiencia Provincial de Sevilla M. J. LÓPEZ OLMEDO

Silvia Tubio

Después de dos días de suspensiones por la huelga de los funcionarios de prisiones, la Audiencia Provincial ha podido acoger este miércoles el arranque de la vista oral por el asesinato de una anciana en La Rinconada , en noviembre de 2016.

En el banquillo de los acusados se sientan Jacqueline Mercedes A. B., de 33 años y de origen nicaragüense; su pareja sentimental, José de los Santos M. P., de 43 años y de nacionalidad dominicana; y Basilio D. M, de 34 años.

La Fiscalía pide una pena de 22 años de prisión para cada uno por los delitos de asesinato y robo con violencia en casa habitada . Éste último en grado de tentativa. Según su escrito de calificación de los hechos, los tres acusados idearon un plan para robar una caja de caudales que guardaba en su casa la víctima, quien vivía sola. Para ello se aprovecharon de que la procesada Jacqueline Mercedes había trabajado como cuidadora para la víctima durante diez días y conocía el interior de la casa.

Además, ha subrayado el fiscal, la acusada también sabía cuáles eran las rutinas «y manías» de la anciana. Ésta se quedaba sola en casa los domingos por la tarde y no abría a nadie que no conociera. «Ella es la clave, la llave que abrió la puerta», ha señalado el letrado de la acusación particular , que eleva la petición de pena para los tres procesados a los 25 años de cárcel .

«Ella es la clave, la llave que abrió la puerta», afirma el abogado de la acusación particular en referencia a la acusada, que fue la cuidadora de la anciana durante diez días

Según las acusaciones, la asistenta fue quien llamó a la puerta de la anciana el día del crimen, logrando que ella abriera porque la había reconocido por la mirilla. Los otros dos acusados accedieron a la vivienda en ese momento. La víctima fue amordazada con un pañuelo impregnado en amoniaco . La anciana murió asfixiada y los ladrones abortaron el robo y huyeron.

Los tres procesados han negado cualquier tipo de participación en los hechos, pero se han cruzado acusaciones. Las huellas de Basilio D. M. aparecieron en el escenario del crimen y es la prueba más contundente. En concreto, la Guardia Civil rescató una huella en el timbre de la vivienda y en el trozo de cinta americana que tenía en la boca la víctima. Gracias a ese material llegaron al primer detenido. Después descubrieron que conocía al marido de una cuidadora que había tenido la víctima un mes antes y que había sido despedida. Ellos son la pareja acusada.

José de los Santos M. P., pareja de la cuidadora, el día de la detención ABC

Basilio D. M. ha tratado de justificar la presencia de su ADN asegurando que un día le llevó el bolso a la acusada cuando trabajaba allí y que eso explicaría la presencia de su huella en la casa. Sobre la cinta americana, ha afirmado que ayudaba en trabajos esporádicos al otro acusado, que es mecánico de profesión. De esa manera lo vinculaba directamente con uno de los elementos que sirvieron para atar a la víctima. Los otros dos acusados no corroboraron su versión.

Aseguró que el 20 de noviembre de 2016, cuando fue asesinada la vecina, José M. P. le pidió que le acompañara a La Rinconada para «hacer una cosa en una casa». Sin embargo se bajó del vehículo antes de llegar al destino porque no lo veía claro. «Dijo que teníamos que quitar la batería al móvil. Iba acompañado, además, de una persona que no conocía de nada. No me querían decir a dónde íbamos». El acusado asegura que cerca de La Rinconada se apeó del coche y regresó a Sevilla haciendo autostop.

La defensa de la asistenta y de su pareja sentimental asegura que no hay prueba que les incrimine y que están sentados en el banquillo porque

Este acusado sostiene que era amigo de la pareja y que se veía «varias veces a la semana» con José de los Santos. Una relación que han negado los otros dos procesados, que se vieron implicados en el caso cuando saltó el ADN y los agentes lograron relacionarlos con Basilio. Ambos se sitúan lejos de La Rinconada el 20 de noviembre de hace dos años.

Su abogado afirma que están sentados en el banquillo «porque eran la solución fácil a un problema complejo» como era la resolución de un caso en el que la Guardia Civil invirtió casi un año en una operación que bautizó con el nombre Azano.

«Esta mujer está loca»

La excuidadora, que respondió a las preguntas de todas las partes, asegura que el día del crimen su marido la llevó a la Macarena donde una amiga iba a celebrar una fiesta en su casa. Su pareja decidió quedarse en un bar, aunque éste ha admitido que a lo largo de la tarde se ausentó «una media hora» porque tenía que entregar unas llaves en Mairena.

Por su parte, José de los Santos M. P. sólo respondió a las preguntas de su abogado. Aseguró que su mujer hablaba «con dulzura» de la anciana, descartando que hubiera algún ánimo de venganza en el robo porque sólo duró diez días como asistenta. Sin embargo ese detalle fue desmentido por una sobrina política de la anciana, que contrató a la acusada en su día. «Me llamó un día diciendo que esa mujer (en referencia a la víctima) estaba loca. Y fui a la casa y le finiquitamos». Varios testigos, incluidos familiares, han coincidido en describir a la fallecida como una mujer temerosa, desconfiada y difícil en el trato. Por eso varias asistentas pasaron por su casa en un corto periodo de tiempo.

El juicio, que se celebra con jurado popular, se reanuda este jueves y se prevé que el lunes se entregue el objeto del veredicto al tribunal.

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