Provincia
El Puerto contará con un tanque anticontaminación para preservar el estado del Guadalete
La empresa adjudicataria de las obras es como informan desde APEMSA, Gestión y Ejecución de Obra Civil S.A.U
El presidente de APEMSA y alcalde de El Puerto de Santa María, Germán Beardo, informó a finales de 2022 del gran esfuerzo que cada año hace la compañía de aguas para mejorar las infraestructuras hidráulicas en distintos puntos de la ciudad, modernizando y poniendo a punto las tuberías de abastecimiento y saneamiento -que se encuentran deterioradas por el paso del tiempo- para dar un mejor servicio a todos los ciudadanos.
Germán Beardo entonces también indicó que había un proyecto trascendental para El Puerto como era la construcción del tanque anticontaminación de La Puntilla, en la Avenida de la Bajamar, una de las propuestas más ambiciosas de APEMSA desde que concluyera el PASI (Plan de Abastecimiento y Saneamiento Integral), hace ya cerca de 15 años. Fue el pasado mes de enero cuando dieron comienzo las obras, que tienen como jefe del Departamento de Redes e Instalaciones a José Manuel Gallardo.
La empresa adjudicataria de las obras es como informan desde APEMSA, Gestión y Ejecución de Obra Civil S.A.U quienes tienen un plazo previsto de ejecución de 15 meses. El Tanque anticontaminación y Estación de Bombeo de La Puntilla» es una obra técnicamente compleja, por su ubicación colindante con el río Guadalete, donde también es fundamental mantener en funcionamiento la infraestructura existente durante la ejecución de los trabajos. Son 30 personas entre encofradores, ferrallas y personal para el movimiento de tierras las que están trabajando día a día para sacar adelante este proyecto y en él se invertirán 13.347.404 € (IVA incluido).
Un tanque anticontaminación, también llamado de tormentas, es un gran depósito preparado para retener el agua de la lluvia, que evita que, en caso de lluvias torrenciales, llegue al río la suciedad de las calles, generada por el tráfico (aceites y grasas) o por la actividad en la ciudad (plásticos, papeles, mascarillas, colillas, …). Cuando las primeras aguas de lluvia, que son las más contaminadas, llegan al tanque a través de las alcantarillas, se almacenan en un depósito que, por su diseño, retiene estos materiales. Si la lluvia persiste y el tanque se ha llenado, las aguas de lluvia, ya sin contaminación, se vierten al río a través de un aliviadero y mediante bombeo de aguas pluviales.
APEMSA va a construir un tanque anticontaminación de gran tamaño en la actual ubicación de la avenida Bajamar, en el que se pueden almacenar hasta 10.000 m3 de agua de lluvia, que es el equivalente a 4 piscinas olímpicas. Además del bombeo de aguas pluviales hacia el río, la instalación está equipada con un bombeo de aguas residuales, que es el que permite llevar hasta la depuradora las primeras aguas de lluvia, que son las que se han retenido inicialmente junto con los sólidos.
La puesta en servicio de esta importante infraestructura contempla el traslado de la actual Estación de bombeo de aguas residuales situada en la calle Aurora y la modificación de los colectores de aguas fecales y pluviales del entorno.
A finales de 2022 Aguas del Puerto celebró su último Consejo de Administración del año en el que se aprobó una inversión total de 12.360.000 € en infraestructuras hidráulicas. Las actuaciones previstas se están financiando en parte por la partida genérica de Restitución de Infraestructuras del Canon de Mejora Local y el resto, directamente por APEMSA.
Beardo indicó que en estas inversiones están contemplados los trabajos que ya estaban en marcha, como las dos primeras fases de la integración del abastecimiento de Valdelagrana en el casco urbano. Con esta obra, se pretende llevar a cabo la infraestructura necesaria para que se abastezca desde los distintos depósitos ubicados en la Ciudad para que, en caso de una avería, se tenga capacidad de respuesta y se garantice que la urbanización no quede desabastecida.
También a principios de año se inició la esperada obra de restitución del abastecimiento en el Poblado de Doña Blanca, momento en el que se llegó a un acuerdo con los propietarios de los terrenos por donde iban discurrir parte de la renovada tubería de abastecimiento.
