Aula de Cultura

El descaro y la frescura de Belmonte y Landaluce refrescan El Buzo

Real Club de Golf de Vista Hermosa

La columnista de Vocento y la periodista de El Mundo presentaron su libro 'Sobre nosotras. Sobre nada' en la tercera conferencia del Real Club de Golf de Vista Hermosa

Un momento de la charla del Aula de Cultura de Vista Hermosa Antonio Vázquez

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La columnista Rosa Belmonte y la periodista Emilia Landaluce protagonizaron la tercera conferencia del VIII Ciclo organizado por el Aula de Cultura del Real Club de Golf de Vista Hermosa. El coloquio tuvo lugar durante la tarde del jueves en el Club de Playa El Buzo, cuyo salón de actos presentaba una buena entrada y un ambiente selecto.

Belmonte y Landaluce son buenas amigas y han escrito un libro a cuatro manos en el que, como su título indica, hablan 'Sobre nosotras. Sobre nada'. La primera escribe columnas en ABC y regionales de Vocento, además de colaborar en Onda Cero; mientras que su par es directora del suplemento 'LOC' de El Mundo, periódico donde también se da al artículo de opinión.

En 'Sobre nosotras. Sobre nada', ambas autoras entrelazan, con tono ligero y humorístico, sus vivencias y referencias relativas a diferentes temas: el amor, la amistad, las madres, el trabajo, el deporte, los perros, la televisión...

«Hemos escrito el libro para divertirnos, no para hacernos ricas», aseguraba en tono de guasa Rosa Belmonte. «Hablamos de temas donde siempre triunfan el amor y el capitalismo», añadía la murciana.

«Yo quería que el libro se titulase 'No tengas críos', –apuntaba Rosa– pero es que Emilia pretendía que se llamase 'Como no te guste Venecia, te tiro al canal'» ; frase, esta última, pronunciada por Doña Emilia, la madre de la periodista madrileña, auténtica protagonista de la obra.

La propia Landaluce se presentaba con dos consignas que le había dado su progenitora para esta charla –su familia veraneaba en El Buzo y son muy conocidos aquí–: «No comentes los peinados de las señoras mayores, ni digas que todas se acaban pareciendo a Lauren Postigo» y, sobre todo «no hagas chistes sobre acompañantes de La Moraleja». «No he cumplido ninguno», remataba con arte la directora de LOC.

Entre anécdota y anécdota –contaron la del marqués coprófago, la del «Viva España» a Manolo Alcántara y la del buceo en las Lagunas de Ruidera–, Belmonte restaba importancia a 'Sobre nosotras. Sobre nada': «son historias cómicas, sin ningún afán moralizante», y confesó que: «No nos sentimos en el nicho de Ana Iris Simón ni de cualquiera que cuente su vida».

Es la ópera prima de Belmonte y tercera incursión literaria de Landaluce, la murciana se muestra más pudorosa, cubriendo sus partes más íntimas con referencias cinematográficas y televisivas, donde posee vastos conocimientos; mientras la madrileña se tira a tumba abierta, narrándonos hasta las vísceras, eso sí, con mucha gracia: «A veces se ponía tan escatológica que la tenía que frenar», contaba la murciana en referencia a su compañera.

Por el contrario, la que llevaba el peso del coloquio, y con mucha elocuencia, era Belmonte; mientras Landaluce, paradójicamente, se mostraba a partes pizpireta y atropellada.

Lo que no impidió que la más joven entrara a valorar la penúltima polémica periodística –Arcadi Espada fue despedido recientemente de Onda Cero por cargar contra Gª Ferreras en su columna de El Mundo–: «Creo que los empresarios y periodistas deberían tener la piel más curtida ante críticas como la de Arcadi: ¡podría haber sido mucho peor!»

Retomando el hilo de su obra compartida, la columnista de esta casa narró cómo se conocieron: «Emilia me pidió que le presentara su primer libro y le dije que no porque me daba vergüenza», a lo que encadenó con que «desde entonces su madre me lo recuerda cada 15 ó 20 días».

«Luego la tuve como jefa en ABC y me mandaba a hacer entrevistas disparatadas», continuaba la huertana, «y por entonces también coincidimos en la tertulia Rosa de Federico: ¡A Losantos, por cierto, lo que más le gusta en esta vida es hablar de Chabelita y compañía», aseguraba Rosa, levantando la incredulidad y la carcajada de los asistentes.

Ya en los últimos compases de la charla, se atrevieron incluso, descaradas, con el humor negro: a raíz del pasaje del accidente de Landaluce que está recogido en su libro. «Hay que ver caerte por tres escalones cutres; al menos haberte caído con glamour como la señora Trump», se malició Rosa Belmonte aludiendo a su amiga.

«Cuando estaba en el hospital, delirando, dije antes que nadie lo del 'Corina-virus'», aseguró la periodista de El Mundo: «Y cuando me retenían en la cama, yo solo gritaba que a quien tenían que detener es al marido de Mónica Otra».

Como colofón a este agradable rato de anécdotas surrealistas y confesiones livianas, en el turno de preguntas, un señor se arrancó a cantarle una suerte de bolero o ranchera a Emilia Landaluce, para pasar consecutivamente a cargar contra Pedro Sánchez y hacer una cerrada defensa de la caza: «Porque yo soy de derechas, y si hay por aquí algún socialista o comunista, lo siento pero que se aguante».

Aquello, sinceramente, fue tomando tono de películas de Luis Gª Berlanga. Faltó que soltaran una vaquilla.

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