Botellón

«Si tenemos un accidente no existen vías de evacuación posibles por el colapso de la zona»

Nicolás Mariño, director técnico de la Federación Andaluza de Vela, explica los problemas que sufren desde que se instauró el botellón en la zona del pinar de Puerto Sherry

Pablo van Vroenhoven

El Puerto

Es cierto que, en Puerto Sherry, en la zona donde se ubican los chiringuitos, no hay muchas viviendas, pero aun así si hay instalaciones que sufren los efectos de los botellones. Una de ellas es el centro de tecnificación de la Federación Andaluza de Vela.

Nicolás Mariño, director técnico de la Federación Andaluza de Vela muestra abiertamente su descontento con esta práctica que se está realizando durante los meses de verano, y que comenzó hace varios años. «Cuando nos avisaron hace unos años de la instalación de estos chill out nos explicaron cosas que no tienen nada que ver con lo que esto es hoy en día. Nosotros no podíamos pensar que la ubicación de estos bares nos iba a perjudicar tanto. Es una vergüenza como está el pinar.».

El centro de tecnificación tiene actividades todo el año dirigidas a la promoción del deporte, y el botellón afecta directamente a su actividad y programación. «Hay muchos alumnos que no vienen por la tarde porque los padres no quieren traerlos con toda esta movida. Hemos reducido un 40% nuestra actividad por la tarde, afectándonos también económicamente. Los padres no quieren que sus hijos vean a veinteañeros haciendo botellón para que el día de mañana se contaminen y hagan lo mismo».

Nicolás Mariño ha intentado en varias ocasiones contactar con el Ayuntamiento y buscar remedios como llamar a la policía, pero las respuestas hasta el momento están siendo nulas. «He transmitido a todos los concejales una carta de socorro y algunos contestan y otros no. Les he invitado a que vengan a ver lo que sucede aquí en primera persona, pero de momento nada. La policía local tampoco aparece para nada. El año pasado pusimos varias denuncias y no voy a decir lo que hicieron con ellas. Solo aparecen a la una de la mañana o así para comprobar que estén cerrados los chiringuitos, cosa que me parece correcta».

El problema del botellón no viene solo, le acompañan otros. La ratonera colapsada en la que se convierte la zona del pinar y chiringuitos de Puerto Sherry hace imposible tener vías de evacuación. «Si tenemos un accidente en el centro por la tarde la ambulancia no puede llegar porque está todo colapsado. Se mezclan los que salen de la playa con los que intentan entrar a los chiringuitos. Si hay un incendio los bomberos tampoco podrán entrar. No hay vías de evacuación habilitadas. Es de las cosas que más me preocupa».

El botellón y, por consiguiente, el alcohol provoca que los jóvenes hagan cosas sin pararse a pensarlas y las locuras vayan en aumento. «A las diez de la noche es cuando se produce lo que nosotros llamamos el salto a la valla. Como en el Rocío a las diez de la noche los chavales se intentan colar en los bares para no pagar en los bares, y para eso usan nuestra instalación».

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación