Portal del bloque de pisos donde ocurrieron los hechos / L.M.
Portal del bloque de pisos donde ocurrieron los hechos / L.M.
Dos Hermanas

El detenido descuartizó a su tío con un serrucho

La Policía halló parte del cuerpo diseccionado en varias zonas de la casa, aunque continúa la búsqueda en el vertedero

Dos Hermanas Actualizado: Guardar
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El vecino de Dos Hermanas de 54 años de edad, Diego de Dios, cuyo cuerpo descuartizado fue hallado este pasado lunes en su propio domicilio, murió de un fuerte golpe en la cabeza, tras haber mantenido una discusión con su sobrino en el interior del piso en el que ambos vivían, ubicado en la segunda planta del número 21 de la calle Las Cabezas de San Juan del municipio nazareno.

Los hechos se produjeron el pasado viernes, 26 de febrero, aunque su cadáver no fue localizado hasta tres días más tarde, después de que los dueños de la bodega Sebastián, ubicada a unos cien metros de la vivienda, avisaran a la Policía Nacional de su desaparición al extrañarles la actitud nerviosa de su sobrino, que al abrir la puerta les aseguró no saber dónde estaba su tío.

Según fuentes de la investigación, la agresión se produjo con un objeto contundente, tras lo cual el sobrino, Francisco Javier Román de Dios, de 38 años de edad, cortó con un serrucho las piernas de su tío, que habría arrojado a unos contenedores de basura y que aún no han sido localizadas.

La Policía busca desde entonces estos restos –un pie y un trozo de pierna, según concretan otras fuentes cercanas al caso- en el vertedero Montemarta-Cónica, donde ya está acotada la zona en la que se depositan los residuos que llegan desde Dos Hermanas. Aun así, la gran mayoría de los restos del cuerpo diseminado fueron hallados por los agentes, escondidos en varias zonas del piso.

El vecino de la primera planta de este bloque, que vive justo debajo de la vivienda donde ocurrieron los hechos, llegó a conversar con el presunto asesino minutos antes de su arresto, en torno a las diez y media de la mañana del lunes. «Me lo crucé en el rellano», explicó este hombre que mantuvo un breve encuentro cordial con el detenido para comentarle unos rosetones que había en la pared «por haber subido la bicicleta que tiene» a la segunda planta. «Aquí cualquier ruido se escucharía, si yo noto hasta los pasos del piso de arriba», comentó este vecino a ABC de Sevilla.

Problemas de drogas

Francisco Javier residía en Cataluña, tierra a la que emigró su madre –la hermana del fallecido- hace ya treinta años por motivos de trabajo. El presunto asesino tenía problemas con las drogas, por lo que tras una discusión, abandonó la casa en la que vivía con su familia y acabó recalando en Dos Hermanas, donde su tío lo acogió este pasado verano.

La investigación continúa abierta y está previsto que se le tome declaración este miércoles al detenido en dependencias policiales, donde permanece desde que fue arrestado el lunes. El jueves, además, podría pasar a disposición del Juzgado de Instrucción número 5 de Dos Hermanas.

La normalidad empieza, poco a poco, a restablecerse en este tranquilo barrio del Amparo. Este pasado martes, el cordón policial ya había sido retirado y se podía transitar con total normalidad por esta calle, muy próxima al centro de Dos Hermanas. Los vecinos, aun así, continúan consternados por este trágico suceso que ha sacudido por completo la rutina diaria de la zona.

Diego de Dios era muy conocido en su barrio, en el que había residido prácticamente durante toda su vida. Sus padres, ya fallecidos, vivían en un piso cercano a la vivienda donde han ocurrido los hechos, domicilio este último en el que se instaló después de separarse de su esposa. Tenía hijos, pero había vivido solo hasta la llegada de su sobrino. Solía frecuentar a diario algunos bares de la zona y estaba vinculado a hermandades de Dos Hermanas, llegando a salir de costalero en ellas.

Se da la circunstancia, además, de que durante las primeras horas de la investigación se detectó un reguero de sangre a lo largo de toda la calle Alarcón, muy próxima al lugar de los hechos, lo que hizo despertar todas las alarmas, aunque pronto se descartó que tuviera relación con el crimen. Los propios vecinos explicaron que, coincidentemente, el pasado viernes por la noche un joven se autolesionó en una mano al sufrir un corte tras golpear el cristal de una puerta, cuando discutía supuestamente con su pareja.

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