Los ritmos de David Bisbal ponen Chiclana a bailar

Sin duda, esta es la semana de los artistas nacionales en Concert Music Festival. Este jueves, llegaba David Bisbal en medio de una gran expectación y con el recinto lleno a reventar. Largas colas para acceder y coger buen sitio desde horas antes y disfrutar del cantante que dio lo que se esperaba de él en las dos horas que duró el concierto.

Con diez minutos de retraso sobre la hora prevista, se apagaron por completo las luces, los móviles se pusieron a grabar y con los gritos de «David, David» de fondo, apareció el cantante con un traje turquesa y comenzó a sonar Ajedrez. Desde el primer momento, hizo una auténtica exhibición de energía bailando, dando vueltas y saltando sin parar. Con Quién me iba a decir buscó una primera conexión con el público con guiños y sonrisas, pero no le fue difícil porque la gente se volcó con él cantando y bailando. «Es un honor para mí venir a vuestra tierra. A mi tierra», dijo en su primera intervención, acordándose también de los que han elegido Chiclana como destino vacacional. Y después, la amenaza: «No va a haber tiempo para descansar, esto va a ser una canción detrás de otra». Y la cumplió.

Eso sí, Bisbal predicó con el ejemplo y no paró de moverse al mismo tiempo que cantaba algunos de sus temas más conocidos y que todos nos sabemos como Lloraré las penas, Camina y ven u Oye el boom. El almeriense hizo una exhibición de estado de forma y de habilidades con el baile, desatando la locura, sobre todo en las primeras filas donde también estaba Lucía Baizán, la isleña semifinalista de La Voz Kids que fue parte del equipo de Bisbal en la última edición del programa.

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Eso sí, todo el mundo necesita un respiro, y pasó entonces a los temas más lentos y más románticos. Fue el turno de Mi princesa o Me siento vivo, canción que estará en su próximo trabajo discográfico que verá la luz en septiembre y que está aprovechando para estrenar en los directos como primera aproximación al público. Después de El ruido, fue subiendo nuevamente el ritmo poco a poco para volver a músicas más bailables. Comenzó con Ay, ay, ay, una bachata. «Ojalá no amaneciera nunca y pudiera quedarme en este festival con todos los máquinas de Chiclana», dijo para ganarse el aplauso antes de No amanece y antes de tomarse un respiro y hacer el primer cambio de vestuario.

Volvió con pantalones de cuero, camiseta negra y camisa roja de animal print y comenzó con un medley de temas lentos antiguos como Quiero perderme en tu cuerpo o Dígale. Salto en el tiempo para estrenar otro tema que estará en el nuevo disco y más pop con Tengo roto el corazón. Y, a partir de aquí, comienzo de la recta final con algunas de las canciones que lo situaron en el panorama musical, como Soy esclavo de tus besos o Silencio. Con otra mezcla de canciones, de «rumbillas latinas», se despidió, no sin antes presentar a la banda y sin felicitar al festival y destacar «el pedazo de público» con vivas a Chiclana y a Andalucía.

Eso sí, aún faltaba porque lo mejor lo tenía guardado para el final. Volvió con una camiseta en la que se podía leer «¿Cómo están los máquinas?», haciendo referencia al vídeo del cantante saludando a unos fans que se hizo viral. Corazón latino, Bulería y Ave María hicieron vibrar a los asistentes que lo dieron todo en esta recta final para cerrar una nueva noche mágica en Concert Music Festival.