«Cádiz es una marca de calidad, pero está mal promocionada»

La cita, que tuvo lugar en la Casa Pemán, sede de la Fundación Cajasol, comenzó con un balance sobre cómo ha ido el verano. Los cinco coincidían en el análisis: ha ido muy bien, aunque siempre hay aspectos a mejorar. Deborah Casillas rompía el hielo afirmando que «ha sido un verano para enmarcar. En el caso de Concert Music Festival los años 2020 y 2021 no son referentes porque estuvieron muy condicionados por el Covid, pero en este sí que podemos decir que ha sido bastante bueno. La gente tenía muchas ganas. Es cierto que los hábitos han cambiado, por ejemplo no se han comprado entradas con tanta antelación, se ha esperado un poco más, pero en general creo que nos hemos consolidado como uno de los grandes festivales de Europa, tanto por el cartel nacional como el internacional». Por su parte, Estefan De Clerck reflexionaba afirmando que «los hoteles preveíamos un buen verano y así ha sido. Se han cumplido las expectativas y hemos alcanzado los números de 2019. Incluso algunos hoteles han mejorado la ocupación, y eso que el techo estaba muy alto. Hemos alcanzado el 95-98%, y eso es un lleno técnico. No caben más. Sin embargo, en la parte negativa tenemos que destacar la crisis energética, que aparte de un enorme aumento de los costes nos está generando gran incertidumbre. En septiembre se va a alcanzar una ocupación por encima del 80% y octubre no viene mal, pero a partir de noviembre tenemos miedo porque no sabemos qué va a pasar».

La presidenta de la AETC, Marta Garat, se mostraba «completamente de acuerdo» con lo manifestado por De Clerk y Casillas y afirmaba tener «dos visiones. Una como empresas turísticas en general que evidentemente el verano ha ido muy bien, con público de todo tipo, aunque es cierto que el aumento de los costes ha mermado el margen de beneficios. Y luego tengo mi visión personal como empresaria. Creo que hemos vuelto a 2019. En 2020 y 2021 Cádiz estuvo lleno y todo el mundo quería gastar y este año ya no. Agosto ha vuelto a la normalidad, al cliente del día a día».

Por parte de los comerciantes del centro de Cádiz se pronunciaba José Amaya señalando que «en general el verano ha ido bien. Quizá por sectores unos han salido más beneficiados que otros, es normal. Pero Cádiz está de moda y la gente quiere venir. Estamos contentos, aunque seguimos teniendo hándicaps como el aparcamiento, el estado de la ciudad, limpieza etc que nos merma esa valoración que hace la gente, que la verdad que es buena pero que podría ser superior. Y no sólo a nivel de la capital, también provincial. Siempre se puede mejorar en infraestructuras, transporte público, comunicación, accesibilidad...».

Algo más escéptico se mostraba el propietario del Grupo Arsenio, Raúl Cueto, quien afirmaba que «el verano no ha sido malo, pero tampoco ha cumplido las expectativas que la gente de la hostelería se puso en el mes de mayo con las previsiones de los hoteles o con lo que hablaban los políticos... ha ido bien, ha habido días muy fuertes, el tiempo ha acompañado, pero realmente tenemos un sabor agridulce porque el verano se estaba reduciendo ya del 15 de julio al 15 de agosto y este año no ha llegado ni a 30 días realmente fuertes. Mi percepción es que, salvando el ocio nocturno de El Puerto de Santa María que se ha salido por la gran oferta que tiene, los más estable han sido Conil y Tarifa. Pero en Cádiz capital hemos notado un bajón de consumo por las tardes que achaco a la gran oferta de festivales que ha habido, que hacían que la gente se fuera a El Puerto, Chiclana o San Fernando y la capital se ha quedado un poco fuera de juego en esa liga y lo hemos notado».

Aumento de costes

Estefan de Clerck se mostraba muy contundente al abordar el asunto del aumento de los costes a causa de la crisis energética. «Me temo que la primera medida que van a tener que tomar muchos negocios sean los cierres. Da miedo oír hablar a nivel europeo de la crisis que nos viene. En este mundo globalizado todo se vincula y todo nos afecta. En mi caso concreto no tenía previsto cerrar uno de los hoteles de Rota y voy a tener que cerrar seguramente a principios de noviembre. Y como nosotros creo que ocurrirá en otros municipios de la provincia. Cerrarán antes y abrirán mucho después de lo que normalmente lo hacen. Eso conlleva una pérdida de empleo y el miedo que tenemos es que haya un frenazo brutal. Por eso el Gobierno tiene que adoptar medidas y ofrecer ayudas a las empresas para que podamos mantener nuestra actividad económica». En ese sentido Deborah Casillas apuntaba que «para las empresas turísticas es fundamental que los hoteles abran. Sin sus clientes no hacemos nada, tenemos que cerrar o nos quedamos bajo mínimos esperando a que vengan».

Cueto aseguraba que «el tema de los suministros se ha desbordado y en la hostelería habrá locales que al menos un día a la semana van a tener que cerrar para ahorrar costes. A ninguno nos gusta hacerlo, pero tendremos que asumirlo. Además habrá que cambiar algunos hábitos. Yo no soy partidario de los restaurantes que cambian 20 veces los platos y los cubiertos. Podría parecer una 'guarrada', pero no es una cuestión de higiene, sino de coherencia. Es tirar el dinero del agua, de la energía... son costumbres y creo que deberíamos darle una pensada porque muchas veces son innecesarias».

Ayudas a la empresas

También hicieron hincapié en la necesidad de que la administración se involucre «mediante ayudas directas a las empresas para mantener su actividad», comentaba De Clerck. «Hay que incentivar a aquellos que apuesten por mantenerse abiertos. Y no quiero que se me vincule políticamente con nada, pero te da cierta tranquilidad ver que hoy por hoy se están eliminando impuestos, bajando el IRPF, Patrimonio... todo eso ayuda a que estemos todos más alegres y esa alegría también se nota en el consumo». Incidía en la misma idea Amaya al comentar que «las rebajas fiscales son importantes porque al fin y al cabo son ayudas directas».

Problemas para contratar

Otro de los asuntos que se abordó fue el de los problemas que está teniendo el sector para contratar personal cualificado. Cueto fue el primero en mostrar su impresión al respecto. «Está siendo complicado. Quizá mi opinión al respecto sea un poco radical, a ver cómo lo digo para que no se me malinterprete: creo que no falta personal, creo que faltan clientes que paguen lo que debe cobrar ese personal. Nosotros tenemos que guardar el equilibrio entre la rentabilidad y los costes que podemos asumir. Si nos vamos a costes altos, evidentemente lo tiene que pagar el cliente. Pero el cliente no quiere pagar. Yo le digo a un empleado mío: ¿tú cuánto quieres cobrar? Y te dice, 3.000 euros. Vale. Y ahora le digo. ¿Si vienes como cliente, cuánto estás dispuesto a pagar por una cerveza? Evidentemente no me puede decir 80 céntimos, porque no salen las cuentas. Eso la gente no lo entiende tan fácil, por eso digo que faltan clientes que paguen realmente lo que vale que te atiendan. Y sobre todo que entiendan que una persona tiene que dejar en su casa a su familia los sábados y los domingos para atenderte... realmente los precios no están adaptados a la realidad. Creo que aún tenemos todos que pasar una fase en la que asumamos que todo es caro, los supermercados, la energía... todo. Si pudiéramos cobrar más podríamos tener mayor estabilidad en las plantillas».

En este sentido, de Clerck apuntaba que «para el cliente europeo somos muy baratos, sin embargo para el de aquí muy caro. Hay que alcanzar un equilibrio. Y sobre todo hay que darle más valor a la profesión de camarero, de cocinero, de maitre. Entre todos tenemos que sonseguir que se les vea como profesionales cualificados y que como tales han de ser reconocidos».

«También hay que tener en cuenta», argumentaba Cueto, «que en Madrid o Barcelona la mayoría de las plantillas están formadas por personal sudamericano o filipino. Aquí no. Aquí son todos de Cádiz, somos nosotros mismo y tenemos una forma de vivir diferente, menos sacrificada, con un mayor consumo en la calle... es diferente. Y eso también condiciona a la hora de incorporar personal». Apuntaba también Amaya que «para muchos es un problema el horario partido. A mí me encantaría que estuvieran sólo por la mañana, pero el horario comercial es el que es». Por su parte, Deborah Casillas señalaba que «esto tiene que ver con las nuevas generaciones. La gente joven está mucho más preparada y lo que no quieren es que les exploten. Es lógico».

Calidad frente a cantidad

Para todos los participantes en la mesa, una de las claves del futuro del sector turístico en la provincia es buscar la excelencia. Ya hay mucha cantidad de turistas, ahora es momento de buscar calidad. De Clerck era rotundo en esto. «Andalucía siempre ha estado a la cola de todo, con la etiqueta de una tierra subvencionada etc. Ahora eso está cambiando. Con el nuevo gobierno de la Junta competimos económicamente con otras autonomías, se crean más empresas y estamos empezando a ser un referente de inversión a nivel nacional e internacional. Eso sin duda va a repercutir de forma positiva también en el turismo. En eso Málaga lo está haciendo muy bien. Si conseguimos atraer a más gente que tenga aquí su segunda residencia, con poder adquisitivo, que se compre su chalé, su finca, su piso... eso va a hacer que podamos pedir un poquito más por una cerveza, por una habitación y podamos atraer a un público de mayor calidad. Que no es malo el que estamos trayendo, para nada, pero sí es mejorable. En Cádiz tenemos margen de mejora y creo que vamos por el buen camino en ese sentido».

Marca Cádiz

Todos se mostraban de acuerdo en que la marca Cádiz «es de calidad, pero mal promocionada». «Falta unidad y dirección en la promoción», señalaba Casillas. Son las propias empresas las que ponen ese sello distintivo de calidad, y un ejemplo claro de ello es el Concert Music. «Nosotros ponemos mucho el acento ahí. En ofrecerle al cliente una experiencia única, la excelencia. Nosotros reunimos tres elementos que nos diferencian mucho del resto. Uno es la cartelera nacional e internacional de artistas. Otro la oferta gastronómica de calidad y sostenible. Y sobre todo el enclave en el que nos encontramos, que es el poblado marino de Sancti Petri. Eso, unido a las ganas y la ilusión que tenemos es la clave de nuestro éxito».

Digitalización

Concluía el intercambio de ideas con la digitalización de los negocios, que a entender de Cueto, «es el gran reto que tenemos por delante en la hostelería. La integración de todos los sistemas para tener datos de los clientes, hacerle seguimiento, saber cuándo vino la última vez, qué tomó, qué le gustó... y no sólo en las ventas, también en el control de personal. Hasta llegar a una carta dinámica, en la que dependiendo de la oferta que tengamos puedas cobrar más o menos. No es lo mismo tomarse una cerveza un martes por la mañana que un sábado por la noche. Igual que cuando vas a un hotel o coges un avión depende de cuándo vayas es más caro o más barato. Eso estoy convencido de que va a llegar porque es la única forma de que seamos rentables. Y otro tema que es un problema es el de las propinas. El dinero físico se está perdiendo y para el personal las propinas son un incentivo que están dejando de percibir, por lo cual tendremos que conseguir que puedan cobrarlas de forma digital. No sólo es dinero, también comentarios positivos, por ejemplo».

Aumento de costes, ayudas directas e indirectas, contratación, calidad frente a calidad, más y mejor promoción del destino y de la marca Cádiz, digitalización... son los grandes retos de un sector turístico vital para la economía gaditana. Sus grandes referentes los tienen claros y saben cómo abordarlos. Pero es una labor de todos, desde las administraciones públicas a la propia sociedad gaditana.