PROVINCIA

La pesca despide el año con un aumento en las cuotas de captura en el Golfo de Cádiz

PESCA

El Consejo de Pesca de la Comisión Europea ha cerrado unos números expansivos en la parte occidental de la provincia, aunque los acota aún más en el Mediterráneo

El Golfo de Cádiz incrementa sus cuotas de pesca para 2023. L.V.
Álvaro Mogollo

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La pasada semana tuvo lugar en Bruselas el último Consejo de Agricultura y Pesca del año de la Comisión Europea, cita en la que habitualmente quedan fijadas las cuotas de pesca para el siguiente año, lo que determinada las cantidades máximas que podrán capturar los pesqueros.

La provincia de Cádiz no ha salido mal parada en comparación con otras regiones, especialmente por las condiciones a las que se deben atener en el Golfo de Cádiz, que ha visto como los porcentajes de captura serán aumentados durante 2023. Peor suerte corren pescadores y mariscadores en aguas del Mediterráneo, ya que prosigue la tendencia restrictiva.

El secretario general de la Confederación Española de Pesca (Cepesca) es el sanluqueño Javier Garat, que hace una valoración positiva, en líneas generales, de lo que acordado en Bruselas: «Han ido bien las cosas, especialmente en el Golfo de Cádiz».

En esta zona han aumentado las cuotas de especies como la merluza, el rape, el gallo, el merlán, el pargo o el jurel. «La única especie que se ha visto afectada por una reducción es la cigala, con un 36%. A eso hay que sumarle un descenso que habíamos tenido este año del 30%», expone.

Las recomendaciones científicas apuntaban a un aumento en las cuotas al que finalmente la Comisión ha dado luz verde. Incluso se han logrado dos modificaciones que favorecen la captura: «Se proponía una reducción del 11% para el lenguado y el abadejo y al final se ha quedado con lo mismo que estaba establecido este año».

Peor suerte ha corrido el Mediterráneo: «Ahí ha ido mal porque ha habido una reducción del 7% de los días de pesca y un 5% de la cuota de captura de la gamba roja». Al menos, se han comprometido a dar 3,5 días más de pesca en caso de que se tome alguna medida restrictiva adicional como limitar zonas en aras de mejorar la selectividad del arte de arrastre.

Estas limitaciones para la pesca mediterránea suponen «un giro de tuerca más porque ya llevan en torno a un 30% de reducción de días, con muchos barcos con menos de 150 días y se les hace muy difícil hacer rentable su actividad». Pese a todo, era algo que ya intuían: «Sabíamos que ahí estábamos prácticamente solos».

¿Cómo se establecen las cuotas?

Para determinar las cantidades que se pueden capturar de cada especie, el Consejo Internacional de Exploración del Mar, un organismo científico, eleva unas recomendaciones a los gestores y políticos. Posteriormente, el Consejo se reúne, y teniendo en cuenta también la situación socioeconómica, adopta los totales admisibles de captura. Además, cada estado miembro tiene ya establecidos unos porcentajes llamados de estabilidad rotativa.

Y una vez que están fijadas las cuotas, los países hacen un reparto interno, según los criterios de la Ley de Pesca: «Una vez que ya se sabe lo que ha subido o bajado la cuota, en las especies que están repartidas de antemano, ya cada uno sabe lo que le toca. Y en las que no están repartidas, se pesca lo que se puede hasta que se alcanza la cuota».

En el Mediterráneo hay un plan plurianual de gestión de la pesca orientado principalmente al arrastre y la pesca de fondo, para mejorar la selectividad y recuperar aquellas poblaciones de peces que están sobreexplotadas. El objetivo es conseguir el rendimiento máximo sostenible en 2025, una meta que Garat considera inviable: «Nos tememos que va a ser imposible de conseguir porque es irreal que todos las especies estén así al mismo tiempo».

«Además supone unos sacrificios de reducción muy grandes para el sector». El comisario europeo busca por todos los medios alcanzar ese hito en tres años: «Está obsesionado con llegar en 2025 a una reducción del 40% de los días. Nosotros le decimos que eso no es lo que dice el reglamento, que indica que se puede llegar hasta ese 40, pero si no es necesario, no».

Un sector al límite

«La gente, especialmente en el Mediterráneo, está al límite, entre otras cosas, porque los precios del gasóleo han llegado a máximos históricos. Ahora es verdad que están bajando, pero siguen estando altísimos, más altos de lo que era habitual», explica la cabeza visible de Cepesca sobre la situación del sector.

El alto coste de las materias primas y los consumos hace que salir a pescar sea más caro, lo que dificulta la rentabilidad de las empresas pesqueras. «En el Golfo no están en una situación tan delicada pero todas estas circunstancias afectan».

Menor consumo de pescados y marisco

Los precios empujan además a continuar una preocupante tendencia de menor consumo de productos del mar: «En un contexto de inflación enorme, los consumidores compran menos pescados y marisco. De hecho, en los últimos 14 años se ha reducido el consumo en hogares un 25%, que es una auténtica barbaridad».

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