Alcalá de Guadaíra sostiene la memoria de Miguel Ángel Blanco el concejal del PP asesinado por ETA

Alcalá no olvida la memoria del concejal del PP, asesinado por ETA, Miguel Ángel Blanco. Cada año se encarga de refrescar la tragedia que sacudió a España cuando la banda terrorista los asesinó, pero también recuerda el espíritu generado esos días en los que el pueblo se echó a la calle para mostrar su repulsa frente a los terroristas.

Para hacer visible la memoria, desde hace 19 años se celebra un acto en la plaza que lleva el nombre de Miguel Ángel Blanco en el barrio alcalareño del Campo de las Beatas. Fue primero el PP de Alcalá quien se encargó de celebrar este acto y desde el año pasado se ha convertido en institucional por parte del Ayuntamiento, que lo asume así como suyo y de toda la localidad.

De esta forma estuvieron presentes en el acto la alcaldesa, Ana Isabel Jiménez y representantes de los grupos municipales de PP, PA y Ciudadanos. No estuvieron los concejales de IU-AA, ni de Alcalá Puede.

Junto a ellos también dirigentes del PP como el presidente del PP de Sevilla, Juan Bueno; el portavoz del Grupo popular en el Ayuntamiento de Sevilla, Juan Ignacio Zoido o la representante de las Víctimas del Terrorismo de Sevilla, Angélica Chaparro. Y una representación del mundo asociativo y empresarial de la localidad.

El acto se articuló en torno a dos textos y 19 flores. Al primero de los textos dio lectura el director del instituto Tierno Galván Francisco Racero y en él pidió alzar la «bandera de la libertad» para convertir la memoria de Miguel Ángel Blanco en un ejemplo permanente de lucha contra todo tipo de violencia en una sociedad que «tiene que seguir avanzando en la no violencia».

Del segundo se encargó Margarita Sánchez, vecina de la plaza que se encarga cada año de perpetuar la vida del ramo de flores depositado bajo el nombre del concejal del PP asesinado. «Memoria, verdad, justicia y libertad», fue la reivindicación que hizo en nombre de las víctimas, basadas en la inspiración de la figura de Miguel Ángel Blanco, «un referente social que jamás vamos a olvidar».

Las flores, una por cada año del asesinato del edil vasco, depositadas bajo el azulejo que lleva su nombre entre piedras de albero, fueron la imagen que graba en la memoria el recuerdo de un hombre sacrificado en el altar de la libertad.