La sobredosis de coronavirus en televisión indigna a la audiencia

Las personas que no pueden acceder a las plataformas de streaming o aquellos para los que internet no está a la orden del día sufre especialmente las consecuencias del aislamiento

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Te despiertas por la mañana, en plena cuarentena, y desayunas viendo la televisión. Coronavirus. Durante la comida, toca otro momento de relajación, le das al mando y de nuevo coronavirus, que no iba a faltar en la cena, durante la tarde... A todas horas.

Un empacho de información sobre el Covid-19 que se percibe todavía más ante la ausencia de eventos deportivos, de galas de premios, de festivales cinematográficos... Toda la información está relacionada con el coronavirus.

En lugar de agradecer la cobertura mediática, la sobredosis informativa sobre la crisis sanitaria que ha provocado el coronavirus está indignando a una audiencia especialmente afectada por la reclusión forzosa a la que obliga la situación, y que busca en el medio catódico un espacio donde desconectar y relajarse , donde evadirse del aislamiento de la cuarentena y el estrés del estado de alarma. Donde escapar del encierro aunque sea con la imaginación.

Pero la televisión ya no lo permite. No al menos las cadenas genéricas, que ocupan su programación informando del coronavirus. Una enfermedad que ha trascendido los programas informativos y ha terminado colapsando una parrilla en la que hasta Sálvame o El Hormiguero inciden en esta emergencia global . No hay vía de escape para aquellos que no están suscritos a alguna de las múltiples plataformas que están disponibles en España, ni tampoco para los que internet no está a la orden del día.

En este sentido, son muchos los que han criticado la anodina parrilla de una televisión supeditada al coronavirus sin pensar en aquellos a los que tanta información empieza a provocar problemas como estrés y ansiedad .

Es el caso de Gabriela Sánchez, que se ha quejado en Twitter de la poca variedad de programas de la televisión, lo que ha terminado afectando a su abuela, una mujer de 87 años que tiene que asistir a diario al espectáculo de espacios en los que solo se habla de muertes y de la población de riesgo, entre la que se incluye, que le han provocado un ataque de ansiedad. Y como ella tantos otros.

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