«No queremos generar pánico, pero tu vecino puede ser un fugitivo»

Movistar estrena 'Fugitivos', serie documental que muestra el trabajo de la unidad de la Policía Nacional que persigue a los delincuentes huidos en España

Federico Marín Bellón

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Gioacchino Gammino era el fugitivo más buscado de Italia. Se escapó de una prisión romana hace veinte años aprovechando el rodaje de una película. Su detención en la localidad madrileña de Galapagar, el pasado 17 de diciembre, fue una de las noticias más leídas aquel día. Gammino regentó primero un restaurante y luego una frutería. Se creía olvidado. Para los vecinos del pueblo era Manu, uno más. El momento de su detención, que no se parece nada a lo que escribiría el mejor guionista, puede verse en el programa 'Fugitivos' , serie documental de cinco capítulos que se estrena este lunes en Movistar .

Los agentes de la Dirección Investigación Antimafia (DIA) descubrieron a Gammino por una foto de Google Maps, pero su arresto fue posible gracias a la Sección de Localización y Detención de Fugitivos de la Policía Nacional española. El suyo no es un caso aislado. Nuestro país es el favorito de los delincuentes internacionales para esconderse y también el más efectivo a la hora de capturarlos. De los 400 fugitivos que se detienen al año en nuestro país, 300 son extranjeros.

El mafioso de oro

«Gammino es oro», confiesan Elena García Cedillo y Susana Alonso , creadoras de 'Fugitivos', un formato producido por La Caña Brothers que permite conocer desde dentro el trabajo de esta semidesconocida unidad policial. «El italiano no paraba de contar su versión. No es habitual. Todo el rato hablaba a la cámara y el operador tenía que bajarla para que se callara», desvela Alonso. «Hay que pensar que este señor llevaba veinte años sin poder contar su vida, ocultando su pasado, su fuga de película, y al primero que llega se lo cuenta», explica García Cedillo comprensiva. «Uno de los policías, Andrés, dice que muchos fugitivos viven ya cumpliendo una pena . Esconderse es casi como la cárcel. Cuando los detienen, es un descanso para muchos. Lo están esperando», añade.

El propio Gammino apela a la providencia divina. «Quizá sea para bien. Yo lo dejo ahí arriba», afirma el atípico mafioso mientras apunta al cielo. Su actitud contrasta con la alegría indisimulada de los agentes italianos y españoles, que celebran el éxito de la operación como un gol colectivo . Susana Alonso destaca la fluidez del trabajo conjunto, tan distinto también a las reticencias que muestra casi siempre la ficción.

«La colaboración policial internacional es increíble, otra cosa es que les apetezca aparecer en las cámaras», afirma su compañera. «El día de la presentación estaba incluso el agente del FBI que colabora en el tercer capítulo, aunque se sentó al fondo, discreto. Con los policías alemanes también. Casi todos hablan un español bastante fluido, pero luego aparecer en pantalla es complicado porque tendrían que pedir permiso a sus países». En la Unión Europea, de hecho, opera la red Enfast , en la que se pueden ver los nombres y rostros de los delincuentes más buscados del continente . El año que viene la presidirá un español.

Fugitivas y mujeres policías

En la página web se puede comprobar que también hay fugitivas. «Hay menos y las mujeres somos diferentes al escondernos . Ellos se piran, pero ellas siguen con las cargas familiares, lo tienen más complicado. A la hora de delinquir tampoco somos iguales. Somos más envenenadoras. Pero entre las más buscadas hay mujeres, transexuales... lo que no hay es paridad».

Entre las agentes el porcentaje es mayor. «La jefa del grupo 1, Anastasia , es una mujer, y en su grupo hay otra, Mar , bastante veterana. En el grupo 2 está Davinia, que también lleva muchos años», resalta Susana Alonso. «La jefa anterior a Fernando González era otra mujer», apunta Elena García. «En la Policía hay más mujeres de lo que imagináis , lo que pasa es que no les gusta destacar eso porque dentro del gremio es un camino ya recorrido». «Somos muy intrépidas las mujeres, quizá más que los hombres. Las dos hemos estado montadas en un zeta unas cuantas noches y la adrenalina te engancha», remata su compañera.

Género estancado

Jorge Ortiz de Landázuri , gerente de Contenidos de #0 y de Producción Propia de Movistar Plus+, cree que el género criminal es «imbatible», pero estaba un poco «estancado» desde que en 1989 se lanzó 'Cops' en Estados Unidos. «Es verdad que la patada en la puerta es muy efectiva , pero faltaba desarrollar las historias, saber un poco más de los malos, cómo han llegado hasta allí, y conocer también cómo trabaja un grupo de Policía tan específico y que colabora con la unidad antimafia italiana, la DEA , el FBI, la Interpol ... Esto es un híbrido, con un poco de thriller y persecuciones espectaculares, algunas de las cuales no se han visto jamás».

La mayor dificultad, señala, era convencer a los propios policías, muchos de los cuales aparecen a cara descubierta. Las creadoras del formato supieron ganarse su confianza. Ellas agradecen la predisposición de Fernando González , inspector jefe de la Sección de Localización de Fugitivos y un hombre «maravilloso». «Él estaba muy a favor del programa, pero luego hubo que ir policía por policía viendo quién quería salir y quien no». Las mascarillas ayudaron, porque algunos recurrían a esa fórmula para no mostrar del todo su rostro. Otros no querían que se les viese en absoluto. «Les dábamos total libertad. La decisión es muy personal, aunque muchos de los más jóvenes, que han nacido con Instagram en el pañal , tenían más asumido lo de enseñar su imagen».

Susana Alonso añade que « conocer la cara no es tan importante». «Es más una obsesión de nosotros los periodistas que del público. Se trata de ver su trabajo y de cómo lo ejecutan». En este punto, las creadoras admiten que, como es natural, hay cosas que no han podido incluir . Elena García Cedillo cita las explicaciones de Anastasia: «lo que ha funcionado en un caso no se puedo revelar porque puede funcionar en el siguiente». También tienen material grabado sobre delincuentes todavía no detenidos. Hasta que no se cierre el caso no lo podrán emitir.

Se trata de un trabajo extremadamente creativo . Es esencial la paciencia y «conocer al fugitivo: qué le gusta, qué vicios tiene, si juega al golf o al bingo, o una amante». «A uno lo pillaron porque se había enfadado con la mujer, eran las tres de la mañana, y salió para dormir a casa de la amante», recuerda Alonso. «Los agentes investigan si les gusta algún deporte y todos los sitios donde se puede practicar. Todo importa; si la novia es una binguera a la que le gusta la manicura francesa... Una policía nos dijo que tuvo que esconderse en la caseta del perro para hacer una 'troncha' », en al argot policial, una vigilancia.

Todo esto también puede servir para sembrar en el espectador cierta desconfianza hacia sus vecinos. «Te das cuenta de que nunca sabes quién duerme en la puerta de al lado », reconoce Alonso. Sicarios, violadores, narcotraficantes, mafiosos, pederastas, atracadores, genocidas... pueden vivir con una nueva identidad a unos metros de tu casa. «Eso es así, con Gammino quedó evidente. Era Manolo. La gente no daba crédito. No queremos generar pánico , pero tu vecino puede ser un fugitivo».

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