Carles Porta: «Hay que ser respetuoso con las víctimas e incluso con los asesinos»

Movistar+ estrena el lunes 'El crimen de la Guardia Urbana', serie documental de cuatro capítulos que pone al espectador en la piel del jurado popular que juzgó el caso

Carles Porta Movistar+
Federico Marín Bellón

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El 4 de mayo de 2017, los restos carbonizados de una persona aparecieron en el interior de un vehículo cerca del pantano de Foix. El automóvil pertenecía a Pedro Rodríguez, agente de la Guardia Urbana de Barcelona . El pasado mes de septiembre, el Tribunal Supremo confirmó la sentencia del caso, un thriller fuera del alcance de los mejores guionistas. En este enlace se puede descubrir cómo acabó el misterio para la justicia. Lo recuerde el lector o no, también puede dejarse llevar por el relato de Carles Porta , que pone al espectador en la piel del jurado popular que tuvo que tomar una decisión trascendental en una historia repleta de celos, engaños y traiciones.

Porta ganó el premio Ondas en 2021 por el programa radiofónico 'Crims' (Crímenes) , adaptado después por TV3 en colaboración con Goroka y True Crime Factory. Movistar+ estrena este lunes, 17 de enero, los cuatro capítulos de 'El crimen de la Guardia Urbana' , dentro de la serie documental 'Crímenes, de Carles Porta' , que contará algunos de los sucesos más impactantes de los últimos años en España. Movistar+ ofrecerá los 24 episodios de las dos primeras temporadas, adaptadas en castellano. «Veremos qué pasa con la tercera», adelanta su autor, quien tiene su propia tesis sobre el crimen con el que inaugura la serie, pero prefiere no compartirla: «Quiero guardármela para mí y no interferir, aunque la mayoría llegarán a la misma tesis cuando haya visto los cuatro capítulos. Creo que la verdad no se sabrá nunca ».

Al principio, me parecían muchos episodios para el mismo crimen, pero después de ver el primero cambié de opinión.

La gente va a querer consumir los cuatro seguidos. No tengo dudas. Nos ha pasado ya en Cataluña. Podría parecer la misma historia y resultar cansino y repetitivo, pero es tan potente y tiene tantos matices que verla en las cuatro perspectivas es, más que una suma, una multiplicación. Ves 360 grados del mismo hecho.

Usted, que ve tantas series de 'true crime', ¿no cree que suelen alargarse demasiado?

Totalmente de acuerdo. Me cuesta encontrar buenos 'true crime' porque muchos están achicletados. Por necesidades de producción o por lo que sea estiran los capítulos.

Es muy interesante el recurso de pedir al espectador que se meta en la piel del jurado popular.

Se me ocurrió andando. El crimen de la guardia urbana es interesantísimo de contar porque está lleno de mentiras. Los protagonistas han hablado y mentido muchísimo. No tenía sentido volver a contarlo de forma cronológica. Por qué no hacer que la gente se sienta como el jurado. Les damos los hechos como en un juicio, porque funcionan así. No me gustan los juicios paralelos que se hacen en los medios, pero espero que el espectador sea consciente de lo que es ser miembro de un jurado. Es pedagógico.

No me gustaría formar parte de un jurado popular. Decidir sobre la vida de otras personas es muy difícil

Carles Porta

¿Está a favor de los jurados populares?

Me cuesta opinar sobre eso. Prefiero que sea cada ciudadano. Están los políticos y los expertos. No lo sé. Solo digo que no me gustaría formar parte de uno. Decidir sobre la vida de otras personas es muy difícil. En un sistema democrático no sé si más justo o correcto desde el punto de vista técnico. Soy un ciudadano más en esto.

¿Por qué está tan de moda el 'true crime'?

Las plataformas lo multiplicaron y han enseñado casos muy potentes. Si está bien narrada, la realidad es muy difícil de superar. Nada es mejor que una buena serie real. En las ficciones se valora si son creíbles o no.

En la serie se nota una preocupación extrema por la claridad de exposición. Seguro que es un proceso evolutivo muy trabajado.

Me obsesiona la realidad y ser lo menos invasivo y manipulador posible, trasladar al espectador el crimen tal cual se vivió. Para eso hay que hacer primero el ejercicio de eliminarte a ti como narrador. No quiero que esté mi opinión, sino que sea una foto. Luego, al escoger las palabras, cuanto más sencillas y claras sean las descripciones, mejor. Los guionistas me tratan de loco porque el orden de las palabras es superimportante, tienes que describir en el mismo orden que lo verías, y emplear las palabras justas. Hay que trabajar con microscopio en todos los detalles, por respeto a la realidad y al oyente, lector o espectador, primero porque es inteligente y para darle lo que necesita, sin interferir en su pensamiento. Eso requiere un ejercicio de autocastigo importante y mucha reescritura. Tardamos un mes y medio en montar un capítulo. Es un trabajo casi enfermizo.

¿Cómo consiguen la colaboración de todas las partes implicadas y el acceso a tantas pruebas y documentos?

Cuesta mucho. Nosotros tenemos un equipo de 50 personas, de las que 15 se dedican a buscar testigos y a animarlos a participar. A veces cuesta convencerlos un año y medio. Hay que darles su tiempo. No es fácil sacar de su zona de confort a los policías, jueces y fiscales. Tienen que saber que no les traicionaremos, que lo tratamos todo con respeto y rigor. Es la regla de las tres R. Primero, rigor, porque si no confían en nosotros, mal. Cada persona debe saber que contamos la verdad. Luego, respeto. Hay que ser muy respetuosos con las víctimas e incluso con los asesinos, que también son personas. Y la tercera R, ritmo narrativo. Es muy difícil de conseguir pero hay que hacerlo en cada imagen, cada frase. Lo más difícil es lo más bonito, convencer a gente interesante y con cosas que contar que salga en televisión. Para la próxima temporada, tenemos a hijos de víctimas y la historia crece una barbaridad. Saben que no los vas a maltratar, que vas a explicar con naturalidad, a satisfacer la curiosidad, pero sin morbo. Ofrecemos a la gente explicar su dolor.

Una cosa que me gusta menos es el doblaje. Parece de una producción americana. ¿Se podrá ver en versión original?

Es una decisión de Movistar. Creo que no hay subtítulos. El doblaje que han hecho es muy bueno, pero estoy un poco contigo, aunque el público español está acostumbrado al doblaje desde siempre. Es una decisión que respetamos.

En el programa nunca se llega a reconstruir el crimen, lo que sería más delicado.

Sí señor. Nuestras ficciones son a plano cerrado. Son muy respetuosas. Nunca me creo una reconstrucción. Para eso ya está la ficción. Nosotros usamos ficciones para crear sensaciones, construir momentos, pero no reconstruimos el crimen porque sería mentir.

Solo en Cataluña hay 40 crímenes al año. Es España se mata algo menos que en Europa

Carles Porta

¿Cometemos tantos crímenes en España para una serie completa?

Solo en Cataluña hay 40 crímenes al año. En España se mata algo menos que en Europa, aunque es más o menos lo mismo. Pero esto no puede ser una producción industrial, porque pierde autenticidad. Cada relato requiere su tiempo. Nosotros empezamos a trabajar dos años antes. Luego se intensifican los procesos y los últimos ocho meses son tremendamente intensos. Si no estás un año y pico o dos no llegas a tener tanta información y tantos documentos, elementos audiovisuales.

¿Empezó en Sucesos por casualidad y se aficionó al género o ya iba encaminado?

Empecé en el diario 'Segre' en 1984 y como buen pinche pasé por todas las secciones. En Sucesos aprendí lo importante que es tener cuidado con lo que escribes y fotografías. Yo llegaba muy rápido a los accidentes y temía encontrarme alguna vez con algún conocido. No voy a hacer fotos escabrosas, pensaba, porque no me gustaría que sintieran asco de mi trabajo. Luego pasé por todo tipo de secciones y hace 4 o 5 años entré más de lleno en los crímenes reales, porque me gusta contar historias y detrás de un crimen siempre hay una gran historia. Los sucesos me atraparon por eso. Son un poco la esencia de la humanidad. En un crimen se concentra todo lo bueno y lo malo del ser humano.

El género negro en periodismo tiene peor fama que en el cine y la literatura, pero solo si se vuelve amarillo.

Una de las cosas que más nos elogian los compañeros de Sucesos es que en la serie hemos dignificado la profesión, entre comillas, aunque no es nuestra pretensión ni nos toca. El periodismo diario de sucesos probablemente es el más difícil. Allá cada uno con su conciencia, pero la mayoría intentan hacerlo bien. Evidentemente, se tocan temas muy delicados y pasa como en el 'true crime': intentas llenar muchos minutos y para eso tienes que prescindir a veces de la verdad. Es un problema muy gordo.

Después de probar tantos formatos, ¿prefiere alguno o incluso sueña con uno nuevo que permita hacer cosas ahora imposibles?

No soy tan visionario. Me gustan todos porque cada uno tiene sus particularidades narrativas muy interesantes: Me siento más cómodo escribiendo, porque no tengo que discutir ni convencer a nadie. Eres tú y la página. Cuando entras en audio ya necesitas un equipo y la cosa se complica en televisión, donde estamos más de 50 personas. He tenido la suerte de encontrar un equipo con gente maravillosa, pero no es fácil. A veces hay disgustos. No puedes estar en todas partes.

Matamos por lo mismo que amamos. Cada persona tiene sus circunstancias, que influyen en decisiones tan drásticas como amar o matar

Carles Porta

¿Tiene fama de ogro?

Un poco cabrón sí soy. Dejémoslo en exigente. La exigencia tiene que ser altísima y cada vez más, primero por respeto a todos los que nos cuentan su historia. Eso es sagrado. Esa gente tiene que notar que cada instante es el mejor. Y después, tenemos audiencias tan grandes que solo desde la máxima exigencia nos mantendremos ahí. Tratamos con gente viva y que ha sufrido mucho, con historias delicadas sensibles.

¿Los maestros del género como Truman Capote habrían hecho hoy podcast y series documentales?

Probablemente. Al final, y Capote el que más, lo que quieres es llegar a cuanta más gente mejor. Está en la mente de todos los creadores.

¿Ha descubierto ya 'Por qué matamos' (título de uno de sus podcast)?

Gran pregunta. Por lo mismo que amamos. Cada persona mata o ama por razones distintas. Cada uno tiene sus circunstancias, que influyen en decisiones tan drásticas como amar o matar.

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