Hormigas blancas

El «humillante» episodio de sus inicios que Lola Flores siempre quiso olvidar

El programa de Telecinco repasó la intensa vida amorosa de «La Faraona» antes de su matrimonio con «El Pescaílla»

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La folclórica en mayúsculas, Lola de España , fue la protagonista del «Hormigas blancas» de anoche. Se repasó la vida de la artista jerezana sin cortapisas, incidiendo de forma especial en sus amoríos. No se pasó de puntillas, sino que se incidió, en un episodio licencioso ocurrido a los inicios de su carrera.

Pero, para situar la historia, hay que ir al inicio. Todo empezó en 1923 , un 21 de enero, en la calle Sol de Jerez de la Frontera . Nace Lola el mismo año que Maria Callas . La madre, costurera. El padre, tabernero. Y es en el local de su padre donde empieza a bailar. En 1939 aparece por primera vez en la prensa, tras una actuación en la que es presentada como «Lolita Flores» . En 1940, la familia hace los bártulos y se va a Madrid a acompañar a la joven artista, que ese año graba su primer disco, «Lerele» .

Ese traslado implica sacrificios económicos: «Mi padre vendió todo para ayudarme en mis comienzos artísticos», contó «La Faraona» cuando falleció su progenitor.

Más adelante se sabría qué hizo para compensar ese sacrificio. En concreto, se relata en «Lola Flores. El volcán y la brisa» , la biografía escrita por Juan Ignacio García Garzón publicada en 2002, siete años después de la muerte de la andaluza. En sus duros inicios en Madrid, la artista recibió una proposición sexual. Así se describe en el libro: «Salimos varias veces, y él a lo suyo; y yo, a resistirme. Hasta que un día me dijo: 'Tú necesitas dinero'. Y yo le dije: 'Sí, 50.000 pesetas'. Me dejó un momento sola en el restaurante y volvió con el dinero. Me dijo: 'Aquí la tienes, vámonos'. Le contesté: 'No, perdona, hoy no podría irme contigo a ningún sitio. Mañana te doy mi palabra de que iré a dónde tú quieras'. Y así fue. Me citó en Hotel Nacional y allí acudir a pagar con mi cuerpo la deuda contraída. Cuando llegué a a mi casa y les llevé a mis padres las 50.000 pesetas , pensé que les devolvía el dinero por el cual ellos traspasaron el bar de Jerez para que yo fuera artista y les dije: 'Nunca me pregunten de dónde he sacado esto'. Y sus ojos se tornaron en lágrimas».

Durante el programa se precisó que el protagonista de ese episodio fue el bilbaíno Adolfo Arenaza , el productor del espectáculo «Zambra» , decisivo en la vida y obra de Lola.

Manolo Caracol era entonces uno de los «cantaores» más prestigiosos de España . Su asociación con la emergente Lola Flores en «Zambra» fue un éxito total. El espectáculo inició su andadura en 1944 y se mantuvo en escena en 1955 . Canciones como «La niña de fuego» y «La zarzamora» surgieron de «Zambra» . Pero es que, además, se enamoró de su compañero de tablas. Él estaba casado y casi le doblaba en edad. Dio igual. Su romance durará ocho años. En 1951 se separarán.

Rappel , presente en el plató, recordó aquel episodio hotelero: «Lo recordaba con tristeza, porque para ella fue una humillación, pero a la vez una satisfacción, porque zanjaba una deuda importante con sus padres, que habían hecho un gran sacrificio por ella. Pero a ella llegar a eso le costaba. Era una mujer que era muy abierta, muy campechana, muy desenvuelta, pero luego en el fondo era recatada y era tímida». «A pesar de que luego se ponía esos escotes, era tímida y recatada. Yo lo he hecho ropa en mi casa de modas. Si yo entraba en el probador, ella se tapaba. Y luego salía en una fiesta con los pechos casi fuera», insistió el que se presenta como vidente.

Dos futbolistas y un guitarrista

El escándalo marcó los primeros años de su vida amorosa. Tras Manolo Caracol , tuvo amoríos con dos futbolistas, Biosca (Barça) y Coque (Atlético de Madrid). Este último dejó a su novia y el fútbol por ella. Y Lola lo dejó a él por el guitarrista Antonio González, «El Pescaílla» , quien estaba casada por el rito gitano con Dolores Amaya .

La boda de «El Pescaílla» y Lola Flores Telecinco

Por eso el 27 octubre 1957 Lola y Antonio se casaron en secreto a las seis de la mañana en El Escorial . El objetivo era «evitar que la familia de Dolores Amaya acometa una venganza». Lola estaba embarazada de tres meses. Ese mismo día, salió entrevistada en «ABC» : «Creo que el matrimonio es lo mejor que puede hacer una mujer española y católica», sentenció «La Faraona» en esa pieza. Añadió que le gustaría tener tres hijos, dos niños y una niña (acertó en en el número, no en el sexo). «Loliya» –así lo bautizaron en las revistas– Flores nacería al año siguiente.

Con «El Pescaílla» encontró la estabilidad durante un tiempo y se quedaron aparcados los escándalos amorosos. Por un tiempo. Porque a finales de los años 70 admitió que vivían juntos pero con vidas y camas separadas. En todo caso, siguieron juntos hasta el final. Él murió en 1999 a los 73 años como viudo de Lola Flores .

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