«Aún no ha empezado y ya es un juguete roto»: el actor ‘canalla’ que debuta en 'El Hormiguero'

María Robert

21/03/2022
Actualizado 22/03/2022 a las 11:36h.

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En 2015 uno de los rostros más populares del cine y la televisión debutaba como director de largometrajes por la puerta grande. Con ‘A cambio de nada ’ , su ópera prima, Daniel Guzmán se llevó a casa el Goya al Mejor director novel, el segundo de su carreta tras ganar en 2003 la estatuilla a Mejor cortometraje de ficción con ‘Sueños’ . Ahora, después de mantenerse en un segundo plano durante un tiempo, regresa a las salas con ‘Canallas’ , su segunda películ a, debajo del brazo.

En este trabajo el cineasta reúne, aparte de a sí mismo y a Luis Tosar , a actores sin experiencia como Joaquín González , un intérprete cuya carrera acaba de comenzar. Los tres han visitado este lunes 21 de marzo ‘El Hormiguero’ para presentar un filme que ya se postula a entrar en la lista de los mejores títulos del cine español de 2022.

«En 'Canallas' quería sobre todo que fuese una comedia. Me apetecía muchísimo, porque me gusta reírme de mí mismo y quería disfrutar. Por eso decidí hacer una comedia muy disparatada y muy canalla», ha contado el director.

Igual que en ‘A cambio de nada’ , ha vuelto a recurrir a actores no profesionales, como Joaquín, al que define como «un profesional de la vida, un personaje único que se va a convertir en un fenómeno social». «Yo creo que hemos creado un monstruo», ha bromeado. Tosar ha agregado su chascarrillo también. «Aún no hemos estrenado la peli y ya es un juguete roto».

«Es alguien por descubrir. Es un tipo que genera comedia haga lo que haga y diga lo que diga», ha continuado el director. Y un invitado flipando de estar en ‘El Hormiguero’ .

En este punto Motos le ha pedido que se defina para que la audiencia lo pueda conocer. «Soy una persona que intenta buscarse la vida lo mejor que puede en estos tiempos que hay. Mi trabajo son los negocios. Intento vender suelo, un hotel, diamantes, un Goya, leche en polvo… Lo que pueda para sobrevivir y lo que haya para vender», ha detallado. Tampoco ha dudado en contar que las grandes operaciones no les salen bien, siempre suele fracasar. «Lo mío son las de 15.000, 20.000… Pues lo justo para vivir».

Ahora mismo, además, el actor/empresario tiene un barco de petróleo parado en Rotterdam para venderlo. «Había un comprador, pero como estábamos en Málaga no he podido», ha desvelado.

Anonadado por la relación de piques entre ambos, el presentador ha querido saber el secreto de su amistad. «Somos amigos porque no nos tomamos en serio», ha aclarado el madrileño.

Luis Tosar , a quien no le han dejado abrir mucho la boca, narra su experiencia en el rodaje de la película, que define como «límite». «Probablemente recuerde el resto de mis días los dos meses de rodaje, en los que me he reído probablemente más que en 50 años. Y seguramente de los momentos más maravillosos que haya podido vivir en cine. Al lado de estos señores la locura es absoluta, porque nunca sabes muy bien qué estas haciendo, si es una ficción o realmente lo que está pasando ya tiene visos de verdad».

«¿Había más delincuentes en este rodaje o en el de 'Celda 211' ?», ha indagado Motos. «Por ahí andará. Pero en 'Celda 211' por lo menos sabías quienes eran».

Al maestro de ceremonias le han chivado que el actor novel no se aprendía el texto en los rodajes, algo que ha indignado al implicado «¡No mientas! Me sabía el texto perfecto cada día. Hacíamos 100 tomas por su culpa, porque es un tía al que le gusta todo perfecto y hace muchas tomas por si las moscas», ha asegurado con firmeza.

«Y lo que no se le entendiera también era por si las moscas…», ha cuestionado irónico Tosar. Señalando al director, el aludido ha contado que este le colocó una dentadura de plástico con la que no podía hablar. «Y encima quería que dijera todo perfecto, es un figura», ha señalado.

Tosar ha admitido que en los ensayos todo salía perfecto, pero que en el primer día de rodaje, «Joaquín no daba pie con bola». «El primer día rodamos una secuencia que iba vestido con papel de burbuja y encima le dejaban un tanga», ha destapado. «Y él me lo quitó, me dejó en pelota. Todo el mundo me decía ‘se te ve la colita’ ¿Cómo voy a salir yo? Pues jodido», ha saltado Joaquín.

Por su parte, Daniel Guzmán ha confesado que es un poco psicópata como director. «Me gusta llevar a los actores al límite porque no van al resultado, sino al proceso. Entonces, solo tienen que sobrevivir. Y ahí es donde están de verdad, haciéndolo orgánico y creíble».

Aunque es un método que le viene de la experiencia propia de la vida. «Es verdad que mis amigos y yo toda la vida hemos dejado a un lado los límites por reírnos, pero al final se va liando. Aquí queremos hacer una película sin límites, nos la hemos jugado. El único que ha aportado un poco de cordura ha sido Luis».

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