First Dates Crucero

El emotivo recuerdo de una comensal de «First Dates» sobre su marido fallecido: «A veces aún lo oigo»

En la remesa de de «First Dates Cruceros» hubo de todo, desde «la Pamela Anderson española» hasta incómodas citas

María y Ángela en «First Dates Crucero» Mediaset

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Si los martes la noche es de «La isla de las tentaciones» y sus locuras de pareja, los lunes Cuatro se embarca en el crucero del amor, para unir y no separar con el celestino Carlos Sobera.

En «First Dates Cruceros» hay cabida para todos, desde indecisos, italianos , rubias explosivas a comensales que quieren a chicos fuertes. Lidia entró con fuerza como «la Pamela Anderson española» : «Mis padres no saben ni dónde estoy, pero cuanto menos sepan, mejor», se presentó, y ya auguraba peligro. Aunque aseguraba querer «un hombre convencional», a la rubia de a bordo le gusta bastante llamar la atención. Mientras esperaba a su cita, se entretuvo en la cubierta de «First Dates Crucero» , acaparó miradas, piropeó y dijo, sin pudor, mientras se tomaba un champán: «Quiero alguien que tenga buena cartera y no sea calvo» . Toda una declaración de intenciones de esta mujer que dice no ser «de Coca Cola» pero que llegó a cubierta pisando fuerte: «A alguien me voy a llevar».

Y le tocó el italiano Luciano, que trabaja con el lujo. «Verle así vestido me ha descuadrado», decía Lidia, alicaída con su cita y sin ganas de contenerse. Claro que ella lo pidió «con pelo» y le pusieron a uno sin él: «Vengo de una familia de peluqueros...». dijo mientras llamaba al presentadro Carlos «Solera».

No se cortaba Lidia, y aunque no le gustó la primera impresión, a la catalana se le iluminaron los ojos cuando el italiano habló de su «armario de chaquetas» y de su negocio de vacaciones de lujo. Y claro, cambió de opinión: «Luciano maneja y mucho. Ese traje que él lleva es de India de gente con dinero. Si es una persona que me ofrece otras cosas, que tenga pelo o no ya es secundario». El dinero lo cambia todo, y aunque no le gustó al principio, la velada en «First Dates Crucero» terminó convenciéndola. «Me gustan los pantalones, tiene una sonrisa muy bonita, mira a los ojos... Yo creo que si le convenzo, le pongo pelo y le pongo traje me quedo con él, a ver si él se queda conmigo». Y siguieron navegando juntos.

Amor en la tercera edad

También con optimismo llegó María, que buscaba revivir viejas emociones y encontrar a un hombre «Bertín Osborne y Arturo Fernández». Ya lo decía Sobera: «Nuestro barco es el lugar ideal para que renazcan pasiones que parecían olvidadas». Aunque no hubo chatín, sí llegó el recién jubilado «Don Paco», Francisco José, «un poco clásico y bastante caballeroso» , que quedó impactado. «Me acabo de jubilar y tengo muchas ganas de vivir», dijo en «First Dates el hombre.

La suya fue la cita más emotiva del menú de «First Dates Cruceros». María se abrió en canal, y contó su experiencia como viuda despoués de que su marido falleciera hace cinco años, a los 62, después de sentir un repentino dolor en la pierna. « Aún lo oigo, se abre la puerta y parece que va a entrar . Aunque tú creas que se acaba no se acaba porque están mis hijos, nietos, familia», reconocía la mujer, encantada con su cita, que parecía hacerla sentir segura.

Entre piropos y sonrisas, María y Francisco José parecían cada vez más acaramelados. «Este viaje no lo voy a olvidar nunca y creo que llega en un momento maravilloso para mí, quizás dos años atrás no lo hubiera hecho, hoy psicológicamente estoy preparada », reconoció María, que admitió durante su cita en «First Dates Crucero» no haber tenido relaciones tras la muerte de su marido hace cinco años.

«Me gusta porque tienes conversación, aunque el inconveniente que le veo es la distancia», dijo el de Alicante. «Creo que María tiene mucho amor que dar y creo que le puedo corresponder igual o más que ella. Me está embrujando». El influjo perduró y siguieron navegando juntos. Tanto, que hasta compartieron gafas.. y besos: «Me acabo de dar cuenta de que tienes unas piernas preciosas», dijo Francisco José, momentos antes de encontrarse con Ángela, la hermana de María y de darse un pico en su presencia.

Mientras el resto picoteaba, ellos llegaron al camarote. «Ha sido un día muy bonito», valoraba Paco. «Mi vida la tenía terminada, dedicarme a mis hijos pero como mujer... nunca pensé que me surgiera una cosa como esta», decía María. La entrañable pareja tomó incluso fresas en el jacuzzi de «First Dates Crucero» . «Nos quieren pervertir, nos están poniendo alimentos afrodisiacos», probaba Paco a ver si había suerte, pero ella lo tenía claro: «A mí me gustan las cosas con calma, paso a paso».

El barco de «First Dates Cruceros» surcó aguas calmadas como la cita de María y Francisco José y marejadas, como la que prometió desde el principio Lidia a cualquier hombre que se cruce en su camino. «Persona ardiente», según sus palabras, le gustaría encontrar a alguien que le meta un poco de caña. «Soy feliz sola pero si estoy acompañada, soy más feliz. Tengo un perro pero quiero otro perro de dos patas y yo llevo el collar», ríe la rubia explosiva.

Se adularon, se dieron las manos y, lo más importante, se sintieron a gusto. Parecieron rejuvencer ambos estando juntos, tanto que se soltaron, se abrazaron y se tumbaron en la cama, uno sobre el otro. «Hacía mucho tiempo que no sentía ese hormigueo». Parecían quinceañeros. «Es espléndido todo, como un sueño», dijo María.

En «First Dates Crucero» repitió Fátima , que después de una cita con Edgar que «no salió bien», volvió a probar suerte y se enamoró a primera vista. «Es un poco infantil, bajito y muy flipado. No va conmigo, me lo como con patatas, arroz y ensalada», dijo esta mujer de ideas muy claras y que quería una cita con alguien muy concreto: Xavi, a quien vio en la piscina tomándose un baño. «Tiene un cuerpo que para hacer una cucharita... amazing».

Un rechazo inesperado

Lo que no sabía Fátima es lo que le pone «el morbo» a su cita, fan de todo tipo de juguetes sexuales y un hombre encantado de tener sexo en cualquier lugar. Parecía atrevido, pero no atraído por Fátima, indeciso sobre si darle o no la cita, pero que finalmente aceptó. «Me siento halagado cuando una chica pide una cita conmigo porque me considero un chaval resultón». Y todo empezó fuerte, que si me gustas, que si no... pero aunque Xavi decía que sí, no era tan efusivo como Fátima, aunque todos parecieron notarlo excepto ella.

«Nunca he estado con una chica que sea tan exuberante y eso me tira un poco para atrás», respondió con seguridad Xavi, que dijo de Fátima que era «más caliente que un mixto». «Me ha tocado la moral, pensaba que le iba a gustar, no estoy acostumbrada a que me rechacen», reconoció la mulata: «Me he sentido humillada, como una vaca».

Al final terminaron rompiendo la incomodidad en una cita a cuatro, con Layla y su pareja, y aunque Fátima no quería y se ponía celosa, Xavi terminó pidiéndole una cita a Layla y ella a él. Y la tuvieron, en una habitación. Si no es con una es con otra, pero siempre surge el amor en «First Dates Crucero» . Pero, mientras, Fátima lloraba, despechada tras el rechazo. Menos mal que no vio lo que sucedía en el otro cuarto.

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