Televerité

Las víctimas

Así han sido tratadas por el cine español

Fotograma de «Patria» HBO
Hughes .

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Un matrimonio. Tres tiros. Un muerto y una viuda. El comienzo de «Patria» (HBO) deja pocas dudas. Luego, sí, se amplía la mirada con la historia de las dos familias y la complejidad de «otros sufrimientos» entrecruzados. La serie será juzgada más allá de lo artístico, es inevitable, aunque al hacerlo deberíamos situarla en el contexto de nuestro cine y su tratamiento de la cuestión.

Una joven profesora navarra, Roncesvalles Labiano, ha estudiado en su tesis la presencia de las víctimas de ETA en el cine español. Según ella, se observa una evolución con tres etapas bien diferenciadas .

Una primera, de 1978 a 1992, en la que ETA se ve como un movimiento antifranquista romantizado y donde las víctimas no aparecen, o son un objetivo o un detalle del contexto (una voz en la radio). Hay otras víctimas, pero nunca las de ETA.

La situación va cambiando en los noventa, una transición a partir de películas como «Días Contados» o «Yoyes». Surge lo que Labiano llama el «verdugo-víctima». Las víctimas son etarras que intentan dejar el terrorismo. Es como si el héroe rebelde pasará a ser héroe moral.

El asesinato de Miguel Ángel Blanco marca un cambio de tendencia que empieza a plasmarse en documentales (destaca Iñaki Arteta) que ya dan a las víctimas nombre y apellidos. En la ficción seguirán en un plano secundario, aunque se observen los primeros rasgos de humanización. Habrá que esperar a 2008 para ver una centrada en una víctima, «Todos estamos invitados», de Gutiérrez Aragón, sobre un profesor universitario crítico con ETA.

Es en esta lenta evolución, que no habla muy bien de nuestro cine ni de la sociedad española, donde hay que situar «Patria». Labiano concluye que, pese a todo, un grupo de víctimas sigue sin recibir el justo tratamiento: los miembros de las FFyCC de Seguridad del Estado. Cuando aparecen no se personaliza en ellos, como sí sucede con otros tipos de víctimas. Su presencia como meros uniformes o fuerzas represoras ha sido una constante del cine español que solo muy recientemente empieza a cambiar.

Militares, policías y guardias civiles fueron los primeros en ser asesinados, y van a ser los últimos en ser representados. Si es que lo son alguna vez.

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