La única vez que Sánchez Dragó se quedó sin palabras en televisión: Fernando Arrabal y el mileniarismo

El famoso incidente del mileniarismo se produjo en el programa 'El mundo por montera', presentado por el escritor recién fallecido

Sánchez Dragó, un escritor pegado a la polémica: del «lamento haber nacido español» a la gestación subrogada de Ana Obregón

Fernando Arrabal y Fernando Sánchez Dragó, en 'El mundo por montera' RTVE

David Sánchez de Castro

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Además de un prolífico escritor con 40 obras en su haber, Fernando Sánchez Dragó fue un divulgador cultural muy conocido. Entendió que su labor con la literatura iba más allá de escribir, por lo que dirigió y presentó numerosos programas televisivos.

En TVE, estuvo al frente de 'Encuentros con las letras', 'Biblioteca nacional', 'La noche', 'El mundo por montera', 'Negro sobre blanco' y 'Libros con uasabi'. En todos ellos mostraba una de sus grandes virtudes, la de conversador y entrevistador, donde sacaba muchas veces lo mejor de su amplio conocimiento cultural para llevar a un paso más allá la simple promoción de la literatura.

De todas las escenas que protagonizó en su faceta como presentador, hay una por la que su figura se hizo conocida mucho más allá del momento en el que se produjo. Fue en noviembre de 1989, en el programa 'El mundo por montera' . A colación de la caída del muro de Berlín, hablaban sobre el concepto del fin del mundo, sin saber que en esa tertulia iban a vivir un particular Apocalipsis.

El dramaturgo Fernando Arrabal advertía a España entera de un temible incidente inmediato: el mileniarismo iba a llegar .

«Quieto, Fernando»

El capítulo del programa se titulaba Kaliyuga (El Apocalipsis). Con Sánchez Dragó como anfitrión, conversaban sobre este concepto escritores, pensadores y filósofos como André Malby, Félix Gracia Plou, Antonio López Campillo, Luis Maggi, Mario Satz, Isidro Juan Palacios y Fernando Arrabal , que a la postre sería el gran protagonista.

Lo que allí ocurrió es historia de la televisión. Arrabal estaba en un estado de embriaguez inasumible para aguantar de manera normal en antena, y menos en directo. Él siempre dijo que fue por un vaso de ginebra que se bebió antes y que creyó que era agua , pero fuera sin intención, fuera con ella, lo cierto es que dejó a todos sin palabras.

Mientras sus compañeros intentaban contener la risa y miraban con estupor y cierto bochorno, Arrabal advertía de que «el mileniarismo va a llegar» . Cuando Sánchez Dragó intentaba frenarle, el dramaturgo gritaba: «¡Déjame hablar, déjame hablar! No se dejan hablar a las minorías silenciosas...».

Sánchez Dragó intentaba recomponerse, intentando que la escena no pasara a mayores, mientras Arrabal reventaba los discursos de sus compañeros, en algunos casos incluso con besos, o rompía el plano sentándose en la mesa del centro.

Aquel fue una de las pocas veces que a Sánchez Dragó le costó mantener la conversación de manera fluida. Una de las pocas veces que, ante las cámaras, el escritor vio cómo la realidad que tenía ante sus ojos le dejaba sin palabras.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación