«Doc», la verdadera odisea del médico que olvidó doce años de su vida

La serie de AXN está basada en la vida de Piccioni, que tuvo que redescubrir sus recuerdos y reaprender su oficio

DOC AXN

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En apenas cincuenta minutos, los que dura su primer capítulo, «Doc» (cada martes, a las 22.05, en AXN ), desvela las dos caras del doctor Andrea Fanti (Luca Argentero). Es uno de los especialistas más brillantes de medicina interna, aunque frío y distante a la hora de tratar a sus pacientes. Aunque el planteamiento inicial puede recordar a «House», todo cambia cuando un terrible accidente le hace olvidar los recuerdos de sus últimos doce años de vida. «Después de llevar años tratando a sus pacientes como números, le tocará aprender a estar al otro lado de la camilla», explica Argentero, el actor que le interpreta.

Pero este maldito giro del destino no es fruto de la imaginación de un guionista, sino que es lo que le ocurrió al doctor italiano Pierdante Piccioni, en quien se basa «Doc». Sufrió un accidente de tráfico el 13 de mayo de 2013, pero, cuando despertó, estaba convencido de que era el 25 de octubre de 2001. «Fue como viajar en una máquina del tiempo» , explica por teléfono a ABC. Esta secuela está causada por la lesión cerebral que sufrió, pero no fue la única consecuencia del accidente. «Tuve problemas de movilidad en el brazo derecho y en la pierna derecha, sufrí afasia [trastorno del lenguaje que se caracteriza por la incapacidad o la dificultad de comunicarse], pero el mayor problema tenía que ver con la memoria», añade.

¿Qué es un smartphone?

El último recuerdo que tenía es del octavo cumpleaños de su hijo Tommaso; sin embargo, este tenía 20 años cuando despertó. «Me dijeron que había dos Papas y no me lo podía creer. Me enseñaron la fotografía de un hombre negro, que yo pensé que era un jugador de baloncesto, ¡y era Obama! Me costó mucho creer que en Estados Unidos hubiese un presidente de color, aunque para increíble, mi historia», recuerda entre risas. « Para mí, no existían, por ejemplo, los smartphones. Me sentía como un hombre prehistórico en mitad de Times Square en la tarde de Año Nuevo. Ahora, es divertido, pero, en ese momento fue terrible, muy dramático para mí», relata el doctor, quien ha escrito ya cuatro libros sobre su historia y ya está pensando en el quinto.

Piccioni continúa reconstruyendo esos años de su vida a través de las historias de su familia y amigos. «Como dijo Borges, no solo vivimos en nuestros recuerdos, también lo hacemos en los recuerdos que las otras personas tienen de ti. Yo he revivido mi vida con lo que me han contado otras personas ». Para ello, dedica al menos media hora al día para «descubrir» detalles de si mismo. «Le suelo preguntar a algún amigo o familiar que qué estaba pasando en el 2010 o qué hicimos en la final del Mundial. A veces incluso ponemos el partido y me cuentan qué ocurría en el momento en el que lo vimos», explica. Todo lo hace con la esperanza de recuperar la memoria. «No sabes que detalle puede desbloquear todos esos recuerdos», apunta. Pero, entre todos los relatos, tiene uno favorito: «Cuando mis amigos me llevaron a una bodega italiana muy reconocida en Valpolicella. Entonces descubrí que era un sommelier, aunque solo fuese por una vez en la vida».

Familia, amigos y fe

Habla con naturalidad del accidente y de las consecuencias, incluso bromea al respecto. « El psicólogo ayuda mucho, ¿sabes?», dice entre risas. «Pero para mí los tres pilares fundamentales son la familia, los amigos y la fe. Fe en que soy capaz de lo que tengo que hacer y la fe católica», añade. Actualmente, sigue trabajando en Urgencias y achaca su buen humor a su situación actual: «He trabajado en primera línea durante la pandemia. He visto el infierno de cerca y por eso ahora doy gracias de estar sano y de que la cosa cada vez vaya a mejor», confiesa.

Pero regresar al trabajo, después del accidente, no fue una tarea fácil. Necesitó dos años para volver. «Hace mucho tiempo me hice la pregunta de qué quería ser cuando fuese un adulto. Esa misma pregunta me la hice después del accidente y la respuesta fue la misma. Volví a estudiar todo lo que fue necesario para convertirme, de nuevo, en un médico. Porque la gente se planteaba si mi pérdida de memoria supondría un problema para desarrollar mi trabajo. Y después de estos exámenes, mi jefe me propuso volver al trabajo», cuenta.

«El problema no fue la memoria, fueron las emociones que perdí. Nadie puede devolvérmelas. Ni eso ni las personas que perdí en ese tiempo, por ejemplo, mi madre. Nadie se puede imaginar lo que fue para mí ir al cementerio a ver la fotografía de mi madre en una lápida. En mi cabeza, ella estaba viva», concluye.

Con los sanitarios más presentes que nunca en nuestras vidas y, teniendo en cuenta el éxito que ha tenido «Doc» en Italia, donde aún faltan varios capítulos para poner punto final a la primera temporada, la Rai 1 ya ha dado luz verde a una segunda entrega en la que ya están trabajando.

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