Netflix podría haber matado la telenovela; ahora es su salvación

Tras el éxito mundial en la plataforma de los seriales colombianos 'Café con aroma de mujer' y 'La reina del flow', ¿cuál es el futuro de un género tan propio de la televisión tradicional?

William Levy y Laura Londoño son los protagonistas de la telenovela colombiana 'Café con aroma de mujer' Netflix
Óscar Rus

Óscar Rus

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Hay un hombre en España que hizo suya –nuestra– la telenovela: Jaume Banacolocha . El ahora primer ejecutivo de la productora Diagonal fue pionero hace 28 años con 'Poblenou' en la televisión pública catalana. Aquella, sobre los vecinos de un barrio barcelonés, bebió de otras como la británica 'EastEnders', todavía en el aire tras 37 años, y la australiana 'Neighbours', cuyo final se emitió la semana pasada tras 8.903 episodios. No era la fórmula de la Coca Cola. Era la fórmula del culebrón: cómo escribir y rodar 30 minutos diarios. Aquel mismo año, 1994, llegó la vasca 'Goenkale' y en 1996, Telecinco abrió 'El súper'. A Televisión Española le iba divinamente con las latinoamericanas.

El resto es historia, o sea, 'Amar es para siempre' , cuya temporada 18, ambientada a principios de los años ochenta, empieza a rodarse el próximo lunes para emitirse en Antena 3 desde este septiembre hasta agosto de 2023. No hay descanso a ojos del espectador, más ocioso en verano y, por tanto, más proclive a engancharse. Ahora, los capítulos duran 45-47 minutos (súmenle el resumen, la cabecera, el avance, la publicidad…) y la trama debe ir como un tiro. «Lo que más ha cambiado es el ritmo narrativo; la rapidez, la velocidad a la que sucede el argumento. Antes podías no hacer grandes avances durante varios días y ahora el espectador tiene una cultura audiovisual y está habituado a un ritmo de consumir series e incluso de vivir más rápido», sostiene su director Eduardo Casanova. 'Amar es para siempre' (antes 'Amar en tiempos revueltos' en TVE) es, hoy por hoy, el único serial nacional junto a 'Servir y proteger' , en La 1, cuya séptima temporada empezó en julio. Hace solo dos años, en plena pandemia, había el doble de títulos.

¿Es el ocaso o el resurgir de una obra televisiva que garantiza un trabajo fijo en una profesión inestable, funciona como cantera de intérpretes noveles y escaparate de veteranos, y acompaña día a día, tarde a tarde, a un público de todas las edades?

Anabel Alonso y Ángeles Martín son Beni y Visi, dueñas de un videoclub, en la décima temporada de 'Amar es para siempre' Atresmedia

Jaume Banacolocha, también productor de 'Amar es para siempre', cree que tienen cuerda para rato. En Diagonal tienen dos proyectos; uno ambientado en el pasado y otro en el presente. Las cadenas –dice– se la juegan menos con una serie diaria que con una semanal, pues el público de la primera es más fiel que el de la segunda. Hasta Mediaset está preparando una para Cuatro, cuyo último título memorable fue 'Ciega a citas' (2014). Mitad comedia romántica actual y mitad melodrama de época era 'Dos vidas' , el último serial producido por TVE. Acabó en febrero tras un año y sin relevo. La misma productora, Bambú, está preparando para la cadena pública 'La promesa'. «Fuimos muy ambiciosos. Empezamos con un 'flashforward' contando el final. Todos sabíamos que no podía ser tan larga como 'Acacias 38' , pero sí podríamos haber estirado algunas tramas», comenta la coordinadora de guion, Alba Lucío.

Ella también cree que la tierra es fértil: «Cabría pensar que las plataformas pueden acabar con un formato tan antagónico: series larguísimas con presupuesto bajo. Sin embargo, las que se están poniendo en Netflix están funcionando muy bien». Es el caso de las telenovelas colombianas 'Café con aroma de mujer ', adaptación de la homónima de 1994, y 'La reina del flow'. «Está habiendo un renacer del culebrón a nivel mundial. Las plataformas están mirando con ojos golosones ese tipo de contenido porque llena muchísimas horas y al que la gente, si se engancha, lo hace con una pasión que ocurre poco. Hace un par de años diría que las plataformas estaban matando la diaria y ahora puede haber un renacer del culebrón gracias a ellas. Quizás, pronto, veamos una serie diaria española en una plataforma», continúa. En Netflix, cuantos más minutos dure un título, más probabilidades tiene de perpetuarse entre lo más visto, pues la plataforma mide ahora así su propia audiencia. «Las plataformas se parecen cada vez más a las televisiones en abierto», añade Jaume Banacolocha. Solo falta que metan anuncios.

En Atresplayer Premium, por ejemplo, los seguidores de 'Amar es para siempre' pueden ver –previo pago y sin publicidad– los siguientes cinco capítulos. Ya ocurría con 'El secreto de Puente Viejo', también de Antena 3, que terminó en pleno confinamiento tras 2.324 entregas. Es un modo de operar que la televisión pública británica adopta en verano: cada lunes, a primera hora de la mañana, sube a su web cuatro episodios de 'EastEnders', pues la parrilla diaria varía por los eventos deportivos. En España, los espectadores de 'Servir y proteger' ya se han quejado del baile de horarios por culpa del Tour de Francia. También sucede al revés: personas que a la hora de la cena recuperan la entrega emitida esa misma tarde.

«A la hora de escribir ya no piensas que van a pasar 24 horas hasta que el espectador vea el siguiente capítulo», admite el creador de 'Dos vidas', Josep Cister, especializado en las diarias tras 'El secreto de Puente Viejo' y 'Acacias 38'. Todas ellas se emitieron en la sobremesa, cada vez más tardía, pero las nuevas podrían ir a las ocho de la tarde, como antaño. «Es algo que se va a extender a las plataformas y a otros horarios», augura. Los 92 episodios de 'Café con aroma de mujer' (2021) se emitieron de lunes a viernes, a las 20.00 horas, en la televisión colombiana, y meses después llegaron a Netflix. Lo mismito que la secuela de 'Pasión de gavilanes', que pasó sin pena ni gloria por Telecinco y ahora está entre lo más visto de Netflix. Y el próximo miércoles 17, la plataforma estrena su primera telenovela original, la mexicana 'Donde hubo fuego'; 40 episodios en un clic. Estas elevadas cifras contrastan con la cada vez menor duración de la ficción 'semanal', de 'prime time', cuya temporada ronda los 6 u 8 capítulos.

Luisa Martín y Roberto Álvarez son policía y médico, mujer y marido, en la séptima temporada de 'Servir y proteger' RTVE

Y en pleno reajuste, la pasión turca . 'Tierra amarga', aunque producida para el horario de máxima audiencia, se emite en Antena 3 por las tardes tras 'Amar es para siempre'. Es todo un éxito con datos superiores al 18% de cuota de pantalla. «Sin duda, 'Tierra amarga' está ocupando el sitio de una española», admite Eduardo Casanova. Alba Lucío critica el machismo y la homofobia de las ficciones otomanas, y pide mayor producción propia de seriales, especialmente a la televisión pública española. En 'Dos vidas', por ejemplo, hubo una trama de un chico trans protagonizada por un actor trans. Ahora está emitiéndose en Italia a través de Canale 5 (Mediaset). «Las novelas turcas nos han traído conflictos y conceptos de sociedad que –creía– teníamos superados en España», añade Josep Cister. «Si las diarias turcas funcionan también te hacen funcionar a ti. No creo que nos perjudiquen tanto», rebate Jaume Banacolocha. En otros países, nuestros seriales se emiten a veces en horario de máxima audiencia.

«En España tenemos un valor de producción alto. La parte visual es una de las cosas que la gente más valora», presume Cister. Él cree que, aquí, el serial de época funciona mejor que el contemporáneo. Quizás, la excepción sea 'Yo soy Bea' (Telecinco, 2006-09), adaptación de la colombiana 'Yo soy Betty, la fea', que superó varias veces los 4 millones de espectadores por la tarde (o sea, lo nunca visto). «Una historia entre un pobre y un rico, hoy en día, no tiene los mismos ingredientes que si ocurre en 1800. Puedes maximizar las historias porque hay más límites y diferencias; hay más cosas que separan que unen. Y nos gusta ver vestidos, paisajes, lugares bonitos…», añade. La posguerra –argumenta– sigue siendo una época reconocible para parte de la población (y otra, más joven, la descubre). Alba Lucío ('Dos vidas') es de la misma opinión y hace autocrítica: «Funcionó mejor la trama del pasado que la trama de la actualidad porque funciona mejor el melodrama que la comedia romántica en este formato. Si yo ahora plantease una serie diaria para TVE, también tiraría al melodrama y la época».

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