En 'El inmortal', Movistar+ recrea la España de los 90 para contar el ascenso del fundador de Los Miami

Óscar Rus

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24/07/2021
Actualizado a las 12:30h.

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El final de 'El inmortal' , nueva serie de Dlo Producciones para Movistar+ , no está todavía escrito, pero sí la mitad de un cuento que empezó en los años noventa. Y no porque sus guionistas, Diego Sotelo y David Moreno , lleguen tarde a la fiesta, sino porque el material, como les ocurrió con 'En el corredor de la muerte' y 'Fariña' , es un titular que siempre está por escribir. El que sirvió como inspiración para esta ficción fue uno del periodista Javier Negre para 'El mundo': "Yo, el miami 'inmortal', confieso...".

Protagoniza Álex García , aquí Jose Antonio, 'alter ego' de Juan Carlos Peña Enano , fundador de la banda criminal Los Miami y un verdadero gato con siete vidas y una pierna de metal. Su leyenda nació cuando le intentaron matar por primera vez y hasta salieron imitadores de una cuadrilla cuya ley imperaba en la noche madrileña. «Casi todos los integrantes están muertos o encarcelados. Aquí evidentemente hemos cambiado todo tipo de nombres y situaciones por respeto a los vivos y a los muertos. Narramos una época y una realidad, pero la hemos ficcionado muchísimo», se protege su creador y productor José Manuel Lorenzo . Su hermano, Francis Lorenzo , interpreta a un madero corrupto que juega a dos bandas, pero 'El inmortal' no es un juego de polis y cacos, ni de buenos y malos.

El rodaje de estos ocho episodios, de 45 minutos cada uno, empezó en mayo y acabará en agosto. La acción principal transcurre en un viejo concesionario del barrio madrileño Prosperidad. Si en la planta cero, donde Álex García comparte plano y cigarro con Jon Kortajarena , los ficticios carteles de coches mezclan churras con merinas ('Inmejorable sujeción en las curvas'); en una superior, donde está vestuario y maquillaje, sigue colgado en la pared uno auténtico del Opel Meriva: 'A prueba de piernas largas…'. «Hay muchos apuntes de época, pero es colateral. En esta primera temporada nos centramos en los diez primeros años. Empezó menudeando droga para otra banda y de repente quiso aspirar a más», matiza José Manuel Lorenzo que, en su traje de productor, compara 'El inmortal' con... ¡'El padrino'! «No es una serie de narcos más. Tiene sobre todo una parte dramática y otra criminal. No hay tanta violencia, ni tanto efecto», desarrolla.

Más modesto en la comparación es el siempre dispuesto Álex Garcia , vestido de marca para la ocasión: patillas, chaqueta beisbolera, polo ajustado, vaquero ancho, relojazo, deportivas… Puede que los personajes de 'El inmortal' –cuenta el actor lagunero– tengan su propia justicia y entiendan la vida a golpes, pero creen en la lealtad y la familia. Él se ha visto, por gusto y por trabajo, todo del género de gánsteres: 'Gomorra', 'Romanzo criminale', 'Un profeta', 'Dinero fácil',... «Todo lo prohibido gusta. Son personajes que hacen lo que algunos fantasean con hacer y les gusta ver en una ficción para olvidarse de su realidad, o incluso soñar con otra realidad. Al final, la mayoría de la sociedad sueña con cumplir un sueño y estas series hablan de posibles sueños cumplidos», explica, como juez y parte, García. El dilema del protagonista es el habitual: elegir (o sea, renunciar) entre ser un pobre diablo o un perro viejo.

Con su amiga y compañera de reparto María Hervás (Meri, para él) habló de la película 'El año más violento' para así entender mejor la relación romántica de sus personajes (ella, una niña de bien; él, un chico de barrio), pero también que de aquellos polvos, estos lodos. «En el Madrid de los noventa valía todo y no había normas. Un señor como Jesús Gil acabó siendo presidente del Atlético de Madrid y teniendo un programa en 'prime time'. Es increíble que vengamos de esa España, tal cual está todo con la hipermoralidad de hoy. Es fascinante que hace tan poco tiempo hubiera un libertinaje, que no libertad. Todo el mundo podía hacer lo que le diera la gana y no había consecuencias. Con qué libertad hablaban los actores, pero también con qué poco cuidado. Había una falta de respeto y un machismo que sorprende lo mucho que hemos cambiado para bien… y para mal».