Doce series de plataformas que ver este verano

«La unidad», en Movistar, «Normal people», en Starz, y «La valla», en Atresplayer, son algunos de los títulos estrenados con nota este 2020 que merece la pena rescatar

Daisy Edgar-Jones, en «Normal people», adaptación televisiva de la novela homónima que Starz estrenó en España el 16 de julio ABC
Óscar Rus

Óscar Rus

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Ni son todas las que están, ni están todas las que son. En otras circunstancias, «Veneno» , de Atresplayer Premium, estaría en esta lista, pero es difícil valorar y recomendar una serie tras sólo dos episodios; estupendos, eso sí. «El presidente» , en Amazon, era una de las candidatas, pero servidor desconoce qué ocurre con el pazguato de su protagonista a partir del quinto episodio. Ahí va la extensa recomendación de series y nuevas temporadas estrenadas en plataformas desde enero hasta julio de 2020. La sorpresa, sin duda, ha sido «Desde otro lugar» , de AMC España.

El embarcadero 2

Con tanto ajetreo parece que «El embarcadero» es agua pasada. Estoy convencido de que más de alguno se habrá olvidado de ella tras devorar sus 16 episodios golosos. Movistar estrenó año con la segunda temporada de este encargo de Atresmedia Studios a Esther Martínez Lobato y Álex Pina pos y pre «La casa de papel» . Con Álvaro Morte como principal atractivo, lo más jugoso de este melodrama guarripé con parches de thriller continuó siendo la carne y el hueso que comparten sus dos mujeres protagonistas, la recta Alejandra ( Verónica Sánchez ) y la flexible Verónica ( Irene Arcos ), tras descubrir que compartieron marido (Morte) tras éste morir.

El cliffhanger que cerró la primera temporada en 2019 se resuelve rápidamente en las nuevas entregas… Al rodarse del tirón, esta segunda parte es una mera continuación de la primera sin ningún tipo de reajuste (el mostachón de Roberto Enríquez ) y terminan pasándole factura las múltiples líneas temporales, las tramas secundarias (el romance de la adolescente con su entrenadora, la escritora sin ideas) y el desmedido interés de los personajes y la propia serie por la misteriosa muerte del polígamo de Morte. Hay dos cosas que siguen funcionando (ellas y el filtro Valencia de la fotografía) y una calurosa bienvenida: Antonio Dechent .

Las dos temporadas de «El embarcadero» están disponibles en Movistar Plus.

Skam España 3

Adultos hechos y derechos también ven «SKAM» , la adaptación española de la serie noruega sobre un grupo de amigas adolescentes durante sus últimos años de instituto. Muchos espectadores defenderán que la ficción tocó techo en su segundo año con Cris ( Irene Ferreiro ), su mejor personaje y actriz, pero aquella trama acabó siendo un estimable copia y pega de la protagonizada por el chaval homosexual en la original.

La tercera temporada de la versión española, centrada en Nora ( Nicole Wallace ) y a priori más fidedigna, sí dotó al remake de mayor originalidad al levantar desde cero una nueva historia. Ceder el relato al personaje de Viri ( Celia Monedero ) se diluyó con el paso de las semanas, pero los guionistas aceleraron fuera de cámara el ansiado romance entre Nora y Alejandro ( Fernando Lindez ) para así emparejarla con un estupendo universitario, Miquel ( Álex Villazán ) que acaba dándole gato por liebre. Por el momento, y sin destripar nada, es la temporada más adulta y dura de la serie.

Las tres temporadas de «SKAM» están disponibles en Movistar Plus.

La unidad

Al último thriller de la plataforma, armado por Dani de la Torre y Alberto Marini , le llovieron elogios, pero también algún que otro palo. Estaban aquellos que decían que el guión hace aguas y toma partido: poli bueno, moro malo; otros no se creían a estos «espías» de morro fino que, como a todo hijo de vecino, la conciliación le suena a chino. Ésa no es la serie que servidor vio en menos de una semana. Aunque muy británica en las formas (seis episodios de cincuenta minutos cada uno), va a mil por hora y nunca da tregua al espectador, de ahí que uno no preste tanta atención a las costuras, tanto las técnicas como las «políticas».

Más allá de la trepidante misión que abarca toda la temporada (una cuenta atrás para evitar un atentado) con un penúltimo episodio escalofriante, «La unidad» funciona como un reloj suizo por las dinámicas de unos personajes que tienen el culo pelao y se tienen muy vistos antes de que el espectador llegue. Es de agradecer que no se romantice la obsesión de uno de los agentes por una confidente e incluso haya un toque de atención. A Luis Zahera se le acaba viendo menos de lo deseado, pero Carlos Blanco (el Oubiña de «Fariña» ), de papi-poli , es un descubrimiento. Eso sí, el baño final de Nathalie Poza es sonrojante.

La primera temporada de «La unidad» está disponible en Movistar Plus.

El Ministerio del Tiempo 4

No ha habido capítulo malo esta temporada de «El Ministerio» , de ocho episodios, como en sus inicios. El número de entregas respondía, en realidad, a un encaje de bolillos por parte de su creador, Javier Olivares , para disponer el máximo tiempo disponible de todos sus actores (inclusive Aura Garrido ), pero el espejo entre la primera y cuarta parte fue evidente desde el inicio con el regreso de Julián ( Rodolfo Sancho ), que ha tenido un menor protagonismo del esperado.

La serie ha sido más consciente que nunca del paso del tiempo y no podía dejar a sus protagonistas en un statu quo ; de ahí el merecido protagonismo de los quemados Pacino (sólo a Hugo Silva le queda bien el moño) y Lola ( Macarena García ), los últimos en incorporarse a la patrulla y en vivir una preciosa historia de amor. Este año, el equipo de guionistas ha apostado más por la ciencia ficción y quizás la crítica, para afuera y para dentro, y nos regaló un episodio protagonizado por Salvador Martí ( Jaime Blanch ).

Las cuatro temporadas de «El ministerio del tiempo» están disponibles en HBO España.

Killing Eve 3

A «Killing Eve» le tocó amueblar sus ideas en su tercera temporada, nuevamente de ocho entregas, estrenada antes de tiempo esta primavera. A la producción de BBC América, bendecida en sus inicios por Phoebe Waller-Bridge («Fleabag»), ya no se le podía pedir coherencia ni seriedad tras una segunda temporada centrada en otro asesino en serie y en la que el estimulante subtexto -la atracción fatal entre la espía Eve ( Sandra Oh ) y la sicaria Villanelle ( Jodie Comer )- se convirtió en texto en cursiva y negrita. En esta ocasión, el cliffhanger que cerró el segundo año ha sido algo más que un señuelo para mantener a los espectadores, pues los caminos de estas dos mujeres apenas se han cruzado en las nuevas entregas; su «¡Huéleme!» en pleno bus londinense justificó todo el tercer episodio.

La confusa trama sobre una conspiración ha continuado haciendo aguas, pero sirvió para desvelar las intimidades de la hermética Villanelle, ahora con síndrome del trabajador quemado. Junto a los jefecillos de uno y otro bando, Konstantin ( Kim Bodnia ) y Carolyn ( Fiona Shaw ), el equipo de guionistas planteó qué significa la paternidad para estos tres personajes, cuyo creciente protagonismo ha arrinconado a la titular de la ficción, cuya espiral de violencia está hibernando. El humor vuelve a salvar la función (la hucha de un pobre diablo en el episodio 7) en una temporada que ha seguido sacando del armario hasta al apuntador y cachondeándose de sí misma (los rótulos del episodio 6).

Las tres temporadas de «Killing Eve» están disponibles en HBO España.

Mrs. America

« Mrs. America» no compartirá época ni canal con «Mad men» , pero sí dos nombres: la guionista Dahvi Waller , aquí creadora, y al actor John Slattery ; pero el «moderno» de Roger Sterling es ahora el marido conservador de Phyllis Schlafly ( Cate Blanchett ), protagonista de esta miniserie biográfica de nueve episodios, que desarrolló FX y acabó emitiendo Hulu (cosas de Disney) esta primavera en Estados Unidos.

Podría ser una continuación, de espíritu, de «Mad men» al estar ambientada en los años setenta con el movimiento feminista en su máximo esplendor como catalizador. La Schlafly de Blanchet, también productora, es un caballo de Troya: el primer episodio está dedicado a esta ama de casa que se puso América por montera para impedir la aprobación de la Enmienda de Igualdad de Derechos, pero las siguientes entregas están protagonizadas por otras mujeres, de uno y otro bando, como Gloria Steinem (Rose Byrne) y Betty Friedan (Tracey Ullman), por citar las más célebres fuera de sus fronteras. «Mrs. America» es un «Tu cara me suena» de primerísimo nivel y debería llevarse el Emmy a mejor maquillaje, vestuario y peinado.

Se le va la mano izquierda, pero sabe vender un equidistante interés por las hunas y las hotras , especialmente por sus intersecciones y contradicciones (la cruzada personal de Schlafly acaba siendo un rentable negocio) y sus riñas de puertas para dentro y fuera por cuestiones raciales, sexuales o maritales. Aquí lo que importa es el salseo , vamos.

El episodio 5, con un vibrante debate televisado entre dos matrimonios, es puro «Mrs. America». Se alabó el episodio 8, con Sarah Paulson cantando y demostrando por qué había aceptado un papel tan pequeñito, pero es una pena que el episodio más celebrado sea el más inventivo. La verificación de datos es abrumadora, pero lo mejor de este drama ligero es su humor: desde sus créditos iniciales al son de la versión disco de la quinta sinfonía de Beethoven hasta ese tartazo literal del episodio 7. Sobran los dos últimos minutos del episodio 9.

La primera y única temporada de «Mrs. America» está disponible en HBO España.

Podría destruirte

«Podría destruirte» , coproducción de BBC y HBO, podría ser un dramón... y un marrón. Lo es y no lo es porque su creadora, guionista y protagonista, Michaela Coel ( «Chewing Gum» ), toma una decisión detrás de otra para demostrar, en forma y fondo, que se puede hablar del consentimiento en tiempos del #MeToo y el activismo de sillón sin caer en el panfleto ni el victimismo.

Aquí no hay brocha gorda, pues a Coel le interesa mover a su cargante protagonista (una milenial negra, pobre y escritora) y sus dos mejores amigos también negros (actriz y entrenador) por los grises del amor, el sexo, la juventud, el machismo, el racismo y la homofobia. Que tu jefa sea negra no la convierte automáticamente en tu aliada, por ejemplo.

El título cuestiona además a sus personajes y espectadores sobre qué es abuso y qué no porque la premisa es una violación a la marchosa protagonista, de la que apenas recuerda nada porque fue drogada por un desconocido durante una fiesta. La serie es, por momentos, incomodísima de ver (las escenas de sexo, los interrogatorios policiales), pero el hecho de que sus personajes se nieguen a lamerse las heridas y tiren pa'lante permite a la propia serie adoptar un tono más liviano sin banalizar lo ocurrido.

Algunos críticos han señalado el bajón a mitad de temporada, al constar de doce episodios, pero Coel sí saca partido al relato televisivo con episodios de media hora muy diferentes entre sí y permitiéndose el lujo de situar íntegramente en el pasado varios de ellos; uno está dedicado a un personaje secundario cuya trama se mete en dos jardines: las denuncias falsas y las cuotas.

Pero a «Podría destruirte» le interesa más el después de una violación -el impacto sobre la víctima y su entorno familiar, amistoso y laboral- que perseguir a los culpables directos e indirectos.

Ya están disponibles ocho episodios en HBO España, que estrena uno nuevo cada martes.

La valla

En «La valla» , muy dada al blanco o el negro, sus personajes más interesantes son los que habitan los grises, especialmente el matrimonio de Alma ( Eleonora Wexler ) y Luis ( Abel Folk ), padres de dos jóvenes y cómplices de la dictadura instaurada en España en 2045. Ella, ambiciosa hasta el tuétano, es la personificación de que el fin justifica los medios; él, ministro de Sanidad en constante dilema, es la gran sorpresa de una serie contada principalmente a través de los oprimidos y rebeldes con Ángela Molina como Emilia, matriarca que aparcó la revolución para sobrevivir pero que vuelve a las andadas.

El escenario posapocalíptico (aquí también hay un virus desconocido que «derrotar») es casi una excusa para desplegar un almibarado drama familiar en el que los caminos de dos familias -divididas por la valla del título- se cruzan por uno u otro motivo y sus miembros deben pactar o traicionarse entre ellos. Paradójicamente, lo más potente de la ficción es cuando a partir de su ecuador amplía su universo: nuevos personajes (cameo de María Hervás ), nuevas localizaciones y nuevas pistas sobre lo que está ocurriendo en este futuro, donde se fomenta el reciclaje de vidrio pero se raciona el agua, está prohibida la música y se roban bebés.

La serie recuerda a «Estoy vivo» , con la que comparte creador ( Daniel Écija ) y cierto ánimo positivo aunque las cosas vayan de mal en peor. El contundente final de la primera temporada, de trece episodios, funciona como cierre de serie, pero también como puente a una segunda.

La primera temporada de «La valla» está disponible en Atresplayer Premium.

Mentiras

Lo más chocante de «Mentiras» , calcadita adaptación española de la británica «Liar» , es que fiche a dos ganadoras del Goya para salir un par de escenas en alguno de los seis episodios. Susi Sánchez hace de exsuegra del protagonista, el cirujano Xavier ( Javier Rey ), y Eva Llorach , de mujer de Daniela ( Itziar Atienza ), la policía que investiga la presunta violación de Xavier a la profesora Laura ( Ángela Cremonte ), con la que había tenido una cita.

La producción de Atresmedia Studios, al igual que la original, no estira el misterio de si hubo o no violación, pero aquí sí es más recatada en el comportamiento vengador de ella, en la violencia ejercida por los personajes y en la crítica social; más que mostrar, sugiere. En «Liar», por ejemplo, hay una escena en la que un personaje entrega a otro un panfleto sobre el consentimiento, cosa que en «Mentiras» no sucede. A ambas versiones (hay una tercera italiana, «Non mentire» , disponible en Sundance) les interesa lo mismo: hasta dónde llega una persona por hacer «justicia» cuando le falla el sistema.

La primera temporada de «Mentiras» está disponible en Atresplayer Premium.

Vida 3

A «Vida» , en cambio, su tercera y final temporada confirmó que le quedaba mucho por decir y mostrar a esta serie creada por Tanya Saracho («Looking») sobre dos hermanas chicanas que regentan un bar en Los Ángeles tras la muerte de su madre. El giro del final de la segunda temporada -el padre de las jóvenes seguía vivito y coleando- marcó los nuevos seis episodios y separó nuevamente a las protagonistas, muy diferentes, a pesar de la calma chicha del regreso: mientras Emma ( Mishel Prada ) apostaba por su relación con la camarera Nico ( Roberta Colindrez ) y no quería oír de su padre, la vivaracha Lyn ( Melissa Barrera ) hizo oficial su relación con el político Rudy ( Adrian Gonzalez ) y empezó a visitar a su progenitor, ahora pastor.

Nuevamente no se escatimó en las escenas de sexo y los desnudos integrales; sus guionistas han seguido hablando «espontáneamente» sobre la gentrificación, el edadismo, la feminidad, la espiritualidad, el duelo y el propio racismo dentro de la comunidad gay y latina, pero su tibio desenlace era claramente un puente hacia una cuarta parte. Al menos sí da tiempo a cerrar la complicada y enigmática relación de las dos hermanas con sus padres.

Las tres temporadas de «Vida» están disponibles en Starz.

Normal people

Por «Normal people» , la adaptación televisiva de la novela homónima de Sally Rooney , hay lectores-espectadores rasgándose las vestiduras. Hay quienes la ensalzan como el mejor drama del año y otros que la reducen a mera ficción para adolescentes. «The Guardian» le cascó la matrícula de honor a esta serie coproducida entre BBC y Hulu, ambientada en el presente, sobre la intermitente relación entre dos chavales irlandeses. El decisivo último año de instituto y los supuestos años locos de universidad son el trasfondo de una intensísima historia de amor entre la «marginada» Marianne ( Daisy Edgar-Jones ) y el «popular» Connell ( Paul Mescal ), cuyo mayor obstáculo, más que la diferencia de clase, es la incomunicación como pareja y el no saber todavía solucionar sus propios problemas. La química es muy palpable y el entrecomillado podría ser considerado spoiler. Sus doce episodios, de veintipico minutos cada uno, se estrenaron de golpe el pasado 16 de julio.

La primera temporada de «Normal people» está disponible en Starz.

Upload

El creador de la adaptación estadounidense de «The Office», Greg Daniels , se marcó un 2x1 en primavera; «Space force» en Netflix y «Upload» , en Amazon. Lo más llamativo de la última es la esmerada construcción de su universo: un futuro cercano en el que las personas pueden comprar un cielo cibernético donde descansar «eternamente». La sátira sobre el capitalismo es más que evidente. Su primera temporada, de diez episodios de media hora cada uno, es un «quiero y no puedo» que, sin embargo, se ventila uno sin darse cuenta. A Daniels, además, hay que darle el beneficio de la duda, pues no hay color entre la primera y la segunda temporada de «Parks and Recreation» . Aquí también hay una historia de amor cuca entre los protagonistas -él es el fiambre ; ella, la teleoperadora celestial- y una pizquita de loca comedia ambientada en el trabajo con una extraña jefa, pero el elemento thriller nunca encaja del todo y tiene algunos momentos de verdadera bajona . Se despide con un giro de guion, protagonizado por su personaje más antipático, pero ya está renovada por una segunda tanda.

La primera temporada de «Upload» está disponible en Amazon Prime Video España.

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