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‘Luther: cae la noche’. Los finales ya no significan nada

La bancarrota creativa en la que se encuentran las plataformas y sus estudios con el incesante recauchutado de historias y personajes del pasado es una lacra para todos

'Yellowstone', SkyShowtime y la caída de Netflix

Idris Elba regresa al personaje en la película 'Luther: cae la noche' Netflix
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Cuando Netflix anunció la película ‘Luther: cae la noche’ me invadió una sensación de desasosiego. ¿Qué necesidad hay?, me preguntaba. ‘Luther’ , la serie, había contado con cinco temporadas maravillosas. Temporadas de esas que sólo saben hacer los británicos: cortas, duras, directas y con personajes entrañables que habitualmente acaban destruidos al paso del antihéroe. Idris Elba lo bordó en esas cinco temporadas siempre con las manos en los bolsillos de su icónico abrigo de paño. La serie había acabado, tenía un final. No lo destriparé porque animo a todos los lectores a que vean esas cinco temporadas si no lo han hecho ya. Incluso puede que yo mismo vuelva a hacerlo. Habrá a quien le gustará el final, habrá a quien no y habrá a quien le dejará indiferente. Pero un final es un final.

Por desgracia hoy en día los finales ya no significan nada. Año tras año vemos cómo la industria resucita personajes, reinicia sagas y reinventa clásicos. Por mencionar algunos casos recientes tenemos la completa y total destrucción de ‘Scooby Doo’ por parte de HBO con la catastrófica ‘Velma’, la aniquilación de ‘Doctor Who’ a manos de la BBC o el descarrilamiento de los mil millones de dólares de Amazon Prime con ‘Los anillos de poder’ . Vaya por delante que prefiero la muerte a ponerle el prefijo ‘El señor de los anillos’ a semejante insulto de serie como pretende Míster Bezos.

Exprimir hasta la última gota

A ‘Luther’ le ha pasado exactamente igual. La película con la que han querido redondear (innecesariamente) la serie y el personaje es mediocre, básica y plagada de cambios de ritmo que complican seriamente la comprensión de ciertos acontecimientos de la historia. ¿Mejora esta película al personaje? No. ¿Aporta nuevos datos o ata cabos sueltos de la serie? No. ¿Avanza de alguna manera el universo ‘Luther’ tras ciento treinta minutos de metraje? Rotundamente no. ¿Para qué?, me pregunto yo entonces. Dinerito, obviamente.

‘Luther’ estaba muy bien donde estaba: en nuestra memoria. Nos dejó sabor a satisfacción, a agradecimiento por una serie policíaca muy redonda y a nostalgia por secundarios brillantes en los papeles de Alice Morgan, Martin Schenk y tantos otros. La película sobra, pero ¿cómo resistirse a ordeñar y exprimir hasta la última gota una saga reconocible?

La bancarrota creativa en la que se encuentran las plataformas y sus estudios con el incesante recauchutado de historias y personajes del pasado es una lacra para todos, pero especialmente para ellos porque han perdido nuestra confianza. El día que apuesten por nuevas ideas, nuevos personajes y dejen de arruinar recuerdos y obras preexistentes a cambio de céntimos en su cotización en bolsa recuperarán mi confianza y la de los mercados. Hasta entonces me temo que ningún final significará nunca nada y será reescrito y reinterpretado tan pronto el algoritmo indique que será lucrativo. Mientras tanto yo seguiré eligiendo mi propia aventura y, para mí, ‘Luther’ terminó en la quinta temporada. Punto final.

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