Una boda de muerte

David viaja hasta el pueblo de su novia para celebrar la ceremonia de boda. Los invitados son algo peculiares: la madre de Mia es aficionada a la cocaína y al alcohol, mientras que uno de los amigos de David es un hipocondríaco acomplejado y otro, un pasota total. La combinación convertirá la celebración en un cóctel explosivo.

Después del éxito de "Un funeral de muerte", su guionista, Dean Craig, repite la misa fórmula pero trasladando la locura a una boda. La desastrosa reunión social es conducida en esta ocasión por el director australiano Stephan Elliot, quien trata de plasmar un sentido del humor que redescubrió tras un duro accidente esquiando. Desmadrada y llena de secuencias locas, la película hace gala de un humor grosero y escatológico encarnado por un reparto que encabezan una desconocida Laura Brent, más popular en la televisión australiana, y Xavier Samuel (presente en "Eclipse", de la saga "Crepúsculo").

Merece una mención especial la aparición estelar de la mítica Olivia Newton-John.