La silla

Un hombre de unos 40 años hace un recuento de sus ansiedades y miedos, de todas las pérdidas que le han llevado a tener todo aquello que posee. En medio de esta frustración vital, el hombre encuentra en un anticuario de la ciudad una silla, imitación Bauhaus, pero mientras va a sacar el dinero para comprarla, el dueño se la vende a otra persona.

Tras hacerse con el Goya a la mejor dirección novel gracias a "Smoking Room" (un mérito conseguido a medias con Roger Gual), Julio D. Wallovits se lanzó a la aventura en solitario con esta película, tan sólo unos meses después de que Gual lo hiciese con "Remake". Para ello, contó con varios intérpretes que habían participado en su ensayo sobre la polémica del tabaco, como Ulises Dumont, Francesc Orella y Francesc Garrido, que es quien lleva prácticamente todo el peso interpretativo en "La silla".

La película, una apuesta de características arriesgadas (decorados espartanos, ausencia casi total de diálogos, primeros planos larguísimos), hizo las delicias de la crítica más intelectual, aunque tan sólo logró atraer a poco más de 2.000 personas a las salas de cine españolas.