«Midsommar», el terror de las tradiciones paganas

Al director Ari Aster se le da bien sacar lo mejor de las mujeres. Si en «Hereditary» convirtió a la veterana Toni Collette en una madre acomplejada que aterroriza, en «Midsommar» vuelve a construir otro personaje femenino fascinante y con sustancia con otra actriz de talento, la joven Florence Pugh, la nueva chica it de Hollywood. Una protagonista que entra en crisis cuando su relación, de cuatro años, amenaza con romperse pero resiste tras la trágica muerte de su familia. «Valoro a las mujeres.

Los personajes que esbozo están inspirados en mujeres que conozco o admiro, y algo me impulsa a escribir sobre ellas. Soy un guionista que se deja guiar por su instinto sin planear demasiado lo que va a ocurrir con cada personaje, aunque no niego que muchos sucesos surgen de mi propia experiencia. Es una metáfora de mi propia vida. Tal vez por eso se sienten tan reales mis películas», explica Ari Aster, que nos atrapa en su cinta «Midsommar» dentro de una macabra comunidad sueca, último objeto de su critica social. «He diseñado la película para crear una catarsis. El público sale de la sala enfrentándose al dilema que propone y hablando de ello. Mi gran preocupación era crear personajes reales con los que el público pudiera identificarse. La dinámica entre Dani y Christian, su novio, la convierte a ella en protagonista y a él en el antagonista », reflexiona el director.

Desapuntalar una cinta de terror sin revelar su inequívoca naturaleza es complicado, baste revelar que hay muchos elementos del folclore nórdico, símbolos que marcan el camino del desenlace. «Investigué las tradiciones nórdicas y utilicé el alfabeto rúnico. Este es un filme dedicado a las tradiciones paganas en verano, a los movimientos espirituales, pero también hay espacio para la ficción. Voy construyendo escenarios que me ayudan a desarrollar la estructura. Estamos ante un filme de ruptura dentro del género del terror folclórico. Creo que los escenarios provocan cataclismos en las emociones», reconoce el cineasta, que además de revelarse como una de las promesas del género es también un provocador. Un tipo fascinado con la psicología humana, que en sus dos cortos previos ya ahondaba en situaciones familiares incómodas, como el envenenamiento de una madre a su hijo para que no la abandone o el abuso sexual de un hijo sobre su padre.

« No me considero un director de terror, soy director, punto . Llegué al terror porque tuve la suerte de vender un guion, pero es cierto que si “Hereditary” encaja más dentro del género, “Midsommar” se acerca más al género de fábulas folclóricas. Me gusta el suspense, la intriga. Mostrar un camino y que luego se convierta en otro, eso es interesante e inesperado para el público».

Hay algo más profundo que el simple susto en la cinematografía de Aster, un hombre que critica la sociedad patriarcal en «Hereditary» y advierte de la podredumbre que surge ante una mala relación en «Midsommar». «Mi gran preocupación siempre es crear personajes reales, personajes con los que el público pueda identificarse, más allá de la crítica o el mensaje. Mi intención siempre es entretener».