Escena en exclusiva de «7 días en Entebbe»: Los secretos de la política militar israelí

ABC Play ofrece un clip de la película dirigida por José Padilha (Narcos) sobre la operación militar en la que murió el hermano del presidente Benjamín Netanyahu

Escena de «7 días en Entebbe»

ABC Play

Cuando cuatro secuestradores se hacen con el control de un avión de Air France en pleno vuelo de Tel Aviv a París el 27 de junio de 1976 , los 248 pasajeros que van a bordo ignoran la angustiosa odisea que les aguarda. Obligados a punta de pistola a entregar sus pasaportes, los aterrados rehenes cumplen las exigencias de sus captores, al tiempo que tratan discretamente de ocultar sus identidades. Dos de los secuestradores son miembros palestinos del grupo radical Frente Popular para la Liberación de Palestina , de la rama de Operaciones Externas, mientras que los otros dos, Wilfried Böse (Daniel Brühl) y Brigitte Kuhlmann (Rosamund Pike), son radicales alemanes de izquierdas simpatizantes con la causa palestina.

Con esta premisa se presenta «7 días en Entebbe», la última película del creador de «Narcos», José Padilha, que recrea uno de los secuestros más tensos que recuerda la historia de la aviación y cuyo rescate constituye uno de los momentos más heróicos del ejército de Israel . Una operación militar que dejó luces y sombras, como escribe el director en las notas de producción del filme: «El asalto de Entebbe, pese a su alabado éxito militar, ha tenido muchas consecuencias imprevistas, algunas de ellas de gran relevancia histórica. Por ejemplo, Benjamín Netanyahu ha dicho que decidió servir al interés público por su hermano , Yoni Netanyahu (comandante de las fuerzas de élite de la operación), que murió en el asalto . Creo que el simbolismo de la heroica muerte de Yoni y de la propia operación han influido en la carrera política y en las políticas de Netanyahu. No es coincidencia, por tanto, que la mayoría (no todos) de los documentales y los filmes hechos sobre Entebbe hablen de una proeza militar», explica el cineasta brasileño.

El filme, que llega a los cines este viernes , no solo se adentra en el secuestro y en la operación militar. También pone el foco en las consecuencias políticas. La cámara viaja a Jerusalén, donde el primer ministro Isaac Rabin (Lior Ashkenazi) recibe noticias del secuestro durante una tensa reunión sobre el desmesurado aumento del presupuesto militar del país . Tras hacer que se retire rápidamente su gabinete, Rabin y su ministro de Defensa, Simón Peres (Eddie Marsan) discuten cuál debería ser la respuesta de Israel. Peres urge a Rabin a no negociar con los secuestradores, que exigen 5 millones de dólares y la liberación de más de 50 militantes propalestinos encarcelados por todo el mundo, y sugiere en su lugar una solución militar encubierta.

El avión secuestrado es desviado al aeropuerto de Entebbe, en Uganda, donde lo recibe el infame dictador del país, Idi Amin (Nonso Anozie). Los pasajeros, retenidos en una sala de tránsito abandonada bajo la atenta mirada de más secuestradores armados, son separados por nacionalidad, con los israelíes metidos en una sala aparte.

Bajo la creciente presión de las familias de las víctimas, y con la amenaza de un derramamiento de sangre masivo si no se cumplen las exigencias de los secuestradores, Rabin autoriza una atrevida misión de rescate. Apodado «Operación Trueno», el audaz plan exige una sincronización perfecta, el elemento sorpresa y la cooperación de un país vecino. Mientras se aproxima el plazo límite y aumenta la tensión, un escuadrón de élite de comandos israelíes se dirige rápidamente a Entebbe en un atrevido intento sin precedentes de liberar a los rehenes antes de que sea demasiado tarde.

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