Escena de «Assassin’s Creed» con Michael Fassbender
Escena de «Assassin’s Creed» con Michael Fassbender

«Assassin’s Creed»: Viaje emocional al corazón del videojuego

La aclamada saga de Ubisoft da el salto de fe a la gran pantalla para coquetear con una nueva ambientación, la Inquisición Española

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De Altair a Ezio, de Connor a Edward, pasando por Arno hasta llegar a los gemelos Jacob y Evie. Son nombres de personajes de una serie de videojuegos, novelas y cómics, «Assassin’s Creed», considerada una de las más emblemáticas de los últimos años. El año que viene cumplirá una década. Desde el primer momento innovó por sus intuitivos controles, su libertad de acción, su inmersión, su capacidad de exploración y, sobre todo, por su metaficción historiográfica. La trascendencia social y obvia influencia cinematográfica de esta saga ha demostrado que ha llegado al punto de madurez necesario para que ahora pruebe fortuna en el cine. Y lo hace con otro personaje, Aguilar, y una nueva ambientación no tratada con anterioridad, la Inquisición española.

El universo de la multinacional francesa Ubisoft intenta, de paso, salir airoso de una batalla, la de las adaptaciones de videojuegos que hasta la fecha han dejado sentimientos encontrados entre el público. Porque «Assassin´s Creed» irrumpió con fuerza en 2007 con su primera entrega. Mecánicas innovadoras, un impulso a la libertad de movimientos, una narrativa muy cinematográfica y sus señas de identidad atraparon enseguida a los jugadores. Esta saga, que ha vendido hasta la fecha cien millones de copias, tomó el relevo de una aclamada serie, «Prince of Persia», de la que tomó algunos elementos.

Hechos históricos

El juego en sí ha destacado a lo largo de los años, entre otras cosas, por su ambientación. En cada entrega, en cada lanzamiento, se han recreado hechos y sucesos históricos de gran relevancia como el Renacimiento, las revoluciones americana y francesa, hasta llegar a otras épocas igual de atrayentes como la edad de oro de la piratería o la Londres victoriana. En todas ellas han intervenido personajes admirados, adorados, y algunos a los que el paso del tiempo ha crucificado. Esa base cultural ha servido, a su vez, como hilo conductor para aprender, en la medida de lo posible, acerca de algunos de los acontecimientos que nos han traído a estos tiempos modernos en donde la tecnología impregna todos los pilares de la sociedad.

Y los avances tecnológicos también forman parte de la saga, como se manifiesta tanto en los videojuegos como en la propia película. La tesis de la memoria genética ejerce de columna vertebral de la aventura. El argumento sigue los pasos de una compañía ficticia que ha amasado el poder en la sombra desde hace siglos, Abstergo. Para entendernos, una recreación moderna de la Orden de los Caballeros Templarios. Su principal objetivo es obtener una serie de artefactos que, según el guión, otorgaría a sus poseedores un poder ilimitado. Para lograrlo, los miembros de la corporación han desarrollado un sistema informático llamado Animus que permite acceder a los recuerdos ancestrales de una persona y revivir las experiencias de sus antepasados.

Un trasfondo filosófico posmoderno subyace a lo largo de toda la saga. Así como las representaciones historiográficas de épocas más antiguas. «Assassin’s Creed» es extremadamente intertextual y se sirve de su metanarrativa para lograr un efecto cautivador. La batalla entre el Bien y el Mal, la del poder establecido (la élite en la sombra) contra los defensores de la libertad (los ciudadanos de a pie). Una lucha permanente mostrada en cada una de las entregas del videojuego de una manera cuidada y con claras influencias cinematográficas.

Aspectos, de hecho, que quedan de manifiesto en cada situación ideada dentro de los juegos. En ellos se observa que su narrativa emana directa y profundamente del séptimo arte. Y no solo en el cuidado tratamiento de las imágenes, sino también por sus movimientos de cámara, las secuencias cinemáticas recreadas y sus imbricados guiones. Unos ingredientes que han contribuido al avance de una industria, la del ocio electrónico, que se ha servido desde su nacimiento de la experiencia de los medios audiovisuales tradicionales para ensayar, de manera sigilosa, al igual que las hojas ocultas que portan cada uno de los personajes, un universo propio de fantasía histórica.

«Assassin’s Creed» tiene otro objetivo capital: superar la maldición de las aventuras digitales y conservar la fe de los verdaderos seguidores. Anteriores adaptaciones al cine de otros exitosos videojuegos han pecado, tal vez, de infieles al argumento original. No han logrado contentar plenamente a los implicados en la grandeza de la saga. La reciente película de «Warcraft» o la saga «Resident Evil» dejaron un sabor agridulce.

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