Crítica de 'Ego': Terror confinado
Thriller psicológico con el confinamiento como telón de fondo, en el que María Pedraza se enfrenta a su papel más complejo
Unos pocos actores, una casa y la utilización permanente de las pantallitas permiten componer esta ingeniosa película, en la que el confinamiento es pieza esencial o, como se dice en estos casos mientras uno se retuerce el bigote, un personaje más. 'Ego' es un ejercicio de estilo y un thriller con un buen punto de partida. Por más que se recurra al tema del doble , con o sin gemelos de por medio, apelando o no a Borges , no deja de fascinarnos la posibilidad de tener otro yo por ahí suelto y, por supuesto, siempre es interesante fantasear con un posible encuentro.
Nunca es bueno desvelar detalles sobre la trama, pero cuando no queda más remedio que anticipar algo, no viene mal la coartada de los tráilers y sinopsis oficiales, que a menudo (tampoco es el caso) parecen ideados por Jack el Destripador . Veamos parte de lo que dicen esta vez: «Paloma, una joven de 19 años (...) empieza a perder la cabeza cuando una doble exactamente igual a ella aparece en una web de contactos con claras intenciones de suplantarla...». Da miedito y no parece tan descabellado.
Con una puesta en escena sobria pero efectiva, María Pedraza , Marian Álvarez , Pol Monen y Alicia Borrachero , pero también Raúl Prieto y algún otro que no aparecen ni en IMDb, que no es infalible, actúan con naturalidad y recursos. Aquí también podríamos mencionar a Fernando Simón , cuya voz, tan reconocible, nos sitúa en esa época tan precisa de la historia de un plumazo, sin echar por tierra toda la economía de medios de la que hace gala la cinta.
El personaje más difícil, si no tenemos en cuenta el papelón de Simón, es el de Pedraza, que sigue ensanchando sus registros y demostrando que no es flor de un día, en una película que adereza la intriga con importantes asuntos de fondo. En ese sentido, se nota que es un guion moderno, quizá demasiado respetuoso con todo lo que toca, y con una estructura dramática algo enclenque.
La película de Alfonso Cortés-Cavanillas , escrita por Jorge Navarro de Lemus , también se estanca un poco en la resolución de la trama, da demasiadas pistas y permite que el nudo de la tensión se afloje. A cambio, nos ofrece una propuesta distinta, mucho más original que la mayoría de títulos surgidos durante la pandemia.
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