Crítica de 'Ruido de fondo', la adaptación de Netflix de la novela de Don DeLillo: Cosas que pasan antes de morirse
El director Noah Baumbach se une a Adam Driver y Greta Gerwig para adaptar uno de los clásicos de la literatura moderna, que se verá primero en cines y más tarde en la plataforma
Una película destinada a producir admiración y elogio por sus cuatro modernos pilares, la novela de Don DeLillo (‘White noise’), la dirección de Noah Baumbach y el protagonismo de Adam Driver y Greta Gerwig (pareja de Baumbach). Con humilde fidelidad, el director trasvasa la novela al recipiente cinematográfico y lo cierto es que, a pesar de los treinta y cinco años desde que se editó, adquiere una actualidad asombrosa por los asuntos que trata, desde el encierro por alerta tóxica, a la fiebre del supermercado, la fe en los santones o la multiplicidad familiar. Una crónica familiar, una crónica académica y una crónica de su tiempo, que es cualquier tiempo.
Driver y Gerwig forman un matrimonio peculiar, él es profesor y ha creado un campo de estudios sobre Hitler , y ella mantiene una casa llena de hijos y una adición a un producto experimental que atenúa su miedo a la muerte. El tono que adquiere el relato está entre lo satírico y lo sarcástico, a lo que contribuye incluso el aspecto físico de Driver y su impresionante barriga cervecera. Tienen gracia las discusiones entre el profesor y su mejor amigo del colegio (Don Cheadle), que ha encontrado el nexo entre Hitler y Elvis Presley y pretende también llevar adelante su propio curso sobre la estrella del rock. La tiene también la relación entre cursi y chocante del matrimonio, aunque contenga elementos ácidos y tóxicos como la nube que se cierne sobre la ciudad y los ciudadanos. Incluso podría encontrársele cierta gracia a Alessandro Nivola, que interpreta al caradura Willie Mink, el proveedor friki de la pastilla de la felicidad. Y ya.
Ficha completa
Ruido de fondo
No es una película con gracia, sino apuntadora de lo otro, las desgracias que acechan al individuo, la familia, la sociedad, la cultura y el sentido de la vida y de la muerte. Pero es moderna, apocalíptica, cínica y… ya.
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