Crítica de 'Matria': El día a día de una vida en precario

Una película en continuo movimiento pausado, que sigue a su personaje como las de los hermanos Dardenne a los suyos y que tiene un contacto lejano pero sentimental con la ‘Jeanne Dielman’ de Chantal Akerman

'Matria': retranca para encajar los golpes de la vida de mar

La protagonista de 'Matria'
Oti Rodríguez Marchante

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El primer largometraje de Álvaro Gago Díaz recoge la esencia de su cortometraje anterior, también titulado ‘Matria’ y con el foco en el mismo personaje, Ramona, y mismo lugar y ambientes, en un pueblo costero de Galicia . Moldea la historia de esta mujer y sus circunstancias con enorme atención a lo precario de su vida, a sus rutinas laborales y emocionales, a su peripecia vital de un día a día que la asfixia, con una pareja lamentable y una hija adolescente ‘yéndose’ que intensifica sus desvelos…, una historia como otras mil, sencilla, reconocible y a la que le da sentido la interpretación de María Vázquez , una actriz lo suficientemente trabajada y capaz como para darse cuenta de que tenía en Ramona un personaje único (como tantos otros) y que debía entrar en él como un vendaval. Acaba de ganar el premio de interpretación en el Festival de Málaga y es fácil de entender.

Aunque suene algo gastado en estos tiempos de carriles, ‘Matria’ es una película de mujeres y social, en la que el concepto ‘matria’ tiene un sentido que sobrepasa el ‘chuli-piruli’ con el que se viene usando en lugares y por gentes que lo desconocen, pero que en Ramona tiene un sentido pleno, de tierra, de mar, de raíz, de superación, casi de poesía amarga: trabaja en una fábrica de conservas, sale a faenar con los marineros, limpia casas, tiene humor, vitalismo, responsabilidad y tesón para seguir en la lucha… ¿por quién y para qué?

El guion y la cámara de Álvaro Gago construyen bien los momentos y las hebras de la trama para que María Vázquez construya a su vez al personaje y sus sentimientos, que los vocea en ocasiones sin necesidad de decir apenas nada: uno entiende tan bien el interior día y el interior noche de esta mujer que llega a la conclusión de que sí, es una película de mujeres, pero lo es más aún de personas, de gente. Una película en continuo movimiento pausado, que sigue a su personaje como las de los hermanos Dardenne a los suyos y que tiene un contacto lejano pero sentimental con la ‘Jeanne Dielman’ de Chantal Akerman (con un plano homenaje de ella pelando patatas).

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Matria

Matria

Hay otras historias en ‘Matria’ que no se cuentan, aunque se apuntan, la de la hija, la hermana, las compañeras de trabajo…, pero la más recóndita e interesante es la de ese hombre anciano y solo a cuya casa va a echar unas horas de limpieza, un tipo sereno, acabado, cabal que interpreta, muy, muy bien, Eduardo Rodríguez Cunha (Tatán) y que le pone otro condimento a la mera confrontación hombre-mujer o proletario-burgués, que es el mucho más filosófico y profundo de viejo-joven.

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