Crítica de «Madame Curie»: Las buenas causas y los malos efectos
Rosamund Pike protagoniza el biopic dirigido por Marjane Satrapi
Sin llegar a lo de Maradona , el personaje de Marie Curie ha tenido siempre una zona muy bien imantada para el cine y son muchas las películas que se han hecho sobre ella, como científica y como mujer (la que hizo Mervyn LeRoy en 1943, con Greer Garson , es la que más física y química contiene). Ahora aborda su biografía la peculiar artista iraní Marjane Satrapi (quizá la recuerden por aquella maravillosa película de animación titulada «Persépolis» ) que consigue un buen retrato al subrayar con tanto ahínco sus aportaciones a la ciencia como a la causa de la mujer en una época en la que era una excepción.
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La película de Sartrapi cuenta con dos elementos que ennoblecen ese término tan sobado del «biopic», uno es la naturalidad con la que la directora maneja la narración y corrección clásica al tiempo que un lenguaje moderno e innovador (por ejemplo, para hablar de las causas y los efectos de sus descubrimientos), y el otro es la presencia de una actriz como Rosamund Pike , capaz de transmitir todo el caudal rebelde y tesón profesional sin mayor cañonería que la expresión de su sereno rostro. Por otra parte, «Madame Curie» se hace entender sin dificultad en lo polémico y esencial de su contenido, y es que un avance científico sirve igual para curar el cáncer o para construir una bomba atómica.
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Madame Curie
