Crítica de «Érase una vez…»: Cuando eran hermanos Alicia y Peter Pan
Angelina Jolie protagoniza la reinvención de «Peter Pan» y «Alicia en el País de las maravillas»
La idea tiene ingenio, intención y fantasía, aunque también un punto de extravagancia que impregna al desarrollo del relato y que puede resultar muy conveniente para aquellos que están en edad de merecer (algo de ilusión en el futuro) y para aquellos que no se escandalicen con la fusión algo insensata de cuentos originales para crear otra ficción. La guionista Marissa Kate Goodhill y la directora Brenda Chapman consiguen embutir las esencias de dos piezas claves de la literatura infantil, “Alicia en al País de las Maravillas” y “Peter Pan”, en un cuento de carne y hueso que se explica, como si fuera un antecedente de ambos, con gran encanto, dramatismo e inventiva. Los personajes son los miembros de una familia, la madre (Angelina Jolie), el padre (David Oyelowo) y los tres hijos, dos de ellos llamados Peter y Alicia, que irán descubriendo las cualidades metafóricas de sus destinos; es decir, forjándose como personajes eternos antes de invocar la presencia de sus creadores y autores, Lewis Carroll y J. M. Barrie.
Hay en el desarrollo de la historia mucho material de reflexión y asombro visual para el público infantil, pues el punto de vista de la narración (un cuento contado por la niña) les permite situarse en el centro de ella, en lo que tiene de aventura, descubrimiento y presagio entre los dramas de adultos, tratados aquí como habitantes de un lugar al que no conviene apresurarse a llegar. Chapman modula bien lo mágico y lo sórdido, sugiere de un modo accesible lo que ya sabemos de los personajes y procura que lo triste y lo asombroso queden bien confabulados. Como película tiene rareza y encanto, y tal vez también tenga el potencial insólito de crearle a la infancia la necesidad de averiguar el futuro de sus personajes en los libros originales.
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«Érase una vez...»
