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Un sí por mayoría absoluta

La inmensa mayoría de los consultados están de acuerdo con la materialización del tercer acceso

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Magdalena Álvarez, la ministra con más acento andaluz de la ejecutiva de José Luis Rodríguez Zapatero, dio ayer la noticia más esperada por los gaditanos de la capital y del resto de la Bahía. El puente de Manterola, el que acabará con las penurias comunicativas de la trimilenaria Cádiz, ya es una realidad, al menos sobre el papel.

El tercer acceso que unirá sobre las tranquilas aguas de la Bahía la capital con el resto de localidades vecinas, principalmente Puerto Real y el Puerto de Santa María, es probablemente el proyecto de mayor envergadura al que se enfrenta Cádiz y el más esperado por los gaditanos. En una rápida consulta a ciudadanos representativos de la comarca, por el uso habitual que hacen del todavía único puente disponible, la gran mayoría se ha mostrado a favor de la construcción del nuevo equipamiento, muchos de ellos incluso siendo conscientes de las constantes molestias que tendrán que soportar durante los largos años que duren las obras de ejecución.

En la idea de que el nuevo puente llega con retraso («más vale tarde que nunca», fue la frase más repetida) también coincidieron muchos de los interrogados sobre el proyecto que ayer se presentó entre sonrisas y muestras de satisfacción. La sensación general que se desprende de las contestaciones de los ciudadanos alejados de la alta política y la toma de decisiones es que en estas fechas los gaditanos deberían de estar celebrando la inauguración del puente y no la presentación de sus planos.

En el apoyo al segundo puente destacan las personas vinculadas al sector de los transportes, muchos de ellos incluso ayudarían «a colocar ladrillos si con eso estaría terminado antes». Una postura que refleja claramente la pesadilla que sufren con los ojos ya bien abiertos cada mañana miles de conductores al atravesar el puente Carranza para incorporarse a sus puestos de trabajo.

Es bastante habitual encontrar a gaditanos que han creado su hogar en los extremos más cercanos a la capital de localidades vecinas como San Fernando o Puerto Real. La diferencia es que de La Isla a Cádiz existe una autovía de cuatro carriles y la mayor parte del tráfico que soporta se limita al tránsito de personas entre estas dos ciudades. Entre Cádiz y zonas tan habitadas como El Puerto, Jerez o la sierra sólo existe un puente ya obsoleto de dos carriles que crean un embudo a poco que la circulación se complique.

Entre las pocas personas que dudan del segundo puente se encuentran los que piden un riguroso respeto por el medioambiente en su construcción, los que piden un menor uso de los vehículos privados en favor del transporte público y quienes saben que el nuevo puente acabará con la tranquilidad de vivir en una zona poco transitada en la actualidad.