EQUIPO. Rajoy, en el centro, con Acebes y Michavila, se dirige a la sede de su partido para ofrecer su declaración. / EFE
ESPAÑA

El PP niega su apoyo porque desconfía de que no haya negociación política

Rajoy considera que no se dan las condiciones mientras que no se renuncie a hablar con Batasuna, que no debe legalizarse hasta que ETA desaparezca El dirigente popular dejó abierta la puerta a una futura colaboración

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El Partido Popular no acompañará al Gobierno en el proceso de diálogo con ETA porque no ve garantías suficientes de que no habrá negociación política con la banda terrorista, directamente o a través de las conversaciones con Batasuna. El líder de la oposición explicó que «no se dan las condiciones» para que su partido pueda apoyar la iniciativa del jefe del Ejecutivo en tanto no renuncie, expresamente, a reunirse con el partido ilegal cuya legalización no dará por buena hasta que ETA se disuelva.

Mariano Rajoy escogió la sede de su partido para fijar la posición del PP y renunció a hacerlo en el Congreso como el resto de grupos, con la clara intención de negar carácter parlamentario a la comparecencia del presidente del Gobierno, que anunció el inicio del diálogo con ETA en un salón de la Cámara. También evitó comentar las palabras de Zapatero y se limitó a reiterar los argumentos del PP para negar su apoyo al presidente, al tiempo que transmitió una enorme desconfianza ante los planteamientos del jefe del Ejecutivo. «Nosotros apoyamos en su día al Gobierno para que hablase con ETA de ETA, de su disolución y de cuándo dejaba las armas, pero no para que hablase con ETA, con Batasuna o con cualquier otra marca de ETA o Batasuna ni de Navarra, ni del País Vasco ni de España», recordó Rajoy en un resumen de su actitud en los últimos tres meses. Asimismo calificó de «inaceptable» e «ilegal» la reunión del PSE con la izquierda abertzale para hablar de política porque, a su juicio, supondrá la apertura de una negociación con la banda terrorista, ya que considera que «Batasuna es ETA». El jefe de la oposición celebró la vigencia de la ley de Partidos Políticos, pero insistió en que lo relevante es su aplicación. «En estas condiciones nosotros no podemos prestar nuestro apoyo al proceso que ha abierto el Gobierno», anunció Rajoy tras insistir en que mantiene la misma posición que expresó el 22 de marzo.

Exigencias

A continuación, especificó las exigencias que plantea para sumarse al proceso y señaló que no dará su aval «si el Gobierno no rectifica, si no le garantiza a los españoles que no va a negociar políticamente ni a reunirse con Batasuna y si no le garantiza a los españoles que Batasuna no será legalizada mientras ETA no se disuelva». Rajoy dejó así una puerta abierta a una futura colaboración en el proceso abierto por el alto el fuego y presentó su «no» al Ejecutivo como una posición temporal y constructiva, cuyo cambio de signo depende de una rectificación de Zapatero. Incluso se remitió a la tregua de 1998 y dijo que el apoyo del PP al Gobierno socialista se dará en las mismas condiciones en que el PSOE prestó su aval al gabinete de José María Aznar en 1999. Mariano Rajoy dejó la solución en el tejado del Ejecutivo. Tanta importancia concedió a las dos exigencias planteadas por su partido -que el PSE no negocie ni se reúna con Batasuna y que se den garantías de que este partido sólo se legalizará cuando ETA desaparezca-, que llegó a señalar que si no se cumplen esas condiciones «ni siquiera procede» hablar con la banda terrorista para comprobar su disolución. Rajoy insinuó que su partido considera que ETA no ha demostrado de forma inequívoca que haya decidido abandonar la violencia.