11M, PRIMER ANIVERSARIO. Premio Mingote 2005. / IGNACIO GIL
Cultura

La vuelta al siglo en 70 fotos

La exposición 'Más de un siglo de historia gráfica' recupera en la Asociación de la Prensa de Cádiz decenas de imágenes extraídas de los archivos del periódico 'ABC' desde 1903

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Desde que ABC abrió sus puertas como semanario en 1903 a las órdenes de Torcuato Luca de Tena, muchas han sido las imágenes que han pasado por las mesas de su redacción. En sus archivos, la caverna de recuerdos en la que se guarda el mapa visual de parte de la historia de España, quedan «millones» de ellas, según el actual editor gráfico del diario, Miguel Berrocal. Él y el presidente de la Asociación Nacional de Informadores Gráficos de Prensa y Televisión, Diego Caballo, se ha sumergido en ellas para elegir las 70 más representativas, una colección que llegará mañana a Cádiz en primicia bajo el título Más de un siglo de historia gráfica, e iniciará el 7 de julio un recorrido por otras ciudades.

A medio camino en el proceso de montaje, las fotografías esperan el reencuentro con el público en la sede de la Asociación de la Prensa de Cádiz, mañana a las 20.30. Allí se mezclan, en un singular vintage histórico, Alfonso XIII -llegando a visitar la probreza en sepia de las Hurdes en 1922- con el rojo de la sangre de los heridos del 11-M de Madrid. Pese a lo lejano de los universos informativos de los que proceden, tienen en común la raíz del medio en el que aparecieron y su ámbito histórico. Y poco más. De hecho, Miguel Berrocal destaca que la selección de las 70 finales ha sido muy duro. «El archivo de ABC es inmenso y probablemente, muchas se habrán quedado fuera sin haberlas visto», admite. Para llevar a cabo la tarea, acudieron a su propio «recuerdo» y a la lógica. «Había muchas de ellas que debían estar ahí». Es el caso del atentado que sufrieron Alfonso XIII y Victoria Eugenia, cuando el anarquista Mateo Morral les lanzó una bomba escondida en el ramo de flores más famoso de la historia a su paso por el número 88 de la Calle Mayor de Madrid. Esa, la imagen de Alfonso XIII en las Hurdes o Franco con Dwight Eisenhower estaban «ya en la memoria» de Caballo y Berrocal.

Con el paso del tiempo, la Historia se esclarece. Lo mismo ha ocurrido con las imágenes que contiene la muestra. Mientras que las más remotas tenían un sitio definido en las paredes, la elección de las más modernas ha sido aún más difícil y deja lugar a la interpretación y valoración crítica por parte del visitante.

Explosión del color

Es el caso de la segunda parte de la muestra, la que asoma con sus instantáneas «a partir de la explosión del color», dice Berrocal. Más que el retrato fehaciente de los hitos históricos, aportan una mirada más abierta, menos encorsetada por la medida rigurosa de lo importante. «Queremos dar una visión del periódico de este siglo, el que los lectores ven día a día». Es en este punto donde entran en juego los profesionales actuales, procedentes de la redacción de Madrid, aunque también de las delegaciones de Sevilla, Barcelona, Valencia o Algeciras.

Sin la guía del tiempo que convierte algunas composiciones en leyendas visuales, los propios fotógrafos han escogido sus propuestas con el único criterio de la subjetividad. «Cada uno ha elegido la imagen que le representa, la que más le ha impactado o de la que se siente más orgulloso», dice Miguel Berrocal, que cuenta en su palmarés, entre otros, con el Premio Mingote.

Su elección estaba clara y de entre su extenso portafolio, ha señalado una especial. «Se trata de una foto que hice en el Irak de entreguerras de una niña kurda tras los bombardeos. Refleja la mirada de la niña solamente. No se puede contextualizar si no se explica la situación», admite, aunque sea la imagen con la que más se define a sí mismo y de la que se siente más orgulloso. «No muestra el horror de la guerra, ni la muerte, ni todo lo que vi allí. Solamente la mirada de esa niña, que dice mucho», comenta Miguel Berrocal.

De esta última parte cronológica de la exposición, destacan algunas instantáneas consagradas, como las de los titulares de los últimos premios Mingote. Es el caso de una imagen tomada por Daniel G. López en la que se retrata a un joven drogadicto en un barrio marginal de Madrid. «Es dura, pero es la vida», apunta Berrocal. Otro ejemplo es el homenaje a las víctimas del 11-M en el aniversario del atentado, con la firma de Ignacio Gil, último premio Mingote, que estará personalmente en Cádiz para la inauguración de la muestra programada para mañana.

Es esta propia subjetividad, que se expresa mediante la elección de las imágenes por parte de sus autores, la que marca la elección de las fotografías en una redacción o la configuración de la propia muestra. «Algunas se han elegido por ser extrañas, o por la textura y el tiempo que transmiten, como la inauguración del Metro de Madrid por Alfonso XIII, otra foto del monarca con un joven Einstein en el Palacio de Oriente o Marie Curie en las instalaciones de ABC».

Elección de la historia

El coordinador de la muestra, Miguel Berrocal conoce bien los mecanismos que hacen a una fotografía convertirse en una imagen legendaria. De hecho, él mismo es el encargado de elegir diariamente las imágenes que pasarán por la rotativa de ABC. En su opinión, «todas las fotografías acaban convirtiéndose en históricas: son un testigo, el notario de la realidad». Y pone como ejemplo una imagen que fue la portada del miércoles en muchos periódicos: Iker Casillas viendo cómo el segundo gol francés dejaba a España fuera del mundial de fútbol. «Ayer y hoy será noticia, pero dentro de 20 años seguirá representando el momento, y dentro de un siglo seguirá teniendo fuerza como imagen de nuestra derrota, la misma belleza y el mismo poder».

Sin embargo, no se aventura a desgranar los ingredientes que convierten una imagen informativa y cotidiana en una fotografía histórica. «Las imágenes son muy subjetivas y la fotografía se basa en lo que a ti te gusta, algo muy personal. Si una te llama, la llevarás contigo toda tu vida», dice. Aunque existen imágenes «indiscutibles» como la del preso vietnamita arrodillado al que un militar le vuela los sesos, admite la disparidad de criterios. «Cuando se presenta un hecho, tenemos una imagen preconcebida de lo que hemos visto, y el fotógrafo nos presenta otra distinta en la que trata de plasmar lo sucedido», subraya.

En esa línea, Berrocal no sabe con qué imagen quedarse de todas las que se recogen en la muestra. «La del drogadicto, las del 11-M, la simpatía de la petición de mano del Príncipe Felipe y Leticia, el primer encuentro entre Santiago Carrillo y Manuel Fraga... Quizás la de Ignacio Gil del aniversario de los atentados de Madrid». Desde mañana, los visitantes que se acerquen a la Asociación de la prensa podrán hacer su propia elección: una foto entre 103 años de historia.