«Aquí sobran hectáreas, pero con el arranque no hay marcha atrás»

Hace ya unos días que la comisaria europea de Agricultura, Mariann Fischer Boel, dio a conocer su propuesta para la reforma de la Organización Común del Mercado (OCM) del vino, y las principales organizaciones agrarias ya han tenido tiempo de analizarla y sacar las primeras conclusiones. En el caso de Asevi -la sectorial de viñas de Asaja Cádiz-, no ha habido sorpresas «porque ya sabíamos por el camino que iba a ir», explica su presidente, Francisco Guerrero.

Eso sí, la preocupación es importante porque «de salir adelante este documento lo vamos a pasar muy mal, sobre todo por las ayudas al arranque y la eliminación de los fondos para la destilación de uso de boca». Por eso, el presidente de Asevi deja muy claro que «el Marco de Jerez se tiene que mover, y bastante, para defender su futuro».

Porque en Asevi ven muchas perversiones en esta propuesta de OCM que «es la primera que, sin ningún tipo de disimulo, ofrece dinero de forma directa para acabar con un cultivo», como ocurre con las primas que se ofrecerán a los agricultores que opten por arrancar sus viñas.

En este punto, Guerrero lamenta que este dinero será una golosina demasiado jugosa para algunos viñistas que ya tienen problemas de rentabilidad para mantener sus explotaciones. Y es que, aunque el presidente de Asevi reconoce que hace ya tiempo que se sabe que en el Marco hay 3.000 hectáreas que ya no pueden dedicarse a producir uva para la Denominación de Origen de Jerez, también hace hincapié en que «la salida para estas viñas no es el arranque, porque después de esto ya no hay marcha atrás».

Por eso, desde la sectorial de viñas de Asaja apuestan porque esas 3.000 hectáreas que producen excedentes no se arranquen, sino que se desenganchen temporalmente, es decir, que en vez de producir uva palomino para los vinos de la Denominación se dediquen a la producción de subproductos (mosto concentrado, etc.), de Pedro Ximénez (actualmente muy minoritaria en la comarca) o para la destilación en el caso de los brandies gran reserva. Y si un día las circunstancias del mercado y las ventas son favorables, podrían volver a producir la palomino para el jerez. Sin embargo, si Bruselas aprueba la OCM en los términos actuales, Guerrero cree que «muchos viñistas van a arrancar».

En el caso del grave perjuicio que esta reforma puede tener para el brandy de Jerez, que podría encarecer su precio en unos 60 céntimos por litro y que dejaría de ser competitivo frente a otras bebidas espirituosas, el presidente de Asevi alertó de que «vamos a vernos perjudicados todos, sobre todo la última parte de la cadena, los productores». Eso sin olvidar los problemas ecológicos y medioambientales que provocará que muchos viñistas, sobre todo de Castilla-La Mancha, arranquen sus viñas porque ya no recibirán las ayudas para la destilación de uso de boca. «Se producirá la desertización de enormes parcelas de tierra», destacó.

Además, Guerrero hizo hincapié en que «en el Marco no nos afecta de forma directa la eliminación de las ayudas a la destilación, pero si el brandy cae a continuación caeremos todos», ya que esta industria es el principal sustento de las principales bodegas de la comarca que comparten el negocio del vino con el de esta bebida espirituosa.

Por todos estos motivos, Guerrero confía en que en toda España se luche de forma común y con propuestas consensuadas en una mesa nacional -como ya pidieron Fedejerez y el Consejo Regulador del Brandy-. Pero, ante todo, el presidente de Asevi fue rotundo al afirmar que «quién debe realmente plantar una dura batalla en Europa es el Gobierno», al que no mostró mucha confianza. Eso sí, mucho más beligerante han visto a la consejera de Agricultura de La Mancha, Mercedes Gómez, «que defiende y comparte todas nuestras reivindicaciones».