muerte de rocío jurado

Más de 180 Guardias Civiles, apoyados por Protección Civil, efectivos del 112 y Policía Local controlan los actos

El presidente del PP-A, el consejero de Empleo, el titular de la Diputación, entre los representantes políticos que asisten al sepelio

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Un total de 185 guardias civiles, 21 de ellos del Grupo Rural de Seguridad y la mayoría de la Compañía Especial de Control de Público de las comandancias de Cádiz y Algeciras, a los que apoyan efectivos de Protección Civil, Policía Local y 112 trabajan para controlar en Chipiona los actos en torno a la muerte de Rocío Jurado .

En declaraciones a los periodistas a su salida de la capilla ardiente, el subdelegado del Gobierno en Cádiz, Sebastián Saucedo, comentó que el citado dispositivo es "técnicamente más que suficiente", al tiempo que subrayó que "los familiares de la artista y el pueblo chipionero se merecen todo este esfuerzo de la Administración General del Estado".

Por su parte, el comisario provincial, Antonio Dichas, comentó que "hay menos gente de lo previsto", ya que esperaba que la llegada del cuerpo sin vida de Rocío Jurado a su tierra natal fuera "como un segundo Campeonato Mundial de Motociclismo de Jerez".

De otro lado, el delegado del Gobierno de la Junta en Cádiz, José Antonio Gómez Periñán, destacó que los asistentes "se están comportando como Rocío hizo con ellos, con respeto". Además, señaló que el presidente andaluz, Manuel Chaves, transmitió a los familiares de la artista, que "estamos a su disposición para los homenajes que quieran dispensar".

El presidente de la Diputación Provincial, Francisco González Cabaña (PSOE), diversos alcaldes gaditanos, el presidente del PP-A, Javier Arenas, y el consejero de Empleo, Antonio Fernández, se han pasado por la capilla ardiente, en cuyo exterior está aparcado ya el coche fúnebre. Arenas destacó que hoy es un día "muy sentido", porque la artista era "muy sencilla y una embajadora extraordinaria" que siendo él ministro de Trabajo "me pedía cosas, pero nunca para ella".

Julio Iglesias, Curro Romero, Antonio Burgos

Pese al calor reinante, numerosos vecinos -alguno se arrancó a cantar de forma espontánea-, curiosos y periodistas -algunos representantes de México- se concentran ante el Santuario de Nuestra Señora de Regla, en cuyo interior están, además de los familiares, entre otras personalidades, Julio Iglesias y su esposa Miranda, Curro Romero y Carmen Tello, Los Marismeños, Antonio Burgos, María José Santiago y Pepe de Lucía.

El guitarrista Pepe de Lucía recordaba a los periodistas sus comienzos con la cantante -"una estupenda persona, amiga, compañera y madre"- en el Teatro Villamarta de Jerez en 1962.

La cantante María José Santiago comentaba "la facilidad con la que arrancaba a cantar, con que alguien la miraba ya lo hacía", mientras que el escritor Antonio Burgos, aseguró que con su muerte "hemos ganado un mito para la historia como cantante y un ejemplo por su lucha". Así, Burgos sentenció que "no sólo quedará como la más grande, sino como la banda sonora de la canción del siglo XX".