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Los talibanes decapitan a 4 civiles afganos por colaborar con Kabul

Las tropas de la coalición y del Ejército local anuncian la muerte de diecisiete terroristas

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Los cadáveres decapitados de cuatro hombres afganos secuestrados a punta de pistola en la aldea de Chinohhace hace cuatro días aparecieron ayer en la provincia de Zabul, en el sur de Afganistán, según informaron fuentes oficiales. Los vecinos de la zona encontraron dos cuerpos cerca de sus casas en el distrito de Shahjoy y otros dos en las proximidades, según un portavoz del Gobierno provincial de Zabul, Alí Jail. Un supuesto portavoz de los talibanes se puso en contacto ayer por teléfono con la agencia de noticias Associated Press para reivindicar la muerte de estos civiles, a los que acusó de espiar para las fuerzas del Gobierno de Hamed Karzai y de la coalición liderada por Estados Unidos. Mientras tanto, las fuerzas de la coalición extranjera y el Ejército afgano destruyeron el jueves un bún- ker en el sur de Afganistán y mataron a diecisiete insurgentes, afirmaron fuentes militares de Kabul. Los militares interceptaron a varios insurgentes cuando preparaban una emboscada en las inmediaciones de Tirin Kot, capital de la provincia de Uruzgán, dijo el Ejército en un comunicado. Las tropas «observaron a extremistas con armas regresando a un búnker y preparando un lugar para ataques», dijeron. Los soldados destruyeron el reducto y mataron a diecisiete militantes. El escondite era usado para atentar contra integrantes de la coalición.Un convoy militar donde viajaba el jefe del Estado Mayor danés, el general Hans Jesper Helsoe, sufrió un ataque con una bomba colocada en una carretera del noreste del país asiático, informaron fuentes castrenses del país nórdico. Nadie resultó herido en la explosión, que provocó daños ligeros en la parte delantera del convoy. El general Helsoe se encontraba visitando una unidad da- nesa que forma parte del equipo de reconstrucción que dirige Alemania en Feyzabad. Desde Feyzabad, Helsoe explicó a la emisora de radio pública de Dinamarca que se encontraba en el segundo vehículo cuando estalló el artefacto. «Lo asumí con calma. Me sentí seguro en las manos de las tropas danesas», señaló el general. Los cien soldados de Dinamarca forman parte de una fuerza de 12.000 hombres dirigida por la OTAN y conocida como Fuerza Internacional de Asistencia y Seguridad (Isaf), desplegada en Kabul y el norte de Afganistán. Por último, el Gobierno de Islamabad advirtió ayer de que Al-Qaida planea lanzar ataques suicidas.