ESFUERZO Y DISCIPLINA. Varios jugadores de la selección alemana realizan ejercicios físicos durante el entrenamiento de ayer. / AFP
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A mantener la llama nacional

Alemania fracasaría si cayera de forma prematura ante Suecia

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En el primer partido de octavos de final, cuando los expertos dicen que comienza el verdadero Mundial, Alemania ansía refrendar su condición de favorita al título. El juego de los anfitriones evoluciana cada envite que afrontan y los problemas defensivos que evidenciaron en el primer encuentro -cuando Wanchope les marcó dos tantos- ha dado paso a un grupo sólido y con escasas vías de agua contra dos rivales, eso sí, de escaso talante ofensivo como Polonia y una pésima Ecuador. Así, ante la imprevisible Suecia (17.00 horas) esperan confirmar este fortalecimiento para, de paso, prolongar la unidad que todo el país vive en torno a su combinado.

En principio, Jürgen Klinsmann, que ha cambiado la cara a los teutones, apostará por su equipo base. Con Ballack como media punta y la temible pareja formada por Klose y Podolski en punta. Entre los dos han conseguido cinco goles en este campeonato y el delantero del Werder Bremen va camino de conseguir cotas históricas: ya lleva nueve dianas en dos Copas del Mundo. De hecho, los escandinavos, con el defensa Mellberg, han interiorizado la necesidad de frenar a estos dos delanteros si quieren optar a una plaza en cuartos de final. «Son muy difíciles de marcar», advierte el ex central del Racing, al tiempo que se apunta al recelo de su técnico acerca de que el árbitro pueda favorecer al conjunto local.

Dudas de Lagerbaeck

Además, Lars Lagerbaeck se encuentra con el problema de que quizá no pueda contar con dos de sus delanteros más efectivos: Ibrahimovic y Larsson. Ambos arrastran problemas físicos y son serias dudas para participar en este encuentro. Ante esta falta de hombres-gol, los escandinavos intentarán aprovechar sus ocasiones a balón parado, un arma que supieron explotar en el último partido de la primera fase contra Inglaterra.

Los alemanes, en cambio, que contarán con el apoyo incondicional de su canciller Angela Merkel, tratarán de explotar la banda derecha rival. Ahí se encuentra el punto débil de los suecos, en el lateral Niklas Alexandersson. Por eso, las feroces entradas de Philipp Lahm Bastian Schweinsteiger cobran mayor importancia esta tarde en el Allianz Arena de Múnich, estadio en el que los anfitriones ya vencieron en la jornada inaugural a Costa Rica.

Esta tarde aspiran a repetir ese triunfo. Dar un paso más en 'su' Mundial. Suecia, sin duda, se lo pondrá difícil, pero si los engranajes de la máquina teutona siguen tan bien engrasados como en los dos últimos encuentros hay un claro favorito para pasar de ronda: Alemania.