Francisco Nuche. / LA VOZ
CÁDIZ

Un 'gadita' en madrid

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Hace unos días falleció en Madrid uno de los grandes representantes gaditanos en el exilio. Francisco Nuche Vázquez, Paco para todos, nos dejó sin avisar, se fue sin despedirse de nadie, en el anonimato. Con su marcha hemos perdido un magnífico embajador en la capital del reino. Fue alumno destacado en San Felipe Neri y las amistades que cuajó en su época adolescente se mantuvieron siempre firmes. Estudió Ciencias Químicas en Sevilla y al terminar la carrera, como muchos otros, tuvo que emigrar a Madrid, donde se le plantearon sus mejores oportunidades laborales, pero no por eso olvidó a su ciudad ni dejó de sentirse gaditano como el que más. Conocí a Paco un día, hace ya muchos años, en Picola tomando una caña con ensaladilla, entonces era novio de la que hoy sigue siendo mi esposa, Charito para mí y Rosario para él, su hermana. Mi relación personal me descubrió a una persona afable, amigo de sus amigos, fiel a sus convicciones y trabajador nato hasta sus últimas consecuencias. Sus constantes viajes por España por motivos laborales le hicieron querido y conocido en todos los rincones de nuestra geografía pero siempre aprovechaba un hueco para acudir a Cádiz, donde hacía gala de su intenso gaditanismo. ¿Cómo le van a echar de menos sus fieles amigos Fernando Delgado o Tati Navarro! Perteneció a la generación del Náutico o El Parisien de los años cincuenta y cada vez que recalaba por aquí acudía solícito a las tertulias del Casino Gaditano. Gustaba, cómo no, de disfrutar sus días de asueto estival paseando por La Victoria y tomando tapitas en La Fondue o La Bodeguita.

Amante de los Carnavales, acudía cada año a la presentación del mismo que se realiza en Madrid, y me pedía que le enviara siempre una selección de coplas para poder escucharlas en su casa del Pinar de Chamartín.

Seguidor fiel del Cádiz CF, nunca se decantó por ningún equipo capitalino y anteponía «su equipo», por mal que estuviera, al Madrid o al Atlético. Cómo lo van a echar de menos en Los Jiménez, donde era el único espectador de los partidos del «submarino amarillo» por PPV. Yo también echaré de menos el año que viene sus llamadas a mi móvil durante los partidos del Carranza para saber cómo va el encuentro o las incidencias. Se nos ha marchado un hombre bueno, afable y cariñoso. Al dolor de Mari, su esposa, y de sus hijos Mónica, Paco y Enrique se une el de todos los que lo conocimos y lo disfrutamos. Como muy bien dijo su cuñado Miguel en las palabras que le dedicó en el funeral, Paco se ha ido así, sin despedirse y de repente, porque no quería volver a ver al Cádiz de nuevo en segunda división.