CONSUMO. La compañía española Inditex es propietaria de la marca Zara. / AFP
Economia

Una revista portuguesa denuncia que una empresa subcontratada por Zara utiliza mano de obra infantil

Inditex investiga el posible uso de los menores para coser zapatos y dice que se actuará de forma implacable si se confirma

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La revista 'Única', del semanario portugués 'Expresso', denunció ayer que una empresa del norte del país que trabaja como subcontratada para la española Zara utiliza a menores de edad para coser zapatos que después entrega a la filial de Inditex. El grupo gallego reconoció que los zapatos que aparecen en el reportaje pertenecen a su producción y aseguró que los hechos, de ser ciertos, serían «gravísimos».

La multinacional subrayó que cuenta con «un código de conducta que prohíbe el trabajo infantil en nuestras empresas externas» y anunció que de ser ciertos los hechos tomará las medidas oportunas para expulsar a la firma de su entorno. «Vamos a confirmarlo primero, pero si es verdad, Inditex será implacable y esa fábrica dejará de trabajar para nosotros», declaró a la publicación un portavoz de la compañía. Un amplio reportaje mostró a los portugueses que en su país existe explotación infantil en el trabajo y que algunos de estos niños se dedican a coser e hilar productos que después son vendidos en conocidos establecimientos.

El semanario basa el reportaje en la historia de Carlitos y Miguel, dos pequeños de 11 y 14 años, respectivamente, que se ganan la vida junto al resto de su familia cosiendo zapatos. Por cada uno que completan reciben veinte céntimos. Precio ridículo frente a los 40 euros por los que son vendidos después esos mismos zapatos en los comercios del país luso.

Relato sobrecogedor

Según la publicación existen en Portugal cerca de 48.000 niños que trabajan explotados en el norte del país, la gran parte en labores relacionadas con marcas textiles y de calzado. «Agachados encima de una caja, los dos niños delgaduchos van cosiendo, con aguja y mucha paciencia, los zapatos de ante. Ellos aprendieron a coser antes que a recitar la tabla de multiplicar. Trabajan muchas horas, con la familia, en un cobertizo oscuro, de granito frío y madera carcomida donde se mezclan los olores». Así comienza el reportaje de 'Única', que en sus primeros párrafos habla de la existencia, junto a los protagonistas del relato, de «una pila de zapatos con el sello de Zara». La madre de Carlitos y Miguel cuenta como ella, a la edad que ahora tienen sus hijos, también cosía zapatos para una fábrica de Felgueiras (norte de Portugal). Junto a ella, la mayor parte de su familia. El testimonio muestra el lado más oscuro del país vecino en el que sigue existiendo el trabajo infantil. Niños, muchos de ellos gitanos, que apenas han frecuentado la escuela y presentan un alto grado de analfabetismo.