Cádiz nos abre otra puerta

La más antigua entre las antiguas por fin tendrá un nuevo puente. Ya era hora. Mira que han tardado tiempo en darse cuenta. No sé si es que ya habían hecho el cuerpo a eso de esperar incrustados en esas interminables colas, o es que han perdido demasiado tiempo pidiendo ayuda al resto del universo para hacer el puente más caro, más alto, más grande, más largo, y más bonito del mundo.

La cuestión es que ya lo tienen. Lo tienen dibujado en sus planos y sus mapas, ahora toca esperar y continuar armándose de paciencia, pues una obra de estas va para largo. En los astilleros de Puerto Real, cansados de escuchar el «a ver cuando hacen otro puentecito» de los desesperados conductores que entran en Cádiz, ahora se cansarán de oír algo así como «vamo ve cuando terminan el puentecito».

Usted que camina tranquilamente por la calle Larga, que llega a la puerta de su casa sin ningún mar que se lo impida, usted que puede entrar en su ciudad sin temor a ningún atasco, se preguntará por qué un jerezano como yo se alegra de que construyan otra vía de entrada a La Tacita. Pues no sólo me alegro por mis hermanos gaditanos, sino que pienso que muchísimos jerezanos se verán muy beneficiados por esta mejora de la infraestructura. ¿Nunca se ha visto obligado a trasladarse al Hospital Puerta del Mar?, ¿no han pasado un día de playa en maravillas como Cortadura o La Victoria? Pocos serán los que puedan guardar en su garganta un no por respuesta. Toda la provincia se congratula de que en Cádiz hayan dejado todo lo que tenían entre manos, para de una vez por todas, anclarse más a la provincia.