ANDALUCÍA

El presidente rebaja la pretensión andaluza sobre el río Guadalquivir

Apunta que se modificará la parte del texto donde se hace referencia a la competencia exclusiva de la cuenca hidrográfica

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Una de las principales aspiraciones de Andalucía en el Título de Competencias, el control de la Cuenca Hidrográfica del Guadalquivir, fue matizada ayer por José Luis Rodríguez Zapatero, presidente del Gobierno, que desea evitar cualquier confrontación entre comunidades autónomas.

Rodríguez Zapatero manifestó que el Grupo Socialista va a esforzarse, durante los dos meses de negociación que restan en la Comisión Constitucional, en alcanzar una redacción de los preceptos en materia de aguas y cuencas hidrográficas que permita a la Junta de Andalucía participar mejor y más efectivamente en la política y uso del agua en su territorio. Eso sí, manteniendo a la vez la capacidad de intervención del Estado como garante de intereses supracomunitarios que, constitucionalmente le corresponde defender. Además, estas modificaciones irán encaminadas a mantener el criterio expresado por la Unión Europea sobre la unidad de cuenca.

Esta matización al anhelo andaluz no empaña la satisfacción que la toma en consideración de esta propuesta de reforma ha supuesto para PSOE e IU, los dos únicos partidos que la defendieron en el Parlamento de Andalucía. Eso sí, el presidente del Gobierno central también adelantó que el articulado andaluz deberá superar la idea de la división estanca de competencias para participar en el camino de la participación, leal y efectiva, en decisiones de clara afectación general.

Equilibrio

Lo que sí hizo Rodríguez Zapatero fue destacar el papel de referente que Andalucía juega dentro del equilibrio de la España autonómica y que contribuye, de manera decisiva, a la España plural. También puso en valor el capitulo referente al medio ambiente, un aspecto que espera puedan seguir otros estatutos.

El Gobierno no objetó nada sobre otra de las postillas del Estatuto: La referencia a la realidad nacional de Andalucía. Ese papel lo jugó, y con especial énfasis, Mariano Rajoy, líder del principal partido de la oposición. El presidente del PP se refiere a «realidad nacional» como la guinda del pastel del desatino que, a su juicio, supone el Estatuto andaluz. Rajoy aseguro que los andaluces están pasmados y no salen de su asombro al darse cuenta de que constituyen, sin saberlo, una realidad nacional. «¿Qué es eso de realidad nacional, señorías? ¿A qué viene este prurito nacionalista repentino? ¿Qué nuevo juego de palabras se traen entre manos?», interpeló Rajoy a Zapatero.

El presidente, en su turno de réplica, se limitó a comentar que no pensaba hablar nada sobre el concepto de nación, porque eso tocaban en el próximo debate del Estado de la Nación. Ayer, lo primordial era Andalucía. O eso, al menos, decía el guión.