Menores inmigrantes copan el centro Manuel de Falla

El centro de menores Manuel de Falla está al cien por cien de ocupación. Desde que se le incluyera como centro especializado en menores inmigrantes el pasado mes de junio mantiene todas las plazas disponibles, un total de dieciocho, ocupadas.

Los chicos que se alojan en el centro de la calle Zaragoza, proceden de Marruecos y tienen unas edades comprendidas entre los doce y los diecisiete años. La Junta de Andalucía los tiene tutelados hasta que cumplan la mayoría de edad. Tres de ellos están desde principios del mes de julio viviendo en el Manuel de Falla y el que menos tiempo lleva, ingresó hace apenas un mes.

«La especialización del centro de Jerez para los inmigrantes se decidió porque la demanda era importante en el centro de El Cobre, en Algeciras», explica el jefe del Servicio de Protección de Menores de Cádiz, Antonio Molina. «La llegada de menores no acompañados es constante y especialmente significativa en los últimos tiempos».

Los menores suelen tocar tierras peninsulares escondidos en los bajos de los camiones que cruzan el Estrecho de Gibraltar o de polizones en los barcos. «La gran afluencia de menores no acompañados se produce, sobre todo, en los meses de verano, a partir de junio, que es cuando empieza el buen tiempo», explica Molina.

Trabajo con Marruecos

Los chicos proceden principalmente de la zona centro y norte del país norteafricano. «Algunos de ellos son de familias muy humildes pero otros han nacido en familias de clase media e incluso sus padres son propietarios de comercios», aseguran desde la delegación provincial de Bienestar Social.

«Estamos intentando coordinar nuestro trabajo con Marruecos para llevar allí mensajes con la idea de prevenir la partida de estos adolescentes», añade el responsable del Servicio de Protección de Menores de Cádiz. «Tienen una idea equivocada de lo que es España y para ellos viajar hasta aquí es un trauma porque se juegan la vida por intentar llegar a nuestra tierra», insiste. «Muchos se van desengañando y piden volver a su casa».

La Junta de Andalucía también está trabajando en la convergencia de las políticas de protección de los menores inmigrantes de las diferentes comunidades autónomas para que todas vayan en la misma dirección.

Una vez que se instalan en el centro Manuel de Falla, los educadores, el psicólogo y el trabajador social procuran que se integren en la vida cotidiana del centro. Los que están en edad escolar acuden a clase y los que ya son mayores pueden cursar los programas de garantía social y los módulos de Formación Profesional en los institutos de Jerez.

«Hay algunos que se fugan del centro porque su objetivo no es quedarse en Jerez, sino que para ellos es un lugar de paso hacia las grandes ciudades donde incluso tienen ya a otros familiares que los esperan», cuenta Molina.

Al cumplir los dieciocho años, los jóvenes inmigrantes dejan de estar tutelados por la Junta de Andalucía. Si han obtenido la documentación para quedarse en España, entran en los programas de inserción sociolaboral y de apoyo a la vivienda y se les proporciona un piso durante un periodo máximo de dos años, como en el caso de los menores españoles tutelados. Si por el contrario, no han conseguido legalizar su situación aquí, son repatriados a sus países de origen.