Los dirigentes europeos se relajan jugando al fútbol sala. / REUTERS
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Una comunidad hecha pedazos

La nueva realidad de América Latina no oculta dos visiones enfrentadas

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La Unión Europea quiere ofrecer más ayudas económicas a América Latina -unos 2.000 millones de euros podrían ser aprobados por el Banco Europeo de Inversiones-, pero a cambio los países americanos deberían mantener los procesos de integración regional y poner fin a sus divergencias. La comisaria de Relaciones Internacionales, Benita Ferrero-Waldner, confirmó ayer que la UE «no tiene previsto en ningún caso sustituir las negociaciones con los grupos regionales por diálogos bilaterales» con cada país por separado.

La situación por la que atraviesan las principales organizaciones regionales en Iberoamérica, especialmente la Comunidad Andina de Naciones (CAN) tras el anuncio de la retirada de Venezuela, está siendo el elemento central de esta cuarta reunión de jefes de Estado y de Gobierno de Europa e Iberoamérica. Aunque el secretario mexicano de Exteriores, Luis Alberto Derbez, trató de quitar importancia a la situación diciendo que se trata solamente de «divergencias de corto plazo», los presidentes del otro lado del Atlántico iban llegando a Viena sabiendo que unos y otros se están lanzado insultos y acusaciones de injerencia. El más sonado ha sido el del brasileño Lula contra el venezolano Hugo Chávez, al que acusó de estar «minando la integración regional».

El eufemismo de «la nueva realidad política en América Latina» no esconde que hay dos visiones claramente enfrentadas sobre cómo deben hacer frente a la globalización estos países, y de la que se imponga dependerá el futuro de las relaciones de toda la región con Europa.

La novedad

El presidente boliviano, Evo Morales, la gran novedad en esta cumbre (él mismo ha pasado de estar en la anterior de Guadalajara en las barricadas de los movimientos de protesta a estar en ésta de Viena entre los delegados), la inauguró ayer extraoficialmente con una ruidosa rueda de prensa en la que anunció que había enviado cartas por un lado a Venezuela, para pedirle que congele el proceso de su salida de la CAN, y a los otros miembros (Colombia, Ecuador y Perú), para solicitar que paren a su vez las conversaciones para firmar tratados de libre comercio con Estados Unidos que en su opinión«van contra el espíritu de la CAN». De manera que se deduce que si estos tres países no hicieran caso a sus requerimientos, es más que probable que Bolivia siguiera el camino de Venezuela, lo cual sería un golpe mortal contra la comunidad andina. Para Benita Ferrero, «por el momento nosotros creemos que la CAN resolverá sus problemas», y por ello no se contempla la posibilidad de que la Comisión emprenda el camino de las negociaciones por separado.

Europa también les ha lanzado el mismo mensaje a los países centroamericanos, con los que la Comisión ha accedido a escenificar hoy el comienzo de las relaciones para el tratado de libre comercio, pero condicionándolas a que en diciembre se haya constatado que estos pequeños Estados hayan puesto en marcha efectivamente el acuerdo aduanero entre los cinco (Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica).

Cuba ha logrado una mención a la ley Helms-Burton, en la que se recuerda que «todos reafirmamos nuestras posiciones conocidas», que es como no decir nada, una forma de constatar que en estos momentos su posición individual está bastante debilitada por el hecho de que fuera de este eje con Venezuela no forma parte de ninguna entidad regional ni tiene relaciones específicas con la UE. La presidencia austriaca insistió cada vez que se le preguntó sobre el capítulo de los derechos humanos en la isla que «no es el momento».