Sociedad

El cardenal Martini admite el uso del condón «como un mal menor»

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Una de las voces más respetadas y reputadas del Vaticano, pero también de las menos atendidas por sus opiniones progresistas, abrió ayer la mano en el delicado asunto del uso del preservativo, a contracorriente de la doctrina oficial de la Iglesia. El cardenal Carlo Maria Martini, arzobispo emérito de Milán y eterno candidato a papa, ha asegurado que «sin duda, en ciertas ocasiones, el uso del preservativo puede ser un mal menor». Pero, como siempre, hay matices: no lo dijo tal cual, sino que luego añadió su duda de que corresponda a la Iglesia promover esta idea.

«El problema es si conviene que sean las autoridades religiosas quienes hagan propaganda de tal medio de defensa, cuando otros medios moralmente sostenibles, como la abstinencia, pueden caer en segundo plano, con el riesgo de promover una conducta irresponsable». Como ejemplo del mal menor, Martini citó el caso de las parejas en las que uno de los cónyuges padece sida. «Uno está obligado a proteger al otro y éste debe poder protegerse», explicó.

Martini, jesuita de la misma edad de Benedicto XVI, hizo estas reflexiones, que no son del todo nuevas, en el semanario L'espresso. La revista reproduce una larga y densa conversación entre Martini, muy avezado en bioética, y el reconocido médico italiano Ignazio Marino.

Martini opina que «parecería preferible» implantar embriones en una mujer soltera a que sean destruidos, pero se opone a la investigación con células estaminales. Sobre la adopción, cree que siempre es mejor que un niño cuente con un padre y una madre, pero que antes de que crezca solo también se puede contar con un solo progenitor.

Reacción

Las declaraciones de Martini no tuvieron ayer eco en el Vaticano y fueron recibidas con un cauto silencio, como cuando hace unos años sugirió celebrar un nuevo concilio. No obstante, fueron muy celebradas por los sectores políticos de izquierda.

En cualquier caso, la postura oficial del Vaticano es conocida -contra el sida sólo admite la castidad- y Benedicto XVI, que como cardenal ya condenó el preservativo, la confirmó en junio en una audiencia con obispos africanos: «La doctrina de la Iglesia ha demostrado que es el único modo intrínsecamente seguro para prevenir la difusión del sida».