ASTADOS. Este toro llamado 'Enemigo', junto a otro conocido como 'Montesino', correrán hoy. / A. R.
Sierra

Arcos acoge el Toro del Aleluya con más medidas de protección

La Delegación de Fiestas vuelve a disponer los vallados de la calle Corredera estrenados en la última edición y prepara su ampliación para el próximo año Más de 80 efectivos velan por la seguridad de los participantes en los encierros

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En Arcos de la Frontera la tradición obliga a celebrar la Resurrección de Cristo con un festejo por todo lo alto que gira en torno a la suelta de dos astados por las calles, pero que además incluye otras festividades alternativas o complementarias, dependiendo de a quién se dirijan. En el Paseo de Andalucía se habilita una zona donde los jóvenes disfrutan de la convivencia con la música más actual, mientras bares y tabernas acogen a múltiples visitantes.

Este Toro del Aleluya es la fiesta de la calle. Desde muy temprano, un grupo musical ameniza el recorrido mientras la gente busca huecos en los barrancos de Gomeles o de Corredera, o en algunos de los nuevos vallados de esta última calle, que se estrenaron el pasado año y que permiten que mucha más gente pueda disfrutar de los encierros con seguridad.

Es más, para el año que viene ya se está barajando, desde la Delegación de Fiestas, la posibilidad de ampliar este vallado al resto de la calle Corredera.

La tradición del Toro del Aleluya de Arcos es muy antigua. Se cree que el inicio de esta celebración data del siglo XIII, cuando las reses bravas hacían su entrada en la localidad y los mozos del pueblo las esperaban en las calles para acompañarlas hasta el matadero. Esta cuestión puramente ganadera derivó en toda una celebración, donde se sueltan dos astados y los más atrevidos se divierten corriendo y evitando cornadas, mientras que el público les observa tras las vallas y barreras.

El recorrido de los toros ha ido variando con los años. Actualmente va de Corredera a Gomeles, mientras que hasta hace sólo dos años se dividía en dos trazados independientes, el primero de Gomeles a la parte baja de la Corredera, y el segundo por la zona del casco antiguo, acabando en la plaza del Sindicato. El actual equipo de Gobierno decidió trasladar la celebración, para evitar daños en la zona histórica.

En cuatro al ganado, el primer toro es de color berrendo en negro, se llama Enemigo y se soltará a las doce de la mañana en la calle Gomeles. El segundo es negro, conocido como Montesino, y saldrá de la calle Corredera a las tres de la tarde. Una vez concluyen ambos encierros, la fiesta se desplaza hacia la zona del Paseo, aunque allí suele comenzar horas antes y alargarse hasta entrada la tarde-noche.

Esta festividad ha ido sufriendo numerosas modificaciones, generalmente para adaptarse a la reglamentación de la Delegación Provincial de Medio Ambiente relativa a los festejos con suelta de astados en un entorno urbano. Además, el toro cuenta con un equipo de protección que evita que pueda sufrir un trato vejatorio. Al final del festejo, el animal es devuelto al cajón de donde venía para posteriormente ser sacrificado en un matadero.

En cuanto a la oganización, un dispositivo de empleados municipales trabaja días antes para que todo esté a punto y con garantías de seguridad para los visitantes. Durante el encierro, los operarios se encargan de mantener las calles limpias y libres de objetos que puedan causar resbalones, al tiempo que comprueban que el vallado sigue en perfectas condiciones.

También es relevante el importante dispositivo de seguridad y salud que se pone en marcha en torno al Toro del Aleluya. La Cruz Roja moviliza a 70 voluntarios, 3 médicos, 5 DUE, 21 técnicos de emergencias, 16 conductores, 6 jefes de equipo, 3 coordinadores y 1 coordinador general.

Destaca el hospital de campaña que monta la organización por segundo año, y que resulta fundamental para prestar un servicio rápido, eficaz y de alta calidad.

En materia de seguridad se mantendrán operativos en total a 30 guardias civiles, 31 policías locales, 7 miembros de protección del toro que el Ayuntamiento contrata y 4 componentes de Protección Civil.

Desde el Ayuntamiento de Arcos, la delegada de Fiestas, Genoveva Medina, destacó «el gran civismo que demostró el pueblo de Arcos en su respeto hacia el mobiliario urbano, donde no hubo destrozos destacables el año pasado», al tiempo que solicitó que «este año se vuelva a producir esta misma situación y que, por supuesto, todo el mundo sea prudente y no tengamos que lamentar víctimas personales».