El Partido Popular se prepara para un eventual adelanto electoral después del verano

El PP está preparado para afrontar unas elecciones generales si el presidente del Gobierno disuelve el Parlamento después del verano. Tanto el Ejecutivo como el PSOE descartan esa posibilidad, así como muchos dirigentes populares, pero el principal partido de la oposición ha decidido incluir esa eventualidad en su calendario político para que una posible maniobra de José Luis Rodríguez Zapatero no les coja por sorpresa. En cualquier caso, existe una convicción generalizada en el PP de que el alto el fuego de ETA tendrá una influencia relativa en los comicios y se saldará con un «efecto neutral» en la intención del voto de los españoles.

El primer análisis sobre las expectativas de un adelanto electoral tras la tregua surgió en los tradicionales maitines entre los pesos pesados del partido, que debatieron los motivos que pueden llevar a Rodríguez Zapatero a aprovechar una buena coyuntura política -creada por la tregua de ETA- para celebrar elecciones generales antes de que la situación empeore.

Quienes defendieron esta tesis aseguraron que la situación de la economía va a empeorar en el futuro. Además, sostuvieron que el efecto de las elecciones municipales del próximo año será negativo para el PSOE porque prevén un estancamiento de este partido en ayuntamientos y autonomías, lo que sería un mal presagio para el PSOE tras tres años en el poder.

El cierre del debate sobre el Estatuto de Cataluña, con la celebración del referéndum previsto para el mes de junio, es también para estos dirigentes populares un argumento a favor de convocar a los ciudadanos a las urnas antes de que los socialistas tengan que volver a someterse a un nuevo desgaste con la previsible llegada a las Cortes de otras reformas estatutarias que preparan las comunidades autónomas.

El papel de las encuestas

Un miembro relevante de la dirección expuso su convicción de que todo dependerá de lo que digan las encuestas electorales e indicó que «todavía es pronto para saber cómo va a evolucionar el voto». Aseguró que el presidente del Gobierno disolverá las Cámaras en el momento en que el PSOE aventaje al PP en 10 puntos en porcentaje de votos.

En su opinión, los socialistas necesitan alcanzar esa distancia para disponer del margen suficiente que les garantice su éxito electoral, ya que se estima que durante la campaña se pueden alterar las previsiones en unos 7 puntos porcentuales. «Zapatero tendría discurso para ir a una disolución anticipada y no le costaría explicar que acude a las urnas en busca del apoyo renovado de los ciudadanos para afrontar un proceso de paz», argumenta el autor de esta teoría.

No obstante, los veredictos fueron dispares entre los miembros de la dirección popular y no todos compartieron el análisis que apuesta por la pronta celebración de los comicios generales. Quienes hasta ahora habían defendido que habría un adelanto electoral inminente cambiaron de criterio tras el alto el fuego etarra y se inclinaron por atisbar una larga legislatura para que el PSOE pueda beneficiarse de las posibles consecuencias electorales de la tregua.

Dirigentes como Alberto Ruiz-Gallardón o Eduardo Zaplana creen que el camino abierto por el alto el fuego de ETA será largo y trascenderá el actual mandato socialista. Ninguno de los asesores de Rajoy prevé que la banda terrorista haga fracasar el proceso antes de las elecciones, lo que perjudicaría seriamente a Rodríguez Zapatero y podría beneficiar al PP, por lo que todos coinciden en que tendrá continuidad hasta la próxima legislatura.

Existe más coincidencia en los análisis sobre las consecuencias electorales de la nueva situación de la lucha antiterrorista. Salvo excepciones, la cúpula del PP es muy escéptica y confía en que el efecto positivo de la tregua para el PSOE se diluya con el tiempo. Algunos dirigentes, como la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, han hecho cálculos. De acuerdo con estas estimaciones, el PSOE tendrá un crecimiento real de 3,5 puntos que se pueden atribuir a esta circunstancia. «Se nota en estos primeros momentos pero, pasado el tiempo, las aguas volverán a su cauce», según la impresión generalizada entre los expertos electorales del PP y del propio Rajoy.